La Prueba de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU) de Andalucía ya ha pasado su ecuador. Durante el miércoles, a los 7.500 estudiantes que realizaron los exámenes de las materias de acceso, se les unieron unos 1.500 más para llevar a cabo las pruebas de las asignaturas de admisión. Sin móviles, sin relojes inteligentes, sin audífonos y sin ningún otro tipo de aparato electrónico. Unas normas inamovible para evitar que los alumnos copien en Selectividad. 

Para realizar los exámenes, al igual que hicieron en la primera jornada, dejaron en la entrada de las aulas sus mochilas, junto con sus dispositivos móviles apagados, sus relojes inteligentes y solo acompañados por el material necesario para realizar el examen. La normativa para llevar a cabo los exámenes de acceso a la Universidad son muy claras: si un alumno es pillado copiando en el examen de Selectividad o usando calculadoras no permitidas “deberá abandonar inmediatamente el examen de la materia que se trate en el momento en que se detecte el hecho”, según asegura la Universidad de Málaga en su página web y automáticamente dejará de calificar en Selectividad, por lo que tendrá un 0. Además, tampoco está permitido el uso de audífonos, teléfonos móviles o relojes electrónicos. 

De igual forma, también están permitidos y prohibidos algunos materiales. El más destacado es la calculadora que se utiliza en los exámenes de matemáticas y solo pueden estar sobre la mesa unos modelos específicos. Los estudiantes estos días pueden tener con ellos bolígrafos, lápices, sacapuntas y goma, dependiendo del examen. También pueden llevar regla, escuadra y cartabón si realizan el examen de Dibujo Técnico. Por otro lado, también pueden utilizar el apartado gramatical de diccionarios de Latín y Griego, pero se comprobará que no tengan anotaciones. 

Entre estos alumnos se encuentra Elena Guirado, una estudiante de Málaga que ha cursado el Bachillerato de Humanidades. El miércoles realizó las pruebas de Latín y Griego y para ambas se llevó su diccionario. En esta línea asegura que solo se lo revisaron el diccionario en el examen de Latín. Además, también remarcó que cada mañana los profesores se han encargado de recordarles las normas y “te repiten un montón de veces que no se pueden usar los móviles ni los relojes inteligentes, se tiene que dejar todo apagado dentro de la mochila”. 

Con esta estudiante concuerda Laura Gallego, que también ha hecho el Bachillerato de Humanidades, y destacó que en su examen de Latín le revisaron el diccionario para comprobar que no llevaba nada escrito sobre literatura. “Lo tienen muy controlado”, aseguraba. Asimismo, remarcó que “en mi clase a las chicas nos han dicho que teníamos que recogernos el pelo” para que los profesores observaban si tenían audífonos o no. También señaló que solo les dejaban tener sobre la mesa un bolígrafo negro o azul, el DNI y los folios que les daban.