La provincia de Málaga cerró ayer otra semana trágica en la evolución de la pandemia, con 29 personas muertas por coronavirus. Es el peor balance de víctimas mortales de esta segunda ola, tras 15 días especialmente duros en los que el Covid-19 se ha cobrado la vida de más de medio centenar de pacientes –55 en total– y en los que se ha rebasado la barrera de los 400 muertos, llegando ayer a los 418, lo que supone el 20,6% de todos los fallecidos en Andalucía (2.025).

En concreto, el pasado lunes murieron tres personas; el martes fueron seis; miércoles y jueves hubo una víctima mortal cada día; el viernes cuatro, once el sábado, y otros tres el domingo. De este modo, Málaga es la provincia andaluza en la que más personas mueren, seguida de Sevilla (413) y de Granada (355). El resto se mantiene por debajo de los 300. La curva marca una tendencia ascendente clara, con un incremento de fallecidos progresivo desde mediados de agosto.

Por entonces, había entre tres y cinco fallecimientos cada día. Para ser más precisos, en la semana del 17 al 23 de agosto hubo 3 decesos, y entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre, se sumaron cinco más. Pero desde inicios de septiembre esta cifra se ha ido multiplicando peligrosamente hasta alcanzar las 11 muertes en solo 24 horas, notificadas el pasado sábado por la Junta.

Tristemente, se trata del número más elevado de esta segunda ola y uno de los más altos de toda la pandemia. Un vistazo al histórico arroja dos cifras superiores y corresponden a las fechas más dramáticas de la crisis sanitaria: 17 fallecidos el 15 de abril y 16 el día 2 de ese mismo mes. Para hacerse una idea, entre el 10 de septiembre y el 10 de octubre, en solo un mes, el coronavirus ha matado a un centenar de personas en la provincia de Málaga.

La imagen contrasta con la de la mayo, junio y julio, meses en los que se lograron los registros más leves en cuanto a fallecidos, efecto del confinamiento, que redujo la propagación del virus y bajó la cifra de infectados, alivió los hospitales y, en consecuencia, redujo las muertes. Por ello, desde los últimos días de abril las cifras de decesos eran más bajas. En junio, incluso, se sucedieron varias semanas sin contar ni un solo fallecido, y lo mismo ocurrió en julio. En agosto, se rompió la buena racha y a partir del 7 de septiembre, las cifras vuelven a subir.

Por hacer una lectura algo más positiva, cabe decir que las 289 víctimas mortales con el virus registradas desde marzo hasta mediados de julio suponen el 9,5% de los 3.035 contagiados en ese periodo. En septiembre, los 78 decesos comunicados por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía representan el 1% de los 8.414 infectados en este tiempo.