Los profesionales de Salud Pública, como es preceptivo, ya han tomado muestras para determinar el origen de la toxiinfección alimentaria que sufrieron 17 médicos del Regional en la guardia de Urgencias del pasado sábado, tras comer un pollo en salsa en el comedor del hospital. Hay 10 casos confirmados y siete en estudio. La Delegación de Salud abrió una investigación para aclarar las causas.

Con las muestras tomadas en el comedor y la cocina, se pretende precisar si la causa fue el pollo, la salsa o su manipulación. Los resultados se estiman que tardarán un par de semanas y permitirán precisar supuestas responsabilidades. Los facultativos tras ingerir la comida, sufrieron cuadros de gastroenteritis, con vómitos, diarrea y malestar general. “Hay dos inodoros y había cola porque todos se pusieron malos”, apuntó un sanitario.

Los facultativos fueron atendidos por sus compañeros en las propias Urgencias, aunque ninguno precisó ingreso. El Sindicato Médico de Málaga (SMM) –que el lunes dio a conocer lo sucedido– confirmó este miércoles que los profesionales han evolucionado bien y que se van incorporando a su trabajo. El SMM reiteró que espera que se depuren responsabilidades. “Estas toxiinfecciones alimentarias se pueden evitar y no es de recibo que ocurran en un hospital”, lamentó un representante del sindicato.

La intoxicación sólo afectó a facultativos porque son los únicos profesionales que hacen guardias de 24 horas; de modo que almuerzan y cenan en el comedor del centro y el hospital les facilita la comida. Los demás trabajadores tienen turnos más cortos y normalmente no utilizan ese servicio.

El personal lleva tiempo quejándose de “mala calidad” de los alimentos. Cada menú cuesta siete euros. “Por ese precio, no pueden servir langostinos, pero pedimos que cuiden la calidad de la comida que nos están dando”, indicó el pasado lunes el representante del SMM, que confió en que el incidente sirva para que “se tomen las medidas y se mejore el servicio”.

El hospital confirmó que fue el sábado por la tarde cuando la dirección tuvo conocimiento de la toxiinfección alimentaria. Comieron al mediodía el pollo sospechoso de haber originado la intoxicación y unas seis horas más tarde, comenzaron a sufrir las consecuencias. Los perjudicados, tras sentirse indispuestos, fueron asistidos en Urgencias. “Desde el primer momento, se activó el protocolo” -un procedimiento de control del brote- y se actuó bajo las directrices marcadas por el Servicio de Medicina Preventiva, según señaló el Regional. Además, aclaró que la atención a los pacientes “no se vio perjudicada por estos hechos en ningún momento”.