Mujeres que conducen hacia el futuro
Las conductoras profesionales de camión o vehículos de reparto en España no llegan al 3% frente al 3,9% de Europa: queda un largo camino por recorrer hasta lograr la paridad
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El sector del transporte cuenta con una presencia apabullante de hombres que, además, quiere reivindicarse ahora, en pleno siglo XXI, como un vector de innovación esencial para el bienestar económico del país. “Si nos paramos nosotros se para todo”, se ha escuchado estos días mucho en Málaga, junto a otras reflexiones que apuntan a la importancia de aumentar la cifra de mujeres al volante de camiones o vehículos de reparto o, incluso, en puestos de liderazgo de grandes empresas de logística y distribución. Ese es el reto, pero queda demasiado por hacer: sólo entre el 2% y el 3% de los conductores profesionales en España son mujeres en los sectores del camión o el reparto urbano (gracias a todo tipo de vehículos), frente al 3,9% de Europa. A esa desproporción se le suma que, según los expertos, faltan 400.000 conductores en España. Pese a ello, hay muchas abriendo camino y conduciendo hacia el futuro.
El Museo del Automóvil y la Moda de Málaga acogió el pasado jueves, 20 de febrero, el III Foro Internacional Mujer y Sector Transporte, organizado por la empresa Andamur, en el que mujeres líderes como Marta Sánchez López-Lago, CEO y propietaria de Transportes Narval, o Mari Luz Cobos, directora general del grupo Transaher, y conductoras profesionales se reunieron con el fin de poner en común sus experiencias y hablar de igualdad, innovación y tecnología en un sector habitualmente denostado. Lo dice Marta Sánchez: “Como nos paremos, se para todo”, además de pedir visibilidad para un nicho de mercado que encierra una gran capacidad de innovación.
Hay muchas cosas por hacer, de cualquier forma, según explicaron las expertas en las diferentes mesas y apuntan los testimonios reunidos por este periódico: por ejemplo, que las áreas de descanso en las autopistas españolas sean seguras, no sólo para evitar robos, sino también agresiones a las conductoras. Mari Luz Cobos es contundente al respecto: “Necesitamos áreas de descanso seguras, no sólo ya para las mujeres, sino para todos. Imagínate para mujeres solas viajando”.
La directora de Marketing, Customer Services y Responsabilidad Social de Andamur, Ángeles Ruiz, insiste en ello: “Sólo tenemos un 2% o 3% de las mujeres conduciendo. Contamos con pocos parkings seguros en Europa: muchos camioneros deben esperar en polígonos, si es complicado para un hombre, para una mujer lo es mucho más: robos, agresiones. Debe haber vallas con una altura mínima, cámaras, entradas vigiladas, registro de quién entra y quién sale, lector de matrículas, iluminación. La mayor parte de los camioneros duerme y cocina en el caminón. Requieren de una inversión millonaria, pocas empresas invierten en eso y existen pocas ayudas públicas”. Las áreas de descanso también han de estar mejor acondicionadas y proporcionar más seguridad a los profesionales.
Hay muchas más cosas que se pueden hacer: planes de conciliación laboral y familiar, adaptando, por ejemplo, las rutas de las conductoras, y seguros, cambios en el uso del lenguaje dentro de las empresas e impulsar la vocación en las niñas a través de mujeres referentes. Isabel Sánchez Serrano, consejera delegada de Disfrimur, es clara: “Necesitamos parkings seguros, si no ¿dónde descansamos?”, además de recordar que ya no es un trabajo tan físico como antes. El número de mujeres líderes en las empresas de distribución y logística es algo mayor: un 14%, pero es necesario mejorar esas cifras, reflexionan las expertas. Lejos quedan ya mejoras revolucionarias en su sencillez como la creación de vestuarios femeninos, como explicó Sánchez Serrano, quien recordó que la primera mujer camionera fue Celia Rivas, que obtuvo su carné en 1932. En 2017, en su empresa no había ninguna conductora y hoy son 19 (45 en total dentro de la sociedad).
Eva García Ortego asegura que, para ella, conducir un camión supone, en principio, “respeto, por los compañeros y compañeras, por las mercancías y por quien las recibe. Después, conseguir la ilusión de mi vida”.
Destaca que se ha enfrentado a los mismos retos, en principio, que “los hombres: inversión en dinero, pero también en tiempo. Aunque empecé hace muchos años tanto en el sector del transporte como en el de la construcción, no he sufrido mucho. He visto cómo otras mujeres, en cierto modo, seguían mis pasos”. Para ella, las jóvenes son el futuro del sector. “Les diría que hay muchas oportunidades de salidas profesionales. Que el león no es tan fiero como lo pintan, que hay sitios y empresas donde nos ayudan, en mi caso a dar un empujón, también económico”.
María Dolores Rodríguez también es camionera. “Cuando estoy encima de un camión es una felicidad enorme porque me dedico al trabajo que más me gusta. Cuando me monto se me quitan las preocupaciones y me siento empoderada”, destaca, aunque reconoce haberse enfrentado a bastantes retos. “Realmente hay muy pocas mujeres que se dediquen a ello, y es difícil. Por ejemplo, las áreas de servicio no están acondicionadas. Llegas a un área y te ves sola. Todos los camioneros se te quedan mirando, tienes que cerrar las cortinas y hay muchos inconvenientes”, precisa.
Pese a las dificultades, inspira a las jóvenes: “Les diría que tiene que gustarles mucho esta profesión. Por supuesto, las animaría porque tiene muchas ventajas: libertad, conoces lugares nuevos siempre. Si te gusta, adelante, ¡sin miedo!”.
Mar González Donate es otra de las mujeres que ha hecho del asfalto su vida. Conducir un camión, para ella, “es una nueva oportunidad cada día para ser mejor persona, mejor mujer, y mejor profesional en mi sector. Poder enfrentarme a los retos que me he ido encontrando como mujer es una base importante para mí, porque me afirmo día a día en que realmente me dedico a la profesión que me gusta, que valgo para estar aquí y que, poco a poco, con mi esfuerzo y trabajo diario, voy haciéndome mi hueco en este sector tan bonito”.
Eso sí, ha tenido que enfrentarse a muchos retos: “Me han marcado los retos, sobre todo en la etapa de transporte internacional, en la que he tenido que relacionarme con personas de otras culturas en las que no está bien visto que una mujer trabaje o dé órdenes de cómo quiere una carga o mercancía. He tenido que explicar cosas a personas que no te conocen de nada y en cuya cultura no se plantea siquiera que la mujer tenga más poder que un hombre. Me he visto impotente a la hora de explicar a personas de otras culturas, en otro idioma, que lo que yo hago siendo mujer, está bien hecho, es correcto”.
En su opinión, “se trata de una profesión que, además de ser vocacional, debe ser pasional:te tiene que gustar, tienes que vivirla, poder tener la oportunidad de estar cerca de este trabajo para decidir por ti misma si es un lugar en el que podrías estar. Cada mujer tiene una capacidad diferente y ser transportista profesional es una decisión muy fuerte y muy intensa que hay que tomar porque, si como yo se dedican al transporte internacional, debes pasar días fuera de casa”.
En relación a las jóvenes, precisa que animarlas, ahora, “es complejo, porque no es un sector que sea atrayente, por las dificultades que tenemos, sobre todo las transportistas: seguridad, aseos diarios, descansos, dónde poder parar cuando termina tu jornada y tener que buscar esos lugares en los que, aparte de tu propio descanso, tienes que asegurarte de que la mercancía no esté en peligro, ese tipo de cosas que nos afectan día a día”. Pese a ello, no todo son problemas:“Hay cosas muy buenas e interesantes (viajas, estás en lugares diferentes, ves a personas y culturas distintas, cada día es un destino completamente diferente, te sientes cómoda en destinos que te gustan), pero es importante informar de que hay ciertas situaciones en nuestras jornadas que no son agradables y nos frenan”.
Roser Obrer, directora general de Transporte por Carretera y Ferrocarril, lo tiene claro:“Aportamos mucho al sector, otra visión y manera de hacer las cosas”. “Tradicionalmente el sector ha estado dominado por hombres, pero cada vez hay más mujeres al volante, en logística e innovación”, recalca.
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