Más mujeres en Málaga congelan ya sus óvulos para aplazar ser madres que por causas médicas

La congelación de óvulos surgió hace un par de décadas como una solución de la Medicina para aquellas mujeres que en plena edad reproductiva tenían que recibir un tratamiento –como quimioterapia– o pasar por una operación –como extirpación de ovarios– que comprometía su fertilidad. Así, al congelar sus ovocitos podían ser madres en el futuro.  

Con el paso del tiempo comenzó un nuevo uso para esta técnica: las razones sociales. Eran la excepción. Mujeres que sin causas clínicas, solo para posponer la maternidad, congelaban sus óvulos para garantizarse la mayor calidad de una edad más temprana y con ello tener más posibilidades de quedarse embarazadas en el futuro.  

Pero lo que comenzó siendo una excepción, debido al retraso de la maternidad es en la actualidad ya muy frecuente. Tanto que hoy más mujeres congelan sus óvulos por razones sociales (para posponer ser madres) que por causas médicas (por tener una enfermedad que ponga en riesgo su fertilidad futura).   

La técnica dio un salto importante tras crearse un método de congelación ultrarrápido (la vitrificación) que evita la formación de cristales que solían romper los óvulos. Así, esta mejora supuso un salto en reproducción asistida, con más probabilidades de éxito para un embarazo. 

En la actualidad, numerosas mujeres vitrifican sus ovocitos. Unas para tener hijos tras superar un cáncer y otras para tenerlos tras conseguir estabilidad laboral o alcanzar retos profesionales. 

“Cada vez hay más conciencia social sobre la importancia de medir y preservar la fertilidad. Vitrificar no es sinónimo de tener que ser madre mediante técnicas de reproducción asistida obligatoriamente. No hay que tomarlo como una última oportunidad de la mujer para la maternidad, sino como lo que es, una medida responsable teniendo en cuenta que a partir de los 35 años las posibilidades de ser madre descienden drásticamente”, aclara Carmen Segura. 

Esta embrióloga del Centro Gutenberg lleva 36 años en reproducción asistida y es testigo de la revolución que ha vivido desde entonces este ámbito de la Medicina. Cuenta que “antes”, las mujeres buscaban su primer hijo “con veintitantos años y ahora con más de 32”.  

Según los datos del Centro Gutenberg, el número de mujeres que congelaron sus óvulos en esta clínica ha aumentado casi un 80% desde 2002. La embrióloga añade que la edad de las usuarias que vitrificaron ovocitos por causas sociales ha descendido de 37 años en 2021 a 34 años en la actualidad. “Este es un buen dato porque da más oportunidades ya que los óvulos son mejores”, apunta la embrióloga. 

La sanitaria explica que a mayor edad, el número y la calidad de los ovocitos va mermando y cae en picado en torno a los 35 años. De ahí que aconseje a las mujeres que quieran aplazar su proyecto de ser madres que al ir al ginecólogo se midan la reserva ovárica. Para ello es necesario una ecografía y estudios hormonales. 

Segura aconseja que si tienen en torno a 30 años, baja reserva ovárica y no van a ser madres en el corto plazo congelen sus óvulos. Si rondan esa edad, su reserva es buena, pero no se plantean la maternidad hasta cerca de los 40, lo recomendable es que vitrifique los ovocitos “con 30 años, mejor que con 35”. En la actualidad un alto porcentaje de parejas necesitan acudir a técnicas de reproducción asistida por el retraso de la maternidad. Porque son muchas las mujeres que si hubieran intentado quedarse embarazadas más jóvenes seguramente lo habrían logrado de manera natural. 

Aunque hay razones médicas de cada mujer y hasta ambientales que pueden incidir en sus dificultades para concebir un hijo, Segura insiste en que en la actualidad “el factor fundamental es el retraso en la edad de la maternidad”. La sanitaria recuerda que a lo largo de junio, como en años anteriores y coincidiendo con el mes internacional de la fertilidad, la clínica vuelve a llevar a cabo una campaña para medir de forma gratuita la reserva ovárica a las mujeres que así lo soliciten. 

“La mujer que quiere ser madre a los 40 años con sus propios ovocitos lo tiene muy difícil” 

“La mujer que quiere ser madre en torno a los 40 años con sus propios ovocitos lo tiene muy difícil”. Así de rotunda es Carmen Segura, embrióloga que lleva desde 1988 en el Centro Gutenberg ayudando a hacer realidad el sueño de cientos de personas de tener hijos. Considera “muy respetable” que haya mujeres que prioricen viajar, trabajar o alcanzar logros profesionales. Incluso que no quieran ser madres.

Pero insiste en la advertencia de todos los especialistas en reproducción asistida: la edad de la mujer juega en contra a la hora de lograr un embarazo, especialmente a partir de los 35 años. Además, resalta que a a medida que se supera esa edad, la tasa de abortos es muchísimo mayor. 

Insiste en aunque muchas pacientes estén sanas y activas, en torno a los 40 sus ovarios ya tienen muchos años. Recuerda que estos se forman en el útero materno. De modo que una paciente, por más que esté bien, si tiene 40 años, esa es también la edad de sus ovarios a efectos reproductivos. De hecho, la mayoría de quienes en la actualidad necesitan una donación de óvulos para lograr un embarazo, la requieren por su edad, no por razones médicas (como sería no tener ovarios o sufrir esterilidad tras un tratamiento agresivo).  

La Ley de Reproducción Asistida en España no pone límite de edad a estas técnicas. Pero las clínicas tienen el acuerdo tácito de no buscar embarazos en pacientes a partir de los 50 años. La embrióloga de Gutenberg recuerda que el objetivo de este ámbito de la Medicina es conseguir recién nacidos vivos sanos. Pero también, que la madre geste sin problemas y no ponerla nunca en peligro en ese camino hacia su maternidad. Y recuerda que a medida que aumenta la edad, con un embarazo hay más posibilidades de que aparezcan hipertensión o diabetes gestacional.