El líder mundial en la fabricación de relleno de aceitunas es malagueño

Mapsa tiene tres fábricas, trabaja para las mayores firmas del sector y eleva un 80% sus ventas en dos años

Rocío Palomo posa en el laboratorio que Mapsa tiene en el PTA.
Rocío Palomo posa en el laboratorio que Mapsa tiene en el PTA.
Ángel Recio Málaga

04 de octubre 2015 - 01:00

El líder mundial en la fabricación y comercialización de relleno de aceitunas de mesa es malagueño. Son discretos y huyen de cualquier tipo de protagonismo, pero la realidad es que Mapsa elabora sus productos para unos 75 grandes clientes en todo el mundo y sus rellenos se pueden probar prácticamente en todo el planeta, allá donde las empresas aceituneras vendan. Desde Estados Unidos a Japón. Curiosamente, en este último país ha sido prácticamente un logro porque a los japoneses no le suelen gustar las aceitunas, pero han dado con la tecla. Les han metido jalapeños y ahora sí esta funcionando. Cada sociedad tiene sus preferencias. En Estados Unidos, por ejemplo, les encantan rellenas de queso azul o naranja.

Esa capacidad de adaptación a los mercados locales es una de las claves que han permitido a esta firma malagueña ocupar ese liderazgo mundial. La vocación exportadora desde sus orígenes y la calidad del producto son los otros dos pilares en los que se ha asentado esta compañía que fue fundada por Miguel Ángel Palomo en 1987.

Trabajaba en el sector y ese año decidió crear su propia empresa. Abrió una fábrica de relleno de aceituna en la localidad sevillana de Dos Hermanas porque es el centro neurálgico de la aceituna de mesa en España y este país es el primer productor mundial. En esas instalaciones, que siguen plenamente operativas, fabrican, entre otros, la cinta de pimiento, que es su producto estrella. En 2000 iniciaron la construcción de una segunda planta en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en Málaga, donde llevan funcionando desde 2003.

Buena parte de su producción iba destinada a empresas aceituneras foráneas, siendo especialmente intensa la relación con Grecia. Les vendían tanto producto que en 2011 llegaron a enviar hasta 100 contenedores, por lo que Palomo analizó la posibilidad de abrir una fábrica en Grecia, reduciendo así los costes logísticos y mejorando su red de distribución. "En 2012 abrimos en Tesalónica y desde allí atendemos al mercado griego y turco, mientras que desde nuestras fábricas en España cubrimos el mercado interno, Europa y EEUU", precisa este empresario. De hecho, Miguel Ángel Palomo viaja frecuentemente a Grecia y esta semana acaba de regresar a Málaga. Entre las tres factorías tienen 35 trabajadores.

Su apuesta innata por la internacionalización no solo les ha permitido sortear la crisis de forma sosegada sino que incluso están disparando sus ventas. El año pasado su facturación creció un 40% y, según Palomo, este ejercicio prevén aumentar, como mínimo, otro 40%. De esta forma, casi duplicarían sus ingresos en apenas dos años, estimando una facturación al final del presente año de unos cuatro millones de euros. Eso se ha producido "porque estamos abriendo más mercados y porque también estamos creciendo entre nuestros clientes en España", narra Palomo, quien señala que el 80% de las empresas extranjeras del sector compran sus rellenos.

Conseguirlo no es fácil. Llevan casi tres décadas de trabajo y han invertido mucho dinero y tiempo en investigación, así como en tejer la red comercial. No sale a la primera. Para sacar un producto a la venta se han tenido que realizar antes decenas de pruebas previas en el laboratorio, hasta que se consigue un sabor que es demandado por el público. En estos momentos fabrican relleno de pimiento, pimiento picante, jalapeño, naranja, limón, queso azul, ajo y cebolla. No hacen el de anchoa, tradicional en España, porque ya hay demasiada competencia en ese producto específico. A veces es la empresa aceitunera la que le pide investigar un determinado sabor y otras veces es la propia Mapsa la que lo propone. "Hemos texturizado las cosas más curiosas. Nos han pedido rellenos de café con leche o de jarabe de arce. También investigamos la texturización del alcohol, aunque no ha tenido un desarrollo comercial", comenta.

El gusto de los habitantes de cada país es un elemento básico para que un sabor triunfe o no, pero también influye de manera notable la política de marketing que desarrolle cada compañía aceitunera. Eso sí, cuando todo cuadra "es muy gratificante".

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