Con la música a otra calle

Las charangas recorren la Feria del Centro llenando de ritmo y bailes todos los rincones.

Un corro de gente rodea a una charanga en Larios.
Un corro de gente rodea a una charanga en Larios.
Paola Negrete

19 de agosto 2016 - 01:00

LA Feria del centro se vive de muchas maneras. Desde las personas que deciden quedarse disfrutando del aire acondicionado mientras bailan en algún local hasta los que hacen botellón en plena calle. Sin embargo, como en todo, existen los puntos intermedios. Las charangas recorren las calles del casco histórico animando al público con su música. Paquito el chocolatero,Volver a empezar o Alcohol, alcohol son las canciones típicas que tocan y, por muchos años que acumulen y aunque se oigan miles de veces el mismo día, se siguen bailando. Porque son ritmos pegadizos que obligan a moverse.

"Es una forma de vivir la Feria diferente si te gusta la música, haces disfrutar a la gente y, además, es una forma muy útil para ganar unos euros esta semana", afirma un trompetista en calle Granada. "Te lo pasas bien, el público te trata bien y, además, en vez de gastar, ganas dinero", corrobora su compañero de los platillos. "Aunque bueno, algún vinito cae", agregan.

Jenni lo está dando todo en la plaza del Siglo con una charanga. "No sé que canción es pero me encanta", dice, mientras pega saltos agarrada a su amiga. "Es gratis, divertido, se conoce a gente y le da bastante ambiente al centro. Este año han puesto conciertos y eso, que me gustan mucho, pero las charangas le dan el toque especial y característico de la Feria", declara Antonio, que lleva dos años sin venir a la Feria por motivos de trabajo y quiere aprovechar al máximo este año. "No creo que sean la competencia de los conciertos. Si quieres ir a ver el directo de un grupo, vas, pero las charangas te las encuentras, te animas y al final pasa media hora sin que hayas podido irte, son lo mejor", dice Sofía.

Por supuesto, hay diversidad de opiniones, porque Carmen, que lleva prisa, se queja de que se ha encontrado a tres por el camino y que le están complicando muchísimo la vuelta a casa. "Pero eso es porque hoy no estoy de Feria, que si no me enganchaba aquí también", concluye.

Sea como sea, las charangas hacen que las calles se conviertan en una fiesta ambulante y, a pesar de que a veces encontrarlas te retrase con el tapón de público que conllevan, "nunca falla eso de ponerse a bailar para conseguir abrirse camino".

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