Ni de Picasso ni de la colección de Pablo Escobar: la trama de Málaga que vendía cuadros falsos de 1.000 euros por millones
La Policía relata cómo descubrió 200 falsificaciones que una organización atribuía al narcotraficante fallecido
El presunto cabecilla, un sueco a la fuga en Tailandia
La falsa colección de Pablo Escobar: desmantelan en Estepona una red que imitaba cuadros de Picasso y Basquiat
Bajo la apariencia de una lujosa villa en Estepona, con piscina, varias plantas y una caseta de invitados, operaba una trama de falsificación de obras de arte que vinculaban, como coartada, al nombre de Pablo Escobar. Detrás de la fachada, una red perfectamente orquestada intentaba colocar en el mercado cientos de cuadros falsificados, acompañados de certificados fraudulentos de autenticidad que supuestamente formaban parte de una colección privada del fallecido narcotraficante colombiano. El modus operandi era sencillo. “Buscaban en redes sociales a artistas anónimo que hacen imitaciones de reproducciones idénticas de obras y les pagaban 1.000 euros. Luego, con un sello, las vendían por millones”, relata en una entrevista con este periódico el inspector Óscar García, responsable del grupo de delincuencia económica y fiscal y ciberdelincuencia de la Policía Nacional de Marbella.
Pablo Picasso, Franz Kline, Giorgio de Chirico, Jean Michael Basquiat...eran algunos de los reconocidos artistas que objeto de una sofisticada trama de falsificación desmantelada en la Costa del Sol. El cabecilla, que durante la operación no pudo ser detenido, se encargaba de la venta de obras atribuidas a la colección privada de Pablo Escobar. “Los cuadros parecían originales”, reconoce el inspector jefe.
La investigación se remonta a hace dos años, pero recientemente se ha desarrollado una segunda fase. Los investigadores localizaron nuevas pruebas en la vivienda de un ciudadano sueco de unos 50 años, principal sospechoso y con un perfil llamativo. Sus negocios de apariencia legal le permitían mover grandes sumas de dinero y pasar “la mitad del año” de vacaciones, con una vida acomodada entre Marbella y destinos exóticos como Tailandia, donde se encontraba durante este último operativo.
La banda criminal supuestamente operaba reclutando en redes sociales a artistas especializados en reproducciones idénticas de obras famosas, ajenos al uso que se le daría a sus creaciones. El paso siguiente era el más crucial: dotar a las obras de una falsa autenticidad.
En el operativo, la Policía Nacional ha recuperado 24 cuadros y 136 certificados de autenticidad falsificados valorados en millones de euros, en una operación realizada en colaboración con las autoridades francesas, en el marco de una orden europea de investigación. En la vivienda del sospechoso, fueron hallados además cientos de certificados supuestamente emitidos por una notaría colombiana, con sellos oficiales y apariencia legítima. Los documentos acompañaban cuadros falsificados que se presentaban como parte de una hipotética colección de Pablo Escobar, gestionada, según se afirmaba en las cartas de presentación, por un supuesto sobrino del capo. Bajo esta narrativa fabricada, consiguieron realizar más de 200 falsificaciones, muchas de las cuales lograron infiltrarse en canales legales de compraventa de arte. “Cada cuadro tenía su certificado. Encontramos unos 136, pero la colección podía superar los 200”, explica el investigador, que a renglón seguido admite el “elevado potencial de copias fraudulentas”.
La organización, según las pesquisas, se afanaba en localizar compradores potenciales en Europa, especialmente en ciertas galerías de Francia, donde intentaron subastar una de las piezas. Las obras estaban cuidadosamente guardadas en cajas de seguridad dentro de la vivienda inspeccionada. Algunas, como un supuesto Le Corbusier, colgaban incluso en el dormitorio principal del presunto líder. Era su forma de mostrar que el engaño no tenía fisuras. “Solo tenía un cuadro expuesto, pero el resto estaba empaquetado, listo para salir”, señala el inspector jefe del grupo de investigación que ha puesto al descubierto la trama.
Los certificados falsificados eran impresos en color con sellos notariales —simulados— y formatos diseñados por impresores profesionales. A simple vista, imposibles de distinguir de los auténticos. Ahora, la Policía teme que la inteligencia artificial también entre en juego para falsificar obras de arte. “Con un archivo generado por IA se puede imprimir una imagen sobre lienzo y venderla como una obra inédita o perdida”, alerta el experto policial.
De acuerdo con las autoridades, Francia —país que emitió una Orden Europea de Investigación, similar a una orden judicial española— determinará los pasos a seguir con las pruebas recabadas. Durante las vigilancias en su domicilio, los investigadores hallaron a dos personas encargadas del cuidado de la casa, pero el investigado estaba ausente.
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