La madre del niño salvado por personal del Materno de Málaga: “Ahora lucho por otros niños y otros padres”

Ya ha reunido unas 5.000 firmas para que exista un protocolo, igual que en los trasplantes, para el transporte de menores conectados a un corazón y pulmón artificiales

Compromiso y whatsapps para salvar a Pablo

Pablo, un chute de motivación para los “titos” del Materno de Málaga

Los padres de Pablo con parte de los profesionales del Materno que contribuyeron a salvar su vida.
Los padres de Pablo con parte de los profesionales del Materno que contribuyeron a salvar su vida. / Javier Albiñana

Su hijo Pablo habría muerto de no haber sido por un puñado de profesionales sanitarios de tres hospitales públicos de Madrid, Burgos y Málaga que movieron cielo y tierra para transportarlo a la UCI pediátrica del Doce de Octubre conectado a una máquina que le hizo de corazón y pulmón artificiales y que quizás así pudiera sobrevivir. Un año después de aquello, el pequeño ha cumplido los tres, “está superbien” y va “al cole de los mayores”, como el resto de los niños de su edad.

Por eso, su madre –que dice que aunque tuviera 50 vidas no le alcanzarían para dar las gracias a aquellos profesionales que salvaron a su hijo– ha encontrado una forma de pagarles algo impagable: ha iniciado una campaña en change.org para que se establezca un protocolo nacional a fin de que casos como los Pablo no queden al albur del esfuerzo y la entrega de los sanitarios, sino que la respuesta asistencial esté pautada como en el caso de los trasplantes. Ya ha reunido unas 5.000 firmas.

“Ahora ya no lucho por mi hijo; sino por otros niños y por otros padres”, dice Cristina Ducar con la voz feliz, pero entrecortada por la emoción. Y es que lo que pide no es otra cosa que lo que demandan los profesionales. Un protocolo nacional para el transporte en ECMO. Este es el acrónimo en inglés de oxigenación por membrana extracorpórea y no es otra cosa que una máquina que, en pacientes extremadamente graves, hace el trabajo del corazón y/o los pulmones para darle tiempo al organismo a reponerse. En la actualidad en España hay una quincena de hospitales con tecnología ECMO. Es decir, que tienen esa tecnología para sus pacientes ingresados. Pero sólo tres cuentan con equipos humanos para hacer traslados de niños conectados a ese aparato. A saber:el Vall d´Hebrón, en Barcelona; el Doce de Octubre, en Madrid; y el Materno Infantil, de Málaga.

La familia de Pablo es de Burgos. Cuando el pequeño estaba al borde de la muerte en octubre de 2022, el Hospital Universitario de aquella ciudad dio la voz de alerta: o lo llevaban en ECMO al Doce de Octubre, o moriría. De los tres equipos humanos que podían hacer ese traslado, dos no podían. Ni en el hospital madrileño ni en el catalán había personal disponible. Los profesionales del Materno eran la única opción que quedaba. Así que cinco sanitarios del hospital malagueño, contrarreloj, viajaron casi 800 kilómetros hasta Burgos, adelantaron gastos de su bolsillo, se quitaron horas de sueño, hicieron cambios de turnos y –con el imprescindible apoyo de los compañeros que los sustituyeron en el Materno–, trasladaron a Pablo de Burgos a Madrid.

Gracias al frenético intercambio de whatsapp entre los profesionales de los tres hospitales y a su entrega, Pablo vive. Y así también viven sus padres. “Mi hijo se salvó. Por eso yo ahora lucho por otros niños y por otros padres”, argumenta Cristina. Recuerda que la tecnología ECMO es para pacientes que se están muriendo. “Los profesionales no los sienten obviamente como una madre o un padre. Pero son personas y sufren cuando no tienen los medios. Hay que confiar en la sanidad pública y apostar por ella. Vamos a darle esos medios”, defiende. Su petición es para que el Ministerio de Sanidad implante un protocolo, igual que existe para los trasplantes, que permite que en pocas horas los órganos de un donante estén distribuidos por toda España para dar vida a otras personas.

En su petición de Change.org, Cristina explica: “Mi hijo estuvo a punto de morir por un catarro que empeoró a gran velocidad. Los médicos nos dijeron que era cuestión de horas. Ahora mismo Pablo estaría muerto si hubiera dependido del actual protocolo de Sanidad. Su catarro derivó en bronquiolitis y más tarde en una atelectasia pulmonar. No os imagináis la angustia que viví esas 14 horas”.

El equipo del Materno en el Hospital de Burgos, conectando a Pablo a la máquina para su traslado a Madrid.
El equipo del Materno en el Hospital de Burgos, conectando a Pablo a la máquina para su traslado a Madrid. / M. H.

Se refiere al tiempo que esperó desde que el hospital burgalés lanzó las alerta hasta que por un pasillo ella y su marido vieron llegar al equipo malagueño que lo transportó al Doce de Octubre.

“El sistema ECMO es una técnica salvavidas que puede proporcionar soporte cardiaco y pulmonar a pacientes críticamente enfermos. El problema es que los equipos existen, pero no están disponible para todos los niños de España. Si Pablo está vivo es gracias a un grupo de sanitarios que, voluntariamente, se organizaron en un grupo de Whatsapp. Se pagaron de su bolsillo el transporte para venir lo más rápido posible a Burgos. Este equipo médico realizó un esfuerzo heroico y altruista en un tiempo récord. Y le salvaron la vida. Pero otros niños no tienen esa suerte y fallecen en cuestión de horas. La vida de nuestros hijos no puede depender de actos así”, reflexiona.

En la campaña que lanza a través de la plataforma, pide “equipos ECMO en todas las comunidades o un protocolo de desplazamiento de urgencia de dichos equipos, como el de los trasplantes de órganos, que se activan en cuestión de minutos”.

Recuerda casos de niños que se salvaron gracias a esta técnica, como su hijo, Luca, Elsa, Zoe, Eva. “Pero muchísimos mueren también porque no llegamos a tiempo”, lamenta. Dice que son “niños que se pierden en el papeleo y fallecen”. Y agrega casi implorando: “Yo tuve suerte. Pero tiene que haber equidad y que la posibilidad que tuvo mi hijo llegue a todos los niños de España mediante un protocolo nacional de transporte en ECMO”.

Según la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP), aproximadamente 200 niños necesitan el apoyo de esta máquina cada año en nuestro país. Pero debido a las limitaciones geográficas y logísticas actuales, muchos no tienen esa oportunidad y mueren.

Por eso la madre de Pablo concluye: “No podemos permitirlo. El remedio existe y hace unos meses estuvieron a punto de implantarlo. No dejemos que caiga en el olvido. Necesitamos miles de firmas para hacernos escuchar”. Aquí puedes firmar la petición

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