Más de 6.100 niños en exclusión reciben las tres comidas en el colegio
Sociedad
La provincia se sitúa a la cabeza de Andalucía y acumula más del 25% de los usuarios del plan de Solidaridad y Garantía Alimentaria.
Ante la situación crítica que estaban viviendo algunas familias, que se hacía extensiva a barrios enteros como La Palmilla o Los Asperones, la Junta de Andalucía lanzó en 2013 el Plan de Solidaridad y Garantía Alimentaria (SYGA). Los niños en riesgo de exclusión cuyas familias solicitaran su inclusión en dicho plan y cumplieran los requisitos, valorados también por los servicios sociales comunitarios, recibirían en los colegios no sólo el almuerzo bonificado al 100%, sino también el desayuno y una bolsita con la merienda. Pan, aceite, zumos, galletas, embutidos y fruta se convertían, en muchos casos, en la cena de estos menores. El curso pasado un total de 6.101 niños en la provincia fueron usuarios de dicho plan, lo que supone más de un 25% de los 23.583 escolares andaluces incluidos en este recurso.
Málaga se sitúa a la cabeza en cuanto al número de niños necesitados de la ayuda, ya que son 1.300 casos más que la provincia que le sigue, Sevilla, que tuvo el curso pasado a 4.810 usuarios. El resto, cuenta con cifras muy inferiores. Tres provincias rondan los 2.500 usuarios -Cádiz, Granada y Córdoba- Almería y Huelva se sitúan en torno a los 2.000 y Jaén supera en poco el millar de niños que reciben las tres comidas en los colegios.
En 282 centros repartidos por toda la provincia hubo el pasado curso usuarios de este plan SYGA -que se retrasó durante el primer trimestre y no empezó a funcionar con normalidad hasta enero de 2015-. En una docena de colegios se rondó o se superó el centenar de usuarios, siendo parte importante del total de niños que utilizan el servicio de comedor. El CEIP Cerro Coronado, en el distrito Palma-Palmilla, fue el que más beneficiarios del plan tuvo con un total de 169 escolares. "Somos un centro de compensatoria y de difícil desempeño con un nivel sociocultural y económico muy inferior al que pueden tener los alumnos de otras zonas de la provincia", explican desde la dirección del centro y destacan que "los usuarios de comedor están beneficiados en su mayoría al 100%, por lo que han podido solicitar el plan SYGA".
Este curso también ha habido retraso en el reparto de las bolsas con las meriendas, que llegaron en su totalidad un mes después del inicio de las clases. Pero todavía en algunos centros se están tramitando solicitudes por parte de las familias y según afirman desde el CEIP Cerro Coronado "este año tenemos más incidencias con el plan SYGA, no les llega a todos todavía porque las familias aún tramitan solicitudes". Eso sí, las circunstancias laborales y económicas han cambiado tan poco en estas familias que los que fueron beneficiarios el pasado curso, este año lo serán también. "Sus condiciones no varían, vemos la necesidad de nuestros niños y esto es una verdadera ayuda", dicen desde la dirección del centro. La venta ambulante es una de las dedicaciones de las familias del colegio Cerro Coronado. Pero una gran mayoría está en el paro.
"Ahora algunos han sido seleccionados para formar parte en el programa de los servicios operativos del Ayuntamiento y, por lo menos, durante unos meses van a tener trabajo", comentan. Pero en su caso como en el del vecino CEIP Doctor Gálvez Moll, con 128 usuarios o Manuel Altolaguirre, que tuvo 134 el curso pasado, los brotes verdes son más bien un espejismo. En el CEIP María de la O, en Los Asperones, la totalidad de sus alumnos está dentro de este plan, ya que el año pasado sus usuarios ascendieron a 108. En el Bergamín fueron 113 alumnos, en el Ciudad de Mobile 105, en Nuestra Señora de los Remedios de Vélez-Málaga un centenar y en el CEIP Vicente Aleixandre de Torre del Mar, un total de 105.
Cuando la primera comida del día se hace en el colegio
En entornos muy desfavorecidos como pueden ser La Palmilla o Los Asperones, los centros educativos ya habían incluido el desayuno en su rutina diaria. Como explicaban los directores José López y Patxi Velasco, los niños llegaban sin probar bocado y sin nada en la mochila. Era en el colegio cuando hacían la primera comida del día, vital para mantener la atención y poder seguir la actividad lectiva. Los propios centros intentaban cerrar acuerdos con organizaciones no gubernamentales o entidades para que les pudieran financiar leche, galletas, fruta y pan con los que poder ofrecer el desayuno. Pero hasta ahora la merienda corría a cargo de las familias, si podían. "La merienda nos la saltamos, porque si no no tenemos para darles de cenar", decía una madre de Los Asperones. Una bolsa que cuando no llegan se echa mucho en falta.
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