Los niveles tóxicos por la 'marea roja' disminuyen en los caladeros de Málaga
La mezcla de una proliferación de algas con una toxina ha sido la responsable
No es raro que cada año al menos en varias ocasiones los caladeros de moluscos malagueños tengan que echar el cierre por culpa de lo que comúnmente se conoce como marea roja y que está provocada por una toxina. Pero en esta vez ha sido distinto porque a esta situación, se ha unido otro poco habitual en la provincia y que es una verdadera marea roja, un fenómeno oceanográfico frecuente en las costas gallegas, también llamados afloramientos o blooms planctónicos, en el que se produce un crecimiento masivo de microorganismos marinos que, como en este caso, provoca la coloración del mar.
Los vientos del noroeste que se han mantenido durante las últimas semanas han provocado movimientos ascendentes de aguas profundas ricas en nutrientes y que dan lugar a una afloración súbita y masiva de microalgas planctónicas (principalmente diatomeas), "que se multiplican de manera impresionante y que llegan a cubrir extensas áreas del mar", según explicó el jefe de servicio de Desarrollo Pesquero de la Delegación provincial de Agricultura y Pesca, Leandro Jiménez.
Lo que ha pasado en esta ocasión es que se ha unido con una proliferación de microalgas que incorporan en sus tejidos sustancias tóxicas para el ser humano. Fue el pasado 30 de abril cuando se observaron amplias manchas de color rojizo frente a la playa de La Malagueta. Tras su análisis en laboratorio pudo comprobarse que se trataba de grandes proliferaciones de algas unicelulares no tóxicas, denominadas Myrionecta rubra, cuya pigmentación confiere al mar dicha coloración rojiza.
Pero además, desde finales de abril hasta mediados de mayo se ha registrado asimismo un episodio tóxico que ha afectado a parte de los caladeros de la provincia, los cuales han tenido que ser cerrados a la pesca para evitar que los mariscos contaminados lleguen a los mercados. En esta ocasión, se han alcanzado altas concentraciones celulares en el agua de Pseudonitzschia spp (más concretamente Pseudonitzschia australis), diatomea productora de toxina tipo amnésica (ASP), pero solo en algunas de las zonas de producción de la provincia. La pasada semana los niveles de esta toxina comenzaron a disminuir significativamente y los moluscos afectados han ido mostrando niveles tóxicos en progresivo descenso, aunque aún sigue el cierre de los caladeros.
La sintomatología principal que provocan las toxinas amnésicas (ASP) es de tipo neurológico. El ácido domoico origina problemas de carácter nervioso e incluso otros de mayor gravedad.
En estos casos, la Dirección General de Pesca y Acuicultura realiza un programa de control y seguimiento que comprende la vigilancia de la calidad microbiológica y el estudio del fitoplancton tóxico del agua de mar y la calidad microbiológica, química y toxicológica de las distintas especies de moluscos bivalvos y equinodermos (erizo y anémona) del litoral malagueño.
Semanalmente se realizan muestreos de agua con el apoyo de las embarcaciones del servicio de Inspección Pesquera y son estos análisis los que posibilitan la rápida detección de especies de fitoplancton potencialmente tóxicas, señaló la delegada provincial de Agricultura y Pesca, Mónica Bermúdez. La frecuencia de muestreo pasa a ser semanal en el caso de presencia de toxinas en el marisco o en el agua.
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