La normalidad a los trenes no llega a las 17:00 en Málaga, el AVE a Madrid, sale 50 minutos después

La normalidad no llega a los trenes de María Zambrano entrada la tarde. A poco de entrar en el vestíbulo de la estación, una larga e inmóvil cola de viajeros esperando ocupa gran parte del mismo. Dispuestos en dos filas y esperando poder pasar el control de seguridad, al menos hasta 45 minutos después de la hora a la que debía partir su tren, fijada a las 17:00 de este lunes. Aunque desde Renfe y Adif daban ya la normalidad por asumida esta tarde, lo cierto es que en Málaga se seguían sintiendo los retrasos. Finalmente ha efectuado su salida a Madrid en torno a las 17:50 horas, con el AVLO de las 14:20 acoplado.

Este último tren, indican desde Renfe, había tenido que ser cancelado por la situación del día, aunque finalmente se le ha podido encontrar acomodo en una doble composición con el tren de las 17 horas. Entrada la tarde los retrasos son de entre 15 y 20 minutos, indican desde la compañía, cada vez más cerca de la normalidad absoluta.

"Y eso que Óscar Puente había dicho que entre las dos y las cuatro estaría arreglado", resopla Javier, a mitad de cola mientras denuncia que no saben nada de la hora a la que podrán empezar a embarcar. De los siete trenes de Renfe que debían salir esta mañana desde Málaga, la empresa reconoce que sólo uno ha tenido demoras inferiores a dos horas, que ha sido de hora y cuarenta minutos. Pasadas las 17 horas, la empresa enviaba un comunicado en el que anunciaba que a esa hora se preveía la vuelta a la normalidad. Sin embargo, la situación en María Zambrano hacía indicar lo contrario.

María, que va a Madrid por una reunión de trabajo que tiene el martes por la mañana, vive con calma la situación. "No tengo mucha prisa por llegar porque tengo que estar mañana, pero es verdad que no es plato de buen gusto llevar casi una hora esperando de pie", dice. Si por la mañana había cantidad de gente desperdigada por la estación e intentando pasar como podían el tiempo, por la tarde las colas son cartesianas. Cierto es que si por la mañana estaban todos los trenes afectados, a primera hora de la tarde el número de ferrocarriles en el aire es mucho menor, lo que se presta a mantener cierto orden.

Juan y Josefa van a pasar a la capital una semana con la hermana de ella, de visita. Su máxima preocupación es que ella les esperará en la estación. "A nosotros nos importa menos esperar, pero tenemos en vilo a mi hermana, que no sabe cuándo va a salir a recogernos, a ver si salimos pronto y podemos cenar tranquilos", dice Josefa.