Los nuevos avisos del narco en Málaga: “Ya no hay código de honor; es más importante dejar a una persona inválida que matarla”

Los últimos ajustes de cuenta en la Costa del Sol, guerras internas por "ascensos rápidos" en una banda

Tirotean "por error" una casa de Teatinos en la que vive una familia con hijos: la Policía busca al autor

El lugar donde ha tenido lugar el tiroteo, precintado por la Policía Nacional.
El lugar donde ha tenido lugar el tiroteo, precintado por la Policía Nacional. / M. G.

Narcos que tirotean a narcos, víctimas de su propia medicina. Y ahora, no sólo entre bandas rivales, también en el seno de ellas. Así se castigan los robos de droga, motivados –casi siempre– por el ansia de rebeldía y poder. Los últimos ajustes de cuenta de los que ha sido escenario la Costa del Sol están vinculados a enfrentamientos en casa. Guerras internas entre traficantes afanados en ascender “de forma rápida e inmediata”, apunta Mariló Valencia, representante del Sindicato Reformista de Policías (SRP). Su mensaje es claro: “Aquí no existen guerras por querer marcar el territorio, sino que ocurren dentro de las bandas por deudas”.

Una realidad que atestiguan otros investigadores consultados, que subrayan la nueva dinámica del crimen organizado. “Ahora domina la Mocro Maffia –una de las bandas criminales más importantes de los Países Bajos–. No tienen código de honor ni miramiento a la hora de hacer daño y ven más importante dejar a una persona inválida que matarla”, apostillan expertos policiales.

El año pasado fue sonada la fuga del líder de la peligrosa organización criminal, tan solo tres meses después de su detención en Marbella, lo que causó un gran revuelo y un enorme malestar tanto en las fuerzas de seguridad española como en las autoridades holandesas, irritadas antes por la decisión de la Audiencia Provincial de Málaga de dejarle en libertad provisional pese al “riesgo de fuga”. La noticia de su captura se anunció como una victoria policial que, después, se tornó en un fiasco judicial.

Apodado como Taxi, Karim B., es un neerlandés de origen marroquí considerado como uno de los presuntos cabecillas de la Mocro Maffia, las redes de narcotraficantes de origen magrebí que operan de forma similar a la mafia italiana y que están asentadas en Europa, principalmente en Países Bajos.

Con la extensión de sus tentáculos en la Costa del Sol, el cambio de tendencia del narco, en palabras de otro investigador avezado, ha sido “radical”. “Piensan que, si matan a alguien en un ajuste de cuentas, ya no les vale de nada. Les interesa recuperar la mercancía. A diferencia de otras mafias que operan, éstas dejan al traidor vivo con lesiones para toda la vida”, relata.

La 'nueva oportunidad' del peleador al que dispararon en las piernas

Uno de los tiroteos más recientes –y que ejemplifica este panorama– ocurrió al comienzo de este 2025 en el parking del Real Club de Padel de Marbella. Allí, un hombre recibió varios disparos en sus extremidades inferiores. Según las primeras pesquisas, por un posible escarmiento. “Es un deportista nato, un peleador. Ya había tenido problemas antes. El que le disparó sabía que, si le quedan secuelas, su carrera se hunde”, afirma otro efectivo de la Costa del Sol conocedor de las tretas de estos grupos criminales. Otros expertos de las fuerzas de seguridad comparten también su percepción: “Cuando dejan a alguien lesionado, es porque le dan una nueva oportunidad”. Y recuerda el caso de David Ávila, alias Maradona, que antes de ser asesinado, en 2018, había recibido hasta dos advertencias para que asumiera el pago de una deuda. A la tercera fue la vencida.

'Maradona', el narco asesinado tras la Comunión de su hijo

Eran las 2 de la tarde de un 12 de mayo cuando el padre de familia subió a su Audi RS3 estacionado junto a la iglesia Virgen del Rocío, en San Pedro Alcántara. Un motorista le descerrajó varios tiros delante de su mujer y sus dos hijos. Salían de la Primera Comunión de uno de ellos. Fue también un toque de atención a su banda: la deuda no estaba saldada. Se escribía así el comienzo de una las etapas más sangrientas de la Costa del Sol, con ajustes de cuentas y hasta bombas. La Policía descabezaría después al violento grupo de sicarios. Y llegarían, progresivamente, más. “Ahora se está viendo la llegada de narcos del Este. Están en situación de guerra y las acciones que llevan a cabo ante enfrentamientos con otras bandas son más agresivas”, precisa Mariló Valencia.

Los narcos se arman como un ejército: la peligrosa amenaza

Otra realidad que preocupa a los investigadores es la irrupción de las armas de guerra, cada vez más potentes. Los narcotraficantes se arman como un ejército. La Fiscalía de Andalucía –que se enfrenta a importantes epicentros del tráfico de drogas en la Península, como el Campo de Gibraltar y la Costa de Sol, además de a cientos de kilómetros de playa– lo resaltaba en una de sus últimas memorias, donde daba cuenta de varios artesanales intervenidos.

En uno de los operativos de 2024, la Guardia Civil detuvo en Málaga y Granada a 16 personas por formar parte, presuntamente, de un entramado de compraventa de armas que suministraban a organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico. En total se practicaron doce registros en estas dos ciudades, donde fueron requisados mariló14 rifles tácticos del calibre 300 Blackout, abundante munición y 13.000 euros en efectivo.

El negocio de las armas ha evolucionado progresivamente. En estos últimos años, ha ido de la mano de la evolución que experimentó el propio mundillo del narco durante la pandemia de la Covid-19, cuando bandas criminales diversificaron su actividad delictiva ante la reducción del mercado de drogas por el confinamiento.

De nuevo, se sienten preparados para “enfrentarse a cualquier amenaza, incluso la policial”. Y esa es una de las grandes inquietudes: que los traficantes pierdan la cautela y se atrevan a enfrentamientos armados con los agentes, una línea roja que, todavía, no han sobrepasado. “Bastante poco pasa”, sentencia un investigador bregado en la lucha contra el tráfico de drogas.

"Malos contra malos"

La solución, a sus ojos, debe pasar, en primer lugar, por el “convencimiento político real de que hay un problema”. “Pero eso siempre se esconde porque no gusta. Y lo primero es asumir que existe”, asevera. La suerte, admite este investigador, es que “muchos” de los episodios violentos que suceden, por ejemplo, en el tramo que va de Fuengirola hasta Estepona “no trascienden”. “En esas urbanizaciones no se sabe lo que pasa. Tampoco se denuncian porque son malos contra malos”, recalca el policía. Y, a renglón seguido, critica “la politización del trabajo de las instituciones” que batallan contra la criminalidad. “Cuenta igual la detención del líder de una organización o un asesino que la de un chaval que se lleva un iPhone de un centro comercial”, opina.

El pasado 2024 cerró con al menos una veintena de asesinatos, varios de ellos relacionados con ajustes de cuentas y violencia de género. Málaga quedaba así señalada en el último balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior como una de las provincias españolas donde más sangre y lágrimas se derraman. En el último crimen del que se tiene constancia pública –perpetrado en el Puente de Diciembre– el homicida empleó un fusil de asalto, el mismo, sospechaba la Policía, que después aparecería debajo de un coche en la misma calle. Un descuido poco común entre los traficantes al presuponerse la profesionalidad de sus ejecuciones.

Tirotean "por error" una casa de Teatinos

Después se investigarían al menos tres incidentes más con pistolas en Málaga capital –en Palma-Palmilla, Ciudad Jardín (con un herido de bala) y Teatinos (con un tiroteo por error)– aunque se descarta, a priori, su vinculación con el crimen organizado. La principal hipótesis de la Policía es que respondían a desavenencias familiares.

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