La obra para culminar la rehabilitación del antiguo convento de San Andrés, cuyos orígenes datan del siglo XVI, inicia su particular cuenta atrás. Después de que a principios de mes pudiesen observarse las primeras máquinas sobre la edificación, este martes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la subdelegada del Gobierno, María Gámez, han simbolizado el acto de puesta de primera piedra, que viene a reflejar el arranque formal de la intervención. Conforme al calendario previsto por las empresas adjudicatarias de la actuación ahora en desarrollo, correspondientes a la segunda fase, la restauración integral del equipamiento podría ser una realidad para el verano de 2021. 

Para ello, las firmas constructoras, Hermanos Campano y OHL, disponen de 22 meses, con una inversión inicial de 2.812.399 euros. Una de las particularidades del proyecto de San Andrés, como ya ocurriera con la primera parte de la actuación (cuyo coste alcanzó los 1.143.160 euros) es que es un vivo ejemplo de cooperación entre el Consistorio y el Gobierno central, que participa en la financiación de los trabajos por medio del programa 1,5% cultural. De manera precisa, mientras la Administración estatal aportar algo más de 1,9 millones (67,85%), el Ayuntamiento lo hace con algo más de 904.000 euros (32,15%). 

Imagen de la parte del convento de San Andrés donde se va a actuar.

El plan de intervención va a permitir recuperar para uso ciudadano buena parte del espacio, contemplándose, una vez finalizadas las obras, la ubicación en el equipamiento de la biblioteca Jorge Guillén (775,6 metros cuadrados); espacios para la Cofradía del Carmen (453,9 metros), un salón de actos (250,8 metros) y otras salas (318,9 metros) para, entre otras entidades, la Federación Andaluza de Ajedrez y la Asociación Torrijos.

Durante el acto de puesta en marcha de los trabajos, Gámez ha destacado el orgullo que le produce al Gobierno la participación en un proyecto de esta naturaleza, que va a permitir "recuperar nuestro patrimonio". Al tiempo, ha puesto en valor la trascendencia de la figura del general Torrijos, que pasó sus últimas horas de vida en el Convento de San Andrés antes de ser fusilado. "Málaga está de enhorabuena cuando recupera parte de su patrimonio", ha señalado. De la Torre, por su parte, ha incidido en el valor de recuperar este equipamiento, objeto de numerosas transformaciones a lo largo de su historia, y de que con la obra se permita darle uso ciudadano.