Málaga

La odisea de un universitario para encontrar habitación de alquiler

  • Málaga es la quinta provincia de España con más demanda, lo que dificulta la búsqueda de un piso con una cuota realmente asequible

  • La residencia no es la opción más económica

Un joven mirando un cartel en una farola.

Un joven mirando un cartel en una farola. / Jesús Mérida (Málaga)

Los universitarios son conocidos, entre otras muchas cosas, por su estilo de vida low cost: tuppers, tarjetas de descuentos en transportes, ofertas en distintos establecimientos y muchas peripecias para poder llegar a fin de mes. A esto se le suma la búsqueda intensiva de precios de alquiler económicos, algo que se convierte en una vicisitud cuando se trata de encontrar una vivienda que cubra sus necesidades.

Buscar una habitación a un precio razonable se ha convertido en una de las preocupaciones de todos aquellos que quieren estudiar en la Universidad de Málaga. Los alquileres se están disparando en los últimos años, llegando a subir un 45% desde 2013. Una verdadera odisea que se acrecienta si se pretende vivir en la zona universitaria de Teatinos, que está en una época de crecimiento.

El precio de una habitación en un piso compartido en España se sitúa en los 287 euros al mes, casi un 1,7% menos que en 2018, según un estudio realizado por pisos.com. Málaga es la quinta provincia con más demanda, pero no está entre las cinco con más ofertas. Al no estar equilibrada la oferta-demanda, supone una preocupación y un aprieto para todos aquellos que decidan vivir aquí. A esto habría que sumarle las viviendas de alquiler turístico o aquellas que no permiten a universitarios.

Alberto Zotano es un recién graduado en Periodismo por la UMA y ha vivido en tres pisos diferentes durante sus estudios: “Empecé pagando 190, luego 200; el último año ya fueron 220 y sin gastos, claro”, cuenta. Además, comenta que siempre han buscado lo más barato, pero “este año sería una misión imposible encontrar habitaciones por debajo de 250 euros”. El joven critica que la zona no tiene ni playas, ni vistas bonitas, ni nada especial, solo su cercanía a la Universidad: “¡Ni que fuera esto Sotogrande!”, ironiza. “Va a llegar un momento en el que ningún universitario pueda estudiar en Teatinos”, agrega.

Es el caso de Alejandro Gil, un estudiante de Marketing que decidió mudarse de la Plaza Pintor Sandro Botticelli – Fuente de Colores– a un piso compartido en Huelin. Por su habitación pagará 250 euros mensuales, aunque explica que su traslado no es por motivos económicos: “Estamos cansados de Teatinos y de todas formas para ir a la Ampliación tengo que usar el Metro, así que preferí estar más cerca de la playa por un alquiler muy similar al que pagaría en la zona universitaria”.

El Ministerio de Educación ofrece becas de 1.500 euros a los universitarios que tienen necesidad de residir fuera del domicilio familiar durante el curso. Para recibirla hay que cumplir requisitos como: superar una nota media (6 ó 6,5 dependiendo de la carrera cursada), tener un mínimo de créditos y estar por debajo del umbral económico establecido. No obstante, el crecimiento de los alquileres y la congelación de las becas, hace que la cifra pueda parecer irrisoria.

Eran muy caros y estaban en pésimas condiciones, así que decidimos pagar más por un piso con más calidad

Lydia Navarro, también estudiante de Marketing, optó por vivir en la Ampliación para estar cerca de su facultad. Estuvieron buscando “desesperadamente” durante dos semanas para dejar el contrato firmado antes de verano “y por la zona todos costaban entre 280 y 300”.

Se decidieron por un piso de cuatro habitaciones por 320 euros cada una, sin ningún gasto incluido: “Eran muy caros y estaban en pésimas condiciones, así que decidimos pagar más por un piso con más calidad, está todo nuevo”, apunta. Para poder entrar en septiembre tendrá que pagar dicho mes y sumar otros dos de fianza, lo que le supondría desembolsar un total de 960 euros para poder residir en la vivienda.

A pocos días de comenzar el nuevo curso, encontrar habitación es casi un imposible. La oferta es escasa y los precios en las principales páginas webs de búsqueda oscilan entre los 250 y los 475 euros. Plataformas como Milanuncios, Fotocasa o Idealista están repletas de mensajes de búsqueda de piso, pero las ofertas van disminuyendo conforme se acerca el comienzo del curso (a finales de septiembre). Las redes sociales son otro de los reclamos para encontrar un piso, en un intento desesperado de tener una habitación cerca de las facultades.

Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter. Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter.

Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter. / M. H. (Málaga)

Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter. Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter.

Anuncio de un estudiante buscando piso en Twitter. / M. H. (Málaga)

José Antonio López está a punto de terminar el Grado de Periodismo y ha vivido durante toda la carrera en pisos de alquiler en la zona de Teatinos. En 2015, localizó, a finales de agosto, una habitación en un piso en la Colonia Santa Inés, por la que pagó 225 euros mensuales. “La habitación era diminuta y el piso antiquísimo, no merecía la pena, pero no había nada más barato”, comenta López.

Este ha sido su último año y ha pagado 232,50 euros por una habitación en la zona de Ciudad de la Justicia: “Hemos llegado a pagar unos 275 euros al sumar los gastos, en un piso en el que los escritorios eran dos caballetes y una tabla de madera. Encima parece que teníamos que agradecer que no nos subieran más el precio, se están aprovechando”, relata el joven. Además, señala que todos los pisos en los que ha estado “llevan mucho tiempo de búsqueda y de comparación, es una pesadilla y al parecer cada año va a peor”.

En este mismo piso va a vivir este curso Alba Gamero, una estudiante de la Escuela Superior de Arte Dramático que tenía amigos en común con el anterior arrendatario y no dudó en reservarle el piso a la propietaria. La situación no está como para “dejar pasar” de largo un piso de cuatro habitaciones que se queda libre. No obstante, al preguntarle por el precio ya había ascendido hasta los 250, lo que supone 1.000 euros mensuales por una vivienda de cuatro habitaciones, gastos aparte.

La zona de El Ejido es también demandada por su Campus, que cuenta con carreras como ADE, Arquitectura y distintas Ingenierías. Además, en este entorno se encuentra el conservatorio Superior de Música de Málaga, donde alumnos como Alberto Castro estudian el Grado Superior de Música. Después de tres semanas “sin parar” de buscar habitación, encontró una por 230 euros, compartido por tres personas: “No bajaban de los 230 y los pisos aquí son mucho más antiguos que en Teatinos”.

Los propietarios son conscientes de la situación al alza que vive la zona universitaria y alquilar sus viviendas no es una tarea complicada, aunque los precios no correspondan, en ocasiones, con la calidad del piso. Una odisea para unos; un negocio de oro para otros.

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