"No creo que la oposición sea el rasero para medir la calidad del profesorado"
Alberto Rodríguez Mora. Director Titular del Colegio San Estanislao de Kostka
Este profesor considera necesaria la renovación metodológica continua para llegar al alumnado de hoy, que ya tiene en el teléfono móvil una herramienta de trabajo.
Últimos días del periodo lectivo y la actividad es frenética en el colegio concertado San Estanislao de Kostka, en El Palo. Se hacen evaluaciones, se preparan fiestas y despedidas. Alberto Rodríguez dirige este centro inaugurado en 1882 por la comunidad religiosa de los jesuitas y actualmente concertado con la Junta de Andalucía. Este profesor de Primaria con casi dos décadas de trabajo en las aulas habla de algo que le enorgullece y le llena su vida: la educación.
-A cuatro días para acabar el curso, ¿cuál ha sido el aspecto más complejo de sortear este año?
-En la dirección de un centro del tamaño de éste -tiene 1.759 alumnos- con la cantidad de actividades que ofertamos, el ritmo es frenético desde que comienzas hasta que terminas. Lo más complejo son las relaciones humanas.
-¿Y en cuanto a la financiación?
-La subvención de la Junta de Andalucía alcanza a un 60% de nuestro gasto real, así que el resto lo financiamos como podemos. Pedimos ayuda a los padres de forma voluntaria, buscamos otro tipo de recursos y, como se suele decir, hacemos encajes de bolillos con lo que tenemos para ofrecer una enseñanza de calidad.
-¿Se han tenido este curso problemas con los pagos de la Junta?
-Este año ha estado más normalizado, aunque es verdad que estamos acostumbrados a los retrasos.
-¿Su centro tiene demanda suficiente? ¿Se nota la bajada de la natalidad?
-El descenso de alumnos se ha notado en toda la zona aunque nosotros hemos vuelto a tener más demanda que oferta. Es cierto que son un millar de alumnos menos, lo que supone 44 unidades menos en toda la provincia. Eso se tiene que notar. Aún así, aquí todavía hay bastantes familias que desean entrar y se quedan fuera.
-¿Por qué la enseñanza concertada sigue siendo tan demandada? ¿Cree que es por la fama de estos centros, por la oferta...?
-Yo creo que se unen una serie de circunstancias. En este colegio creemos en la formación en todas sus dimensiones y esto nos lleva a ofrecer una variedad de actividades deportivas y extraescolares de toda índole que hace que la familia quiera este tipo de educación. No hay que olvidar que ofertamos una educación con unos valores cristianos que también están demandados. Y tenemos todas las etapas educativas, un niño entra con 3 años y sale con 18 y eso también lo valoran mucho. La historia del centro y su herencia cultural suman igualmente.
-¿Y el capital humano?
-Es esencial. El profesorado está muy comprometido, el proceso de selección es muy exahustivo, exigimos mucho a nuestros docentes...
-Hay quienes piensan que los profesores de la enseñanza concertada, que son pagados por la Junta, deberían de tener el mismo criterio de selección que en la pública, es decir, por oposición... ¿qué opina?
-No creo que la oposición sea una tabla de rasero para medir la calidad del profesorado. Yo no creo en ese tipo de oposición que mide exclusivamente los conocimientos del docente.
-¿Y considera que por ello son puestos en duda?
-Me parece injusto que se presuponga que estamos menos preparado cuando no tiene en absoluto por qué ser así. Que se piense directamente que por no hacer oposiciones somos profesores de segunda. No olvidemos que nosotros no somos funcionarios, ni tenemos las mismas condiciones, cobramos menos, nuestro despido es más fácil, trabajamos más horas, tenemos menos recursos...
-¿Debe ser la Religión evaluable?
-Sí. Pero no hablo de religión como valores sino de Historia de la Religión. El nivel de fe no se puede evaluar ni exigir a nadie.
-¿Qué aspectos le preocupan más de la Lomce?
-Ahora mismo lo que más me preocupa es la distribución del profesorado de cara al curso que viene con las nuevas cargas horarias de las distintas áreas y que pueda salir alguna instrucción que tire por tierra el trabajo hecho. Pero es normal que ahora vivamos un periodo de inestabilidad y más con el momento político en el que estamos.
-¿Cree en los cambios?
-Creo que los cambios son buenos siempre que se hagan en tiempo y forma y pienso que las leyes las hacen buenas quienes las trabajan. Puedo asegurar que nosotros haremos buena esta ley que tiene, como todas, sus puntos fuertes y otros no tanto.
-¿Cuáles son esos puntos fuertes que más le gustan?
-Que las competencias ya estén absorbidas en las programaciones, que apueste por una metodología más activa y participativa, me gustan los estándares de aprendizaje...
-¿Y lo que menos?
-No me gusta en el caso de Andalucía que se apueste por una nueva lengua cuando no se ha consolidado la anterior. Si no has consolidado un proyecto bilingüe no puedes iniciar otros y por supuesto sin una ley de financiación, sin titulaciones previstas... Pero eso le ocurre a todas las leyes, que no suelen tener financiación. Son utópicas, se establecen en condiciones ideales, pero luego tienen una realidad económica que tiene que acompañar a la ley y esto no suele pasar.
-¿Qué opina de las reválidas?
-Hasta que no andemos un poco más y veamos las pruebas tampoco podemos decantarnos mucho. Pienso que en parte es bueno que haya un control externo de las titulaciones de Bachillerato. Esto acabaría con esos comentarios de que "en los colegios privados inflan la nota". Y nada más lejos de la realidad. Titulamos a más de un 90% de los alumnos y cuando se presentan a Selectividad obtienen la media más alta de la provincia. Si infláramos la nota no ocurriría esto. En cuanto a las otras entiendo que existan mecanismos de control.
-Se protesta mucho de las nuevas generaciones y su falta de valores... ¿ve a la juventud hoy muy distinta a la de hace 30 años?
-Supongo que igual de distinta que verían nuestros padres la nuestra. Los tiempos cambian, los niños son distintos, tienen valores estupendos pero otros que habrá que reforzar, como se hacía también en mi época. Pero son niños en general mucho más espontáneos, cariñosos, que saben transmitir sus sentimientos, son niños globalizados, universales... tienen muchas cosas positivas. Y otros puntos débiles que hay que trabajarlos y ya está.
-¿Qué puntos débiles?
-Pues creo que en general esta sociedad es muy light, aquí todo está permitido, todo está bien, no pasa nada... Y eso tiene un peligro, hay que encontrar el equilibrio. Aunque tengo que decir que a mi me encantan los niños de hoy en día.
-¿La educación también ha cambiado mucho?
-Sí. Antes entrabas a una clase y dabas una lección magistral y hoy día trabajan en grupo, hablan, hay murmullo en la clase, hay risas, tienes que controlan que estén trabajando... todo cambia. Pero es que creo que no puedes dar la respuesta educativa de hace 30 años a niños de hoy.
-¿Hablamos de educación por proyectos, de aprendizaje cooperativo...?
-Considero fundamental la continua renovación metodológica. Si quieres enseñar tienes que saber llegar a ese niño y si no estás renovado continuamente no lo vas a conseguir. Creemos en la formación continua, los profesores hacen una media de 10 a 15 módulos de formación anualmente en este centro. Ahora estamos con el aprendizaje cooperativo, trabajo por proyectos, tenemos un proyecto bilingüe con una metodología muy participativa, un proyecto de sostenibilidad ambiental...
-¿Ahora se aprende desde otras perspectivas, hay tanto bombardeo de información que asumen el conocimiento de otra forma?
-Mi padre me llevaba a una biblioteca para que buscara la información que no tenía en la enciclopedia de casa. Hoy día un niño tiene el acceso al conocimiento al alcance de un clic. Y es cierto que tienen tanto bombardeo de información que no puedes darle una clase magistral de 45 minutos porque te lo cargas. Tienes que facilitarle el acceso al saber de la manera en la que ellos lo perciben a diario.
-¿Qué opina de los deberes?
-Los deberes tienen un objetivo, el afianzamiento o refuerzo de los contenidos aprendidos y deben de ser justos en el número y también en el tiempo de ejecución. Después de una jornada de trabajo, el alumno necesita tiempo para él al igual que un adulto, para desarrollarse en otros ámbitos. Por tanto, los deberes tienen que estar calculados para que sean equilibrados en tiempo según la edad del niño. Lo importante de esto es que creen un hábito o rutina, no que se enfrenten a ellos con estrés.
-El acoso escolar sigue siendo una sombra constante en los centros, ¿cómo debería de actuarse?
-Yo creo que en estos casos de más nunca es menos. La política hay que tenerla, en cuanto se escucha la palabra acoso hay que abrir el caso y empezar a trabajar en el tema. Hay un protocolo, un seguimiento y no se cierra hasta que estamos muy seguros. Evidentemente estas situaciones se están dando y todo el celo que podamos tener para salvar a un niño está totalmente justificado.
-¿Las redes sociales ayudan a magnificar el problema?
-Sí, está claro. Y uno de los mecanismos de control tiene que ser la formación de los padres. También charlar con los alumnos. El Plan Director de la Policía Nacional nos asesora. La prevención tiene que estar en primer lugar, aunque no se puede evitar que de vez en cuando ocurra algún caso de acoso en las redes. Hay que tener en cuenta que hace relativamente poco que llegaron a nuestra vida y que en el futuro su uso estará más controlado. Hoy te encuentras a niños con 6 ó 7 años con sus propios perfiles en redes sociales. Los padres tenemos que comprender que hasta que el niño no tenga la madurez suficiente no puede tener acceso a ciertos contenidos o redes fuera de control.
-Otra cosa es móvil en menores cada vez más pequeños...
-Pienso que el móvil tiene que tener un objetivo, la comunicación. Si es necesario que exista dicha comunicación con 13, pues con 13, si es con 15, con 15. Pero no nos podemos dejar llevar por la sociedad, por la presión de lo que hacen los demás, y menos en estos temas.
-En su centro, ¿los mayores pueden traer el móvil a clase?
-Sólo con permiso para utilizarlo en actividades. Tenemos que reconocer que si queremos una renovación metodológica actualizada, internet, el móvil, las tablets son una realidad hoy día y tienen que estar al alcance de todos. Pero para trabajar.
-¿Qué debería de hacer el próximo Gobierno en materia de Educación nada más entrar?
-Una ley financiera. Hay que dotar económicamente la educación, darle un impulso y creer en ella porque es la que está formando el futuro del país, lo tienen en sus manos. Si tú no crees en esa educación y no la dotas en recursos luego no le puedes exigir. Para un aprendizaje basado en nuevas tecnologías haría falta que los grupos fuesen más reducidos, pero si tienes un profesor para 30 niños, si las sustituciones se hacen después de los 15 días, si en algunos momentos ni siquiera sustituyes... No avanzamos.
-Si traspasamos las puertas de colegio, y ya como ciudadano, ¿qué cosas le sonrojan más de esta ciudad?
-Muchas veces lo que llevo peor es la falta de respeto en ciertas situaciones, en la Feria, en las concentraciones deportivas, en cualquier manifestación pública. Los malagueños somos espontáneos, muy hospitalarios, cercanos, damos nuestra confianza rápido, pero también tenemos falta de control al expresar las emociones. Tendríamos que ser más moderados.
-¿Y qué me dice de las infraestructuras?
-Estoy enamorado de la ciudad pero me encantaría que llegara el Metro a La Cala, mejoraría todo muchísimo con un buen servicio de transportes. Málaga este debe de estar conectada por el Metro. Por otro lado, creo que Málaga se ha convertido en una ciudad atractiva en todos los sentidos, en el turístico, en el cultural, es bonita estéticamente, y ofrece una cantidad de actividades enorme...
-Otro pero...
-Málaga es una ciudad muy manejable aunque es verdad que se debería de impulsarse más el uso de la bicicleta. Para ello hay que mejorar la red de carriles bici. También hacen falta en la zona este parques y espacios infantiles.
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