La petición de dimisión de Rubiales, lanzada en charge.org por una concejala en Málaga, se acerca a las 35.000 firmas
La petición para que dimita Luis Rubiales, lanzada en internet por una concejala del Ayuntamiento de Málaga a raíz del polémico beso del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a la jugadora Jenni Hermoso, se acerca ya las 35.000 firmas.
La iniciativa, efectuada por la edil del PSOE Rosa del Mar Rodríguez, ha cuadruplicado el volumen de rúbricas en los tres últimos días, conforme avanzaba el debate público en torno a este asunto. La petición, que se canaliza a través de la plataforma change.orgchange.org, ha sumado más de 2.500 apoyos más este viernes, cuando Rubiales ha anunciado que no dimite y ha asegurado que "fue un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido".
El Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes, ha dado a conocer a continuación que lo denuncia ante el Tribunal Administrativo del Deporte por "falta muy grave" y le suspenderá como presidente de la federación.
Mientras la Fiscalía de la Audiencia Nacional estudiará si admite las denuncias contra Luis Rubiales y las jugadoras de la selección española salen, tras las justificaciones del directivo, en apoyo de Jenni Hermoso al considerar que "esto es inaceptable" y que "se acabó".
En la petición de dimisión lanzada por la edil socialista se señala que "es impresentable la actitud" de Rubiales "besando en la boca a la jugadora" durante la entrega de las medallas como ganadoras del Mundial de Fútbol Femenino y que "esta conducta sobrepasa a todas luces lo que debe ser una felicitación formal en ese contexto".
En este sentido, añade que se hace "uso de la vulnerabilidad de la jugadora en un momento de tanta euforia y de su posición de poder", por lo que concluye que "este individuo no puede seguir al frente de la Real Federación Española de Fútbol ni un minuto más".
"En 2023 tiene que quedar muy claro que un beso forzado no es de ninguna de las maneras una felicitación, es un símbolo de poder y del machismo mas rancio; no podemos olvidar que la situación se produce en una asimetría total de poder: él es el jefe y ella podemos decir que es una trabajadora", aseguró la concejala. Ha añadido que "poco margen tenía ella para escapar de ahí" y que la jugadora "llega a decir en el vestuario poco después: 'Eh, que no me ha gustado, ¿pero qué hago yo?".
Rodríguez cree que lo ocurrido "forma parte de una manera de entender el cuerpo de las mujeres", de "la cultura del acoso" y que "lo peor" es que se produce delante "de todo el mundo, justo en un momento donde deberíamos haber estado celebrando que las mujeres por fin empiezan a asentarse en un lugar primordial en el deporte". Sin embargo, cree que "todo esto se queda opacado por la conducta a todas luces impresentable".
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