Menos oficinas y más pisos turísticos en el Soho de Málaga: aprueban el cambio de uso de un edificio
Los promotores quieren que el alojamiento resultante en el número 7 de la calle Blasco de Garay tenga categoría dos llaves
Málaga da un paso más para construir 10 VPO en avenida La Rosaleda

Málaga/Hace unos años, el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), dependiente del Ayuntamiento de Málaga, señalaba en uno de sus informes que en el barrio del Soho de Málaga se concentraban a la vez dos procesos gentrificadores. El turístico y el de la ciudad creativa, es decir, profesionales liberales con mayor sueldo que se hacen con los pisos a los que ya no pueden acceder los locales. La deriva turística del barrio, que cambió su cara hace una década, cambio de nombre incluido, sigue avanzando de manera evidente. El último ejemplo es el cambio de uso de uno de sus edificios: de oficinas pasará a albergar apartamentos turísticos.
Ni siquiera la fuerte demanda de oficinas en la ciudad, sobre todo en el centro, han hecho que el inmueble situado en el número 7 de la calle Blasco de Garay acabe convirtiéndose al sector vacacional. El promotor de la intervención es la empresa Prodisa.
El edifcio cuenta con bajo más siete alturas y el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) ha publicado el visto bueno al estudio de detalle para una reforma interior de la última, que elimina la entreplanta existente para dejar una única de ático. El mismo requiere el cambio de uso con una redistribución interior. Además de una modificación de las fachadas. El motivo es obtener un edificio apto para ser Apartamento Turístico con categoría 2 llaves, de acuerdo con la documentación presentada.
Se mantienen, sin embargo, el uso del local comercial, que hasta el momento es un restaurante de tipo marroquí. También quedan sin perturbar las cinco plazas de garaje en el sótano. La intervención en la última planta se hará mediante una demolición parcial, sin que se intervenga en la estructura ni la cimentación actual.
La obra ha obtenido el visto bueno de Cultura, que es preciso al estar dentro del entorno de protección del PEPRI Centro, pese a que el edificio no está especialmente protegido. El mismo data de los años 70, está en uso y presenta un buen estado de conservación.
El objetivo es compactar el edificio en las dos últimas plantas, mejorando la imagen general y compositiva del mismo, haciendo más liviana la planta de casetón, de forma que los volúmenes actuales de dicha planta se añadan al ático dejando exclusivamente el acceso a la cubierta a través de las escaleras y el ascensor, unificándose con una pérgola muy permeable. Para esto se amplía en dirección norte la superficie construida de la planta ático (7ª) con morfología y simetría de planta actual, resultando un volumen coherente y casi perimetral a las fachadas, con la anexión de la superficie restante de eliminar todos los espacios del casetón (8ª) a excepción de la superficie necesaria para el emplazamiento de las escaleras y el ascensor. Se obtiene así una reducción del impacto visual de la planta casetón en el entorno, se regulariza la planta ático y dota al edificio de una imagen de remate coherente con la tipología del conjunto.
También te puede interesar
Lo último