Málaga

Una pizzería en lugar de una casa de apuestas, la lucha de unos vecinos de Málaga

  • Consiguen que no se abra un salón de juegos en el bajo de su edificio

Desirée e Inmaculada junto al propietario de la pizzería que va a abrir.

Desirée e Inmaculada junto al propietario de la pizzería que va a abrir. / Javier Albiñana (Málaga)

Escribió Tosltói que todas las familias felices se parecen, mientras que las desdichadas lo son cada una a su manera. En las comunidades de vecinos, lo normal es que todas las que se ponen de acuerdo se parezcan, mientras que en las que no lo hacen cada reunión de vecinos sea diferente. Cuando Alejandro Torre, portavoz de Málaga contra las casas de apuestas, llegó a su primera reunión de vecinos en Carlos Haya, 65 pensó: “nos vamos como hemos venido, aquí no se ponen de acuerdo ni de broma”.

Así había sido hasta entonces en casi todo, hasta que llegó una notificación del Ayuntamiento de Málaga con el anuncio de la tramitación de la concesión de licencia para una casa de apuestas en el bajo de su edificio. La decisión de los vecinos fue entonces unánime: harían lo posible para que el local no acabase convertido en un salón de juegos. Más de un año después se despertaron con la noticia de que no acabaría siendo un salón de juegos, pero antes de eso tuvieron que luchar mucho. Lo primero era recabar firmas y apoyos de los vecinos.

A ello se pusieron Desirée Barberá e Inmaculada Rodríguez, que recibieron el apoyo de todos los vecinos del bloque, pero también del bloque continuo y de otros centros educativos y deportivos que están alrededor. “En los colegios nos decían que sí, que claro que nos apoyaban, todo el mundo se volcó con la causa”, cuenta Inmaculada, de 74 años.

Después de eso se manifestaron junto a la plataforma y fueron reuniendo un documento con informes de especialistas en contra de la apertura del salón de juegos que presentaron a dos días de que se acabara el plazo. Después, impulsaron junto con la plataforma y Adelante Málaga una moción municipal por la que se pedía que ninguna casa de apuestas se situase ninguna casa de apuestas a menos de 500 metros de centros educativos.

Local en el que va a abrir la pizzería bajo Carlos Haya, 65. Local en el que va a abrir la pizzería bajo Carlos Haya, 65.

Local en el que va a abrir la pizzería bajo Carlos Haya, 65. / Javier Albiñana (Málaga)

La moción salió adelante y ahora esa normativa rige temporalmente, pero la intención del ayuntamiento es que sea permanente. El concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, afirma que desde el Consistorio “escucharon a los vecinos e hicieron lo que les pedían”.

En Andalucía, la ley del juego impide a las casas de apuestas estar a menos de 150 metros de los centros educativos, lo que podría chocar con la normativa local, pero en este sentido López se muestra confiado: “Nosotros entendemos que no estamos ordenando el juego, sino decidiendo dónde puede situarse un negocio y dónde no, como cuando decimos que en calle Larios no puede haber ningún puesto de la ONCE”.

No es que el local esté a menos de 500 metros de un centro educativo, si no que está rodeado por ellos; así como de parques infantiles, la ciudad deportiva de Carranque y está justo en frente del Hospital Regional. “No es que en nuestro edificio puedan pasar más de 40 niños diferentes entre nietos e hijos de los residentes, es que tampoco creemos que sea bueno para los adultos”, afirma Inmaculada.

Las 81 casas de apuestas que hay en la ciudad de Málaga están repartidas, casi en su totalidad, en barriadas humildes, 32 en Carretera de Cádiz, 11 en Bailén-Miraflores o 17 en Cruz de Humilladero, barrio al que pertenece este portal. “Si en un sitio abren muchas panaderías es que se vende mucho pan, pues si abren muchas casas de apuestas...”, resume Torre.

Al final, de una manera diferente a cualquier otra comunidad, consiguieron que este mes de diciembre abra una pizzería. Será Miguel García, el propietario del bar con el que linda al otro lado el portal el que la abra. “Después de 36 años abiertos sabemos lo que quiere la gente del barrio y no había un local así en la zona”. “Iremos a cenar todas las noches”, dice Inmaculada, quién, con 14 nietos, no tendrá problema si se turna para invitarles.

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