La Policía investiga una denuncia por acoso a agentes que redujeron en un locutorio de Torremolinos al detenido muerto

Un agente del equipo de Ciberdelincuencia.
Un agente del equipo de Ciberdelincuencia. / M. H.

Uno de los agentes que participó en la intervención policial en Torremolinos, en la que murió Haitam, un hombre de 35 años tras sufrir una parada cardiorrespiratoria, ha denunciado ante la Policía haber sufrido acoso en redes sociales. La Comisaría Provincial de Málaga ha confirmado a este periódico que ya se ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido e identificar al responsable o responsables de estos mensajes, después de que el agente fuese señalado públicamente con insultos como “asesino”, según ha podido saber este periódico.

El policía presentó la denuncia, adelantada por la Opinión de Málaga, tras detectar varios comentarios amenazantes y comunicó la situación a la Jefatura, que activó el correspondiente protocolo. El Grupo de Ciberdelincuencia de Málaga ha asumido el caso y trata de rastrear el origen de las cuentas implicadas.

Desde el Sindicato Reformista de Policías (SRP) denuncian una campaña de insultos ligada a la actuación policial, en la que, aseguran, sólo "estábamos haciendo nuestro trabajo". "Defendemos la seguridad ciudadana como para que encima tengamos que soportar injurias y calumnias”, lamentan.

Ione Belarra acusa a la Policía de "asesinato"

En paralelo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha presentado una querella ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo contra la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, por referirse a la intervención policial como “asesinatos” y vincularla a “violencia policial racista”.

Belarra publicó en la red social X: “Decir que ‘mueres’ de un infarto mientras la Policía te detiene es lo mismo que decir que las mujeres ‘mueren’ a manos de su pareja mientras les dan una paliza. No son muertes, son asesinatos y esto es violencia policial racista que hay que parar ya”. El SUP considera que este tipo de mensajes ha contribuido a un clima de desinformación y ataques contra los agentes implicados.

"Era inviable reducirlo"

Paralelamente, continúa abierta la investigación para esclarecer la muerte del hombre durante su arresto en el locutorio. Las pesquisas se centran en reconstruir la actuación de la Policía, que según el Sindicato Reformista de Policías estuvo condicionada por la fuerte “agresividad” y “resistencia” que mostró el sujeto, lo que llevó al uso de la pistola eléctrica o táser. “Estaba muy agresivo. Era inviable reducirlo. Los policías no se podían ni acercar”, afirmó entonces la portavoz sindical Mariló Valencia.

Según esta versión, los agentes emplearon dos armas de este tipo porque el detenido seguía resistiéndose y era necesario proteger al agente que estaba siendo agredido. “Disparas y necesitas un tiempo para volver a utilizarla. Uno de los compañeros la utilizó y otro de ellos tuvo también que intervenir”, detalló la investigadora, que sostiene que los policías actuaron “siguiendo el protocolo establecido”.

Los hechos ocurrieron el domingo por la tarde, cuando la Policía Nacional acudió a un aviso por un presunto robo con violencia en un establecimiento de telefonía de la calle Hoyos, en Torremolinos. El personal del local había logrado retener al sospechoso, pero alertó del comportamiento “fuera de control” del individuo. A la llegada de la patrulla, según la versión sindical, el hombre mostraba un estado de agitación que hacía imposible aproximarse sin riesgo.

La autopsia preliminar que se practicó al cadáver este lunes ha quedado pendiente de pruebas complementarias para determinar las causas del infarto.

La versión de la familia del fallecido

Decenas de personas se concentraron este miércoles en el barrio de Las Delicias, junto a un negocio que regenta la madre de Haitam. Familiares, amigos y vecinos reclamaban “justicia” para el fallecido, al que la versión oficial vincula con un presunto intento de robo en el local y que sus allegados rechazan de forma tajante. Aseguran que Haitam "no era un ladrón" y que, aquel día, accedió al establecimiento de telefonía porque "necesitaba cargar el teléfono móvil" para pedir un taxi. Según su relato, el joven se había quedado sin batería y primero acudió a otro local cercano a pedir un cargador, pero no tuvo suerte porque iba "nervioso". Después entró en el locutorio. La familia asegura que allí no lograron entenderse con él cuando dijo que no podía pagar en ese momento, y que el responsable del local pensó que pretendía robar y "lo encerró". La Policía Nacional, durante su intervención, lo redujo haciendo uso de dos pistolas táser. Haitam murió, según las primeras pesquisas, tras sufrir una insuficiencia cardiorrespiratoria.

La madre y los allegados presentaron este martes una denuncia en comisaría para que se "esclarezcan los hechos". Sostienen que existen vídeos que recogen el momento en el que, supuestamente, el hombre estaba cargando el móvil, y niegan que se encontrara "agitado", precisan fuentes de su entorno más cercano. “Una persona agitada destroza un locutorio. Él estaba tranquilo. Si hubiera bebido o consumido algo, sería evidente. Buscaba un cargador y se lo dieron”, relató una amiga de la familia.

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