Protesta en Las Delicias, en Málaga, para pedir justicia por la muerte del fallecido en Torremolinos: la familia niega que fuera "un ladrón"

Decenas de personas se concentran para exigir que se "esclarezca" lo ocurrido a Haitam, que murió el domingo durante una intervención policial en un locutorio

Los policías redujeron con dos pistolas táser al detenido en Torremolinos: "Era inviable; no se podían ni acercar”

Decenas de personas concentradas este miércoles en Las Delicias para pedir justicia
Decenas de personas concentradas este miércoles en Las Delicias para pedir justicia / A. Rosado

Decenas de personas se han concentrado este miércoles por la mañana en el barrio de Las Delicias, junto a un negocio que regenta la madre de Haitam, el hombre de 35 años que murió este pasado domingo durante su detención en un locutorio de Torremolinos. Familiares, amigos y vecinos han reclamado “justicia” para el fallecido, al que la versión oficial vincula con un presunto intento de robo en el local y que sus allegados rechazan de forma tajante. Aseguran que Haitam "no era un ladrón" y que, aquel día, accedió al establecimiento de telefonía porque "necesitaba cargar el teléfono móvil" para pedir un taxi. Según su relato, el joven se había quedado sin batería y primero acudió a otro local cercano a pedir un cargador, pero no tuvo suerte porque iba "nervioso". Después entró en el locutorio. La familia asegura que allí no lograron entenderse con él cuando dijo que no podía pagar en ese momento, y que el responsable del local pensó que pretendía robar y "lo encerró". La Policía Nacional, durante su intervención, lo redujo haciendo uso de dos pistolas táser. Haitam murió, según las primeras pesquisas, tras sufrir una insuficiencia cardiorrespiratoria.

La madre y los allegados presentaron este martes una denuncia en comisaría para que se "esclarezcan los hechos". Sostienen que existen vídeos que recogen el momento en el que, supuestamente, el hombre estaba cargando el móvil, y niegan que se encontrara "agitado", precisan fuentes de su entorno más cercano. “Una persona agitada destroza un locutorio. Él estaba tranquilo. Si hubiera bebido o consumido algo, sería evidente. Buscaba un cargador y se lo dieron”, afirma una amiga de la familia.

Exigen que se revisen las imágenes captadas por los sistemas de seguridad del establecimiento, además de las que captó la cámara policial que se activa de forma automática cuando los agentes hacen emplean una pistola táser. La autopsia preliminar que se practicó al cadáver este lunes ha quedado pendiente de pruebas complementarias para determinar las causas del infarto.

La familia insiste en que su hijo era una persona trabajadora y con estabilidad económica. “Tenía dinero, estaba sano, iba al gimnasio. Quieren que se le respete. No era un ladrón”, afirman fuentes próximas a la familia, que aseguran que era muy querido en el barrio de Las Delicias, donde se crio junto a su madre y su hermano. El fallecido deja un hijo de siete años.

La madre denuncia que la Policía tardó más de 24 horas en comunicarle la muerte de su hijo. Haitam vivía con ella desde que se había separado y pasó un día entero intentando localizarlo.

La investigación se centra en reconstruir la intervención policial en la que Haitam murió. La actuación, defiende el Sindicato Reformista de Policías (SRP), estuvo marcada por la fuerte "agresividad" y "resistencia" que mostraba el sujeto, lo que llevó, asegura la portavoz, Mariló Valencia, a disparar con la pistola eléctrica o táser. "Estaba muy agresivo. Era inviable reducirlo. Los policías no se podían ni acercar", afirma en declaraciones a este periódico. Los agentes involucrados emplearon dos armas de este tipo, porque, señala la investigadora, el detenido "seguía resistiéndose y era necesario cubrir y proteger al agente que estaba siendo agredido. Disparas y necesitas un tiempo para volver a utilizarla. Uno de los compañeros la utilizó y otro de ellos tuvo también que intervenir", describe. Actuaron "siguiendo el protocolo establecido".

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