¿Cómo poner límites al alcohol?

¿Cómo se debe actuar cuando un cliente no para de pedir copa tras copa? ¿Y si está borracho y crea conflictividad en el local? Estas preguntas serán respondidas en un curso que la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) impartirá en los próximos meses en Málaga. A él hay apuntados ya unos 150 profesionales de una treintena de bares de copas de la capital, que recibirán tres horas de lecciones. La medida se recoge en la renovación del convenio entre esta entidad y el Ayuntamiento de Málaga que fue ayer presentado por el concejal de Juventud, Elías Bendodo.

Las clases estarán divididas en dos partes. La primera servirá para aprender la teoría: desde cómo se fabrica el whisky hasta cómo funciona una vez es consumido en el cuerpo humano; la segunda, va dirigida a superar ejemplos prácticos: "Se trata de simular situaciones de riesgo y aprender a cómo deben solventarse", explicó el presidente de FEBE, Jaime Gil, que subrayó que otros 200 compañeros se han formado ya en toda la provincia, "con éxito".

Entre las formas de evitar que los clientes se tomen más alcohol del necesario, Gil comentó el recomendar a los usuarios que se tomen un refresco entre copa y copa o que se aconseje dejar de beber, "y decir a la gente que la diversión no es tomar alcohol y que hay otras bebidas alternativas", añadió. "La idea que se tiene de nosotros es equivocada: a nosotros tampoco nos interesa tener gente ebria en nuestros locales", añadió el portavoz de los bares nocturnos, Juan Rambla.

El convenio también recoge la realización de charlas en los colegios, a las que han acudido ya más de 48.000 adolescentes de entre 12 y 18 años de centros educativos de toda la provincia. También se incluye la promoción de la figura del conductor alternativo, con la que se pretende que cada grupo de amigos elija a uno para que no beba y luego conduzca. "El objetivo es promover siempre el consumo responsable. Sobre todo entre los menores, a los que hay que pedir más responsabilidad y avisar de la gran peligrosidad que conlleva mezclar alcohol y conducción", añadió Bendodo.