Sandra Rojas es enfermera. Estaba tomando un café por el Atabal cuando vio un tumulto y a un grupo de policías locales intentando reanimar a una persona en plena calle. Corrió a ayudar. Mientras ella le hacía el boca a boca, uno de los agentes le daba masajes cardiacos. Había trabajado 15 años en la UCI del Regional y ahora es jefa en el Materno, pero era la primera vez que se enfrentaba a una situación así fuera del hospital. “Te ves sola, con tus manos y es angustioso”, admite.

Entonces llegó otro grupo de policías municipales de Málaga que llevaba un desfibrilador en el furgón y escuchó por la radio que un hombre se había desvanecido. Mientras esperaban al 061, Sandra con la ayuda de los agentes usó el aparato. “A los tres choques salió de la parada”, recuerda. En su cuello luce ahora el colgante que le regaló aquel hombre que vive gracias a todos ellos.

Jorge Pérez, Antonio Ramírez y Francisco Ruiz fueron algunos de los policías que participaron en aquellas maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP). Antonio había dado cursos de RCP. Pero “era la primera vez que lo hacía a una persona, no a un maniquí”. Afirma que no le temblaron las piernas. “Le pusimos la máquina y fue como un milagro, con las descargas volvió a la vida”, cuenta. Este lunes, el Colegio de Médicos entregó sus premios a un puñado de personas –entre sanitarios, policías, socorristas y voluntarios– por haber salvado vidas mediante RCP. Los agentes lucían uniformes impolutos. “Estamos orgullosos porque ¿qué es más importante que salvar una vida?”, reflexionaba Francisco.

También recibió un premio Celia González, que aunque no es sanitaria, sabe las maniobras de RCP por su condición de voluntaria de la Cruz Roja. Ella no lo dudó cuando un hombre de 83 años sufrió una parada cardiorrespiratoria en el andén de Torreblanca. Iba en el Cercanías y su determinación lo salvó. También fueron distinguidos los policías locales de Campillos Mario Anaya y Siendo Arjona, a los que le debe la vida Mario, un niño de tres años que quedó inconsciente tras ahogarse en la piscina. La lista de héroes premiados es larga. Tanto como la de personas que salvaron.

Sanitarios, policías, voluntarios y socorristas, entre los distinguidos por el Colegio de Médicos

Por eso, el secretario general del Colegio y uno de los distinguidos en el acto, Carlos Carrasco, reclamó que la formación en RCP sea obligatoria en institutos y colegios “porque es fundamental”. Él fue uno de los premiados por su implicación para que “miles de estudiantes” aprendan estas técnicas. Una iniciativa que la entidad colegial desarrolla a través de su Escuela de RCP que dirige el médico de Urgencias, Andrés Buforn.

El presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque, destacó la importancia de esta formación para ayudar a los demás y advirtió que sólo tres de cada 10 personas tienen conocimientos para hacer una RCP. En España, la parada cardiaca es la primera causa de muerte prematura. Las maniobras hechas en los primeros minutos después de producirse pueden duplicar o triplicar la tasa de supervivencia.

El presidente del Consejo Español de RCP, Frutos del Nogal, fue otro de los premiados. Precisó que la supervivencia es del 10% y apuntó que el reto y la previsión es que sea más alto. El delegado de Salud, Carlos Bautista, acudió al acto. De hecho, fue una de sus primeras intervenciones tras asumir el cargo. Dijo que la formación en RCP “sino obligatoria en los centros educativos, debe ser una iniciativa social respaldada por las Administraciones”. Sánchez Luque afirmó que seguramente nunca se les van a olvidar esos minutos que parecieron eternos. Esos minutos en los que salvaron una vida.