El parqué
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Adelaida de la Calle fue reelegida rectora de la Universidad de Málaga el pasado 1 de diciembre. Ayer celebró su santo y recibió a este periódico en su despacho en el Rectorado para analizar sus proyectos hasta el año 2015.
-Acaba de ganar por mayoría absoluta sus terceras elecciones seguidas. ¿Qué siente?
-Mucha satisfacción. Estoy extremadamente contenta porque creo que la comunidad universitaria me ha dado un voto de confianza para seguir trabajando en lo que más me gusta. Sobrepasa el nivel de felicidad y la autoestima.
-Recibió el apoyo mayoritario de profesores y administrativos, pero no de los alumnos. ¿Lo achaca a algo?
-Los estudiantes que me han apoyado lo han hecho con convencimiento y sin una fuerza que les llevase a votar que no fuera la confianza en mí. Lo malo es que son muy pocos los alumnos que participan, apenas llegó al 17% y eso es preocupante. Tenemos que hacer un esfuerzo de comunicación para que los estudiantes conozcan mejor los órganos, sus representantes y sus gobernantes. Me da pena. Me hubiera gustado que la participación de los estudiantes en las elecciones hubiera llegado, al menos, al 50%. Tengo la insatisfacción de no haber llegado bien a los alumnos y no motivarlos lo suficiente. Los alumnos vienen a hacer sus grados pero no participan en la vida académica en todas sus manifestaciones.
-En su programa hablaba de aumentar esa relación entre Rectorado y alumnos. ¿Cómo lo hará?
-Vamos a hacer un plan de comunicación más próximo al alumno. Como rectora hemos hecho actuaciones importantes. Desde poner pantallas en todos los centros hasta crear una oficina de información en el propio campus, pero sabemos que tenemos una debilidad. Vamos a utilizar más las redes sociales.
-Se ha cumplido el primer curso con el Plan Bolonia con luces y sombras. En Económicas ha crecido el número de aprobados y en otras facultades ha descendido. ¿Qué balance hace?
-Todavía es prematuro. Los datos de éxito son muy dispares en el primer año, pero eso solo indica que unos han aprobado más y otros menos. Hay que valorar si se han conseguido los objetivos que se ponen en el propio plan. Estamos empezando a hacer valoraciones pero estamos en el ecuador.
-Hay profesores que aseguran que con Bolonia se ha infantilizado a los alumnos al obligarles a ir a clase todos los días y tener una evaluación continua. ¿Qué opina usted?
-Yo lo considero positivo. ¿Por qué se habla de infantilizar cuando lo que hacemos es facilitar el aprendizaje? Si la metodología es buena no tiene por qué cambiarse. Bolonia da más libertad de formación personalizada. Creo que es bueno que haya menos clases magistrales y más trabajo del alumno. Eso es el aprendizaje. Lo otro es recitar un tema y aprenderlo de memoria, pero lo que hay que hacer es asimilar lo que se cuenta y se explica.
-Un título universitario lo tiene ya casi cualquier persona. Muchas empresas piden masters a los alumnos para diferenciarse de los demás. ¿Va a potenciar la UMA el posgrado?
-Yo creo que nos equivocamos. Creo que los graduados deberían entrar directamente en el mercado laboral pero el problema es que éste no los absorbe. Luego, al cabo del tiempo, ese profesional detecta cuáles son las necesidades que tendría para seguir avanzando en su profesión y volvería a la universidad a hacer el máster. El master no puede ser una continuidad de estudios. Solo podría serlo en aquellos dirigidos a la investigación porque su culminación es el doctorado. Creo que tenemos demasiados masters pero porque hay una continuidad. Tampoco el empresario tiene en este momento una clara visión de qué es lo que necesita para hacer más competitiva su empresa. El empleador tiene que aprender a reconocer un currículum para lo que quiere.
-La otra vía es el autoempleo. Sin embargo, el porcentaje de universitarios que crea su propia empresa es bajísimo.
-Ahí hay que hacer un esfuerzo. El proceso de industrialización ha pasado a otros países y aquí lo que se valora son las ideas. Necesitamos muchas más pequeñas empresas, por ejemplo, de base tecnológica que luego crean sus propios clusters como se ha hecho en Silicon Valley o el MIT. Nosotros vamos con retraso. Tenemos que generar confianza en los estudiantes y hacerles ver que son capaces de tener productos e ideas que den lugar a empresas. Es un camino que lleva su tiempo. Cuando yo estudié a mí nadie me dijo que podía ser empresaria. Todo el mundo me decía que iba a ser funcionaria. Son cambios generacionales. La universidad española ha cambiado mucho en treinta años y la mentalidad del estudiante cambiará también en los próximos 30 años.
-¿Habrá un mayor traspaso de poder desde el Rectorado a los decanos?
-Sí. Tener un consejo de decanos y directores te da una idea trasversal no solo a mí sino a todos los decanos y podemos gobernar mejor la universidad. Los problemas se pueden resolver mejor de forma conjunta.
-Iba a reducir el número de cargos en el Rectorado. ¿Cuántos serán?
-Estoy trabajando en ello. El equipo de dirección será más reducido.
-¿En qué situación económica se encuentra la UMA?
-Gozamos de buena salud. En los próximos presupuestos vamos a aumentar las becas para estudiantes y vamos a poner unas cantidades para presupuestos participativos.
-¿Qué presupuesto maneja la UMA?
-Estamos en unos 260 millones de euros aunque al cabo del año se suelen resolver proyectos de investigación y europeos y al final acabamos cerca de los 300 millones.
-En Cataluña ha habido numerosas protestas y profesores de la Pompeu Fabra incluso se han reducido el sueldo para que no haya despidos. ¿Habrá recortes o despidos en la UMA?
-No. Nuestro presupuesto se basa en los de la Junta de Andalucía y ésta los ha subido un poco por lo que mantenemos el mismo poder adquisitivo. De hecho, se van a dotar plazas del plan de promoción para profesores que pasan de titular a catedrático y nuevas plazas de estructura en distintos centros. Hacemos todo con mucha transparencia y rigor y no tenemos las plantillas infladas, sino ajustadas a los principios de eficiencia que se requieren.
-¿Cómo sigue el proceso de ampliación de la UMA?
-Ya se está empezando la construcción del edificio de Ciencias de la Salud con la colocación de las casetas de obra y mañana [hoy sábado] se empieza a hacer el aprovisionamiento de materiales para construir el aulario de Ciencias de la Comunicación. Se ha adjudicado el centro mixto de investigaciones hortofrutícolas subtropicales. En el presupuesto se va a a ver reflejado cómo se pone una importante cantidad de dinero para Psicología, donde todavía no está terminado el proyecto de ejecución pero se hará en los próximos días y se sacará a concurso, y también habrá una partida que se añadirá a la que teníamos asignada este año para el nuevo edificio del pabellón de gobierno en Teatinos. A eso se le suma una zona de urbanización que han pedido insistentemente las escuelas de Telecomunicación e Informática para la salida de la avenida Jenofonte y despejar el tráfico.
-¿Cuándo estará toda la ampliación finalizada?
-Bueno, esto es como la casa que nunca se acaba. Lo bueno es que haya terreno para seguir haciendo actuaciones. Cada vez van surgiendo nuevas ideas: residencias para estudiantes, zonas comerciales... Tenemos muchas ideas que queremos poner en marcha pero nunca contamos con el dinero suficiente, pero seguiré luchando por tenerlo.
-Entiendo que la gente que está en el campus de El Ejido puede esperar tranquila su desplazamiento a Teatinos.
-Sí, puede estar tranquila. Económicas tiene un buen edificio y en época de escasez tampoco vamos a prescindir de esas estructuras que están muy consolidadas y tienen espacio suficiente. Por otra parte, tenemos otros dos centros allí en los que se ha hecho una fuerte inversión como Arquitectura y Bellas Artes que aún tienen recorrido. Además son dos titulaciones muy urbanas que tienen que estar integradas en la sociedad. Se liberarán zonas de pabellón de gobierno pero otras permanecerán.
-La UMA está muy lejos en los rankings internacionales de las primeras universidades del mundo. ¿Es posible cambiar esa tendencia?
-Nos hemos hecho mucho a la idea de los rankings y cada uno los prepara como quiere. Tenemos que buscar ser una universidad excelente por nosotros mismos. Además hay que ser realistas y saber que no somos Harvard pero tampoco tenemos su presupuesto. Es impensable, pero eso no quita que no seamos excelentes, competitivos e internacionales. Los posicionamientos en los rankings se pueden conseguir. Se puede contratar a un premio Nobel y con eso podríamos estar entre las primeras pero ¿qué aportación hace eso a la excelencia propia de la universidad? Conozco a universidades que han contratado a un Premio Nobel tres meses y les han dado muchos puntos. Hay investigadores excelentes que te dan más valor añadido y a lo mejor puede que terminen siendo premios Nobel. Respeto los rankings pero la UMA está muy bien considerada, tiene buena proyección hacia otros lugares del mundo y tenemos que seguir nuestro camino, poniéndonos nuestras propias metas y no fijándonos en el vecino.
-¿Va ese camino por el centro de excelencia Andalucía Tech?
-Sí, es una herramienta fantástica para trabajar en ese camino a la excelencia.
-Por último, ¿van a incorporar o eliminar nuevas titulaciones en los próximos años?
-Tenemos dos títulos que verificaremos este año y si creemos que es conveniente los pondremos en funcionamiento el próximo curso. Son Ordenación del Territorio: Urbanismo y Paisaje, y Gestión de Empresas Internacionales. Respecto a las eliminaciones, de momento no prevemos ninguna porque hay demanda. No hay ningún título con menos de 50 estudiantes.
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