La provincia de Málaga prorroga el ‘verano’
Los hoteleros estiman que la estacionalidad se ha reducido un 9% desde 2019
Hoteles de lujo ven en los precios de la vivienda un problema para reclutar personal de fuera
La estacionalidad turística en la provincia de Málaga se ha reducido un 9% en los hoteles desde 2019, una tendencia que se está desarrollando de manera gradual en los últimos años, y en la que influyen factores como las nuevas formas de viajar que permite el teletrabajo con estancias más largas o la climatología, según las estimaciones de la Asociación de empresarios hoteleros de la Costa del Sol, Aehcos.
El vicepresidente ejecutivo de la patronal hotelera, Javier Hernández, ha destacado que existe una “tendencia de desestacionalización” en el destino Málaga y Costa del Sol durante el invierno, la primavera y el otoño, en los que los porcentajes de ocupación han crecido en los últimos años, por lo que ha realizado un “buen balance”, incidiendo en que “es difícil aumentar con los niveles que tenemos en julio y agosto”.
Según los datos recabados por el colectivo y las previsiones que maneja de cara al otoño, la provincia registra este año un incremento en la ocupación hotelera del 4,21% frente a 2019, esperanzo alcanzar una tasa del 78,80% en el cómputo total respecto al 75,62% alcanzada hace seis años.
La evolución mensual de 2025 presenta un aumento más destacado en la ocupación “en los meses de temporada baja y media” que durante el verano respecto a 2019, con porcentajes que alcanzan el 15,83% en febrero, el 9,77% en mayo o un 12,98% para la estimación de octubre frente al periodo de prepandemia. Por el contrario, en los meses de julio y agosto el incremento en la ocupación ha sido del 6,67% y del 2,70%, respectivamente.
En este sentido, Hernández ha explicado que se entiende por temporada baja el periodo comprendido entre “la tercera decena de noviembre hasta la primera decena de marzo”, en el que se han registrado “incrementos por encima de la media del total del año”, que es del 4,21%. Mientras, la media abarca “la segunda decena de marzo hasta el final de junio y desde principio de septiembre hasta la tercera decena de noviembre”, que también experimenta aumentos porcentuales “mucho mayores, por encima de 6 y 7 % de la media anual”, ha subrayado.
El hotelero ha resaltado que estas cifras “muestran claramente que nuestro destino, la provincia de Málaga y la Costa del Sol, está tendiendo de forma gradual a la desestacionalización”, al registrarse mayores aumentos en la ocupación hotelera durante las temporadas baja y media frente a 2019 que durante el verano en sí.
Motivaciones que favorecen la reducción de la estacionalidad
Factores como el teletrabajo y un clima cálido durante la mayor parte del año han favorecido el revertir la concentración de la actividad turística en los meses de julio y agosto en la Costa del Sol, un patrón que venía repitiendo durante décadas desde su conformación como destino vacacional, y que está cambiando en los últimos tiempos, impulsado también por la irrupción de la pandemia y las nuevas modalidades de viajar y de trabajar.
Así, Hernández ha señalado que tras la crisis sanitaria de Covid-19 “han aflorado ciertos perfiles de clientes que utilizan el alojamiento fuera de su residencia habitual para teletrabajar”, ya que permite “desplazarte a zonas donde no resides y donde hace buen tiempo, como es en este caso la Costa del Sol”.
Esta tendencia está generando “cierta desestacionalización en el destino, aunque todavía hay estacionalidad”, ha subrayado el hotelero, quien ha incidido en que la tendencia es a reducirse ésta por el surgimiento de “nuevas formas de alojamiento” que ocasiona el teletrabajo.
Esta modalidad laboral repercute, según Hernández, en una “mayor estancia” en los hoteles, ya que “los turistas vienen de lugares de Europa donde hace más frío a pasar algunas temporadas”, procedentes de “países nórdicos, Holanda, Alemania, Polonia, zonas balcánicas, Dinamarca y algo Reino Unido”.
Ello se traduce en “semanas” o “meses” que estos viajeros pasan pernoctando en la Costa del Sol, “fuera de su residencia habitual porque el clima es más benigno”. Aspectos como el encarecimiento de la “calefacción” en sus países de origen o una mayor oferta de “ocio” en Málaga gracias al clima, refuerzan la decisión de estos turistas de pasar más tiempo en el destino, ha indicado.
A ello ha agregado “la recuperación de forma muy relevante del turismo congresual y corporativo, deportivo y de interior”, con “incrementos importantes en los meses de otoño e invierno en los últimos años”, pasando en febrero de tener “una ocupación habitual del 60% al 71%, 10 puntos más y casi un 16% por encima del año 2019”, ha recalcado.
El cambio climático también juega su papel en esta nueva dinámica, y otro de los factores a los que ha aludido el hotelero son “las distintas olas de calor que ha habido en Europa en marzo, abril y mayo” en países como Alemania o Reino Unido, que han traído aparejado “decrementos en la ocupación en la en la Costa del Sol” debido a “la desincentivación del turismo internacional cercano”, con algunas bajadas en esos mercados emisores de turistas.
Auge de la demanda y de precios
En la misma tónica se mostró el director del hotel Marbella Club, Julián Cabanillas, que participo el pasado jueves en el ‘Gran debate hotelero de la Costa del Sol’, celebrado en la escuela de alta dirección hotelera Les Roches Marbella, donde se abordó la desestacionalización del destino, entre otros asuntos.
Durante su intervención, Cabanillas puso de relieve que estudios avalan “un cambio de paradigma acelerado por la pandemia, que ha enseñado a muchos empresarios que pueden gestionar sus negocios en remoto, lo que ha hecho que los hoteles del mundo se han beneficiado de un fuerte crecimiento de la demanda”.
“Antes ya había gente con dinero para viajar más pero no tenía el tiempo”, reseñó Cabanillas, quien apuntilló que el trabajo en remoto permite que “millones de personas se hayan incorporado a poder estar en un sitio como Marbella mientras trabajan, lo vemos día a día en el hotel cómo trabajan y nos requieren más servicios de conectividad”. Además, agregó que hay “más gente que viaja y se muda dejando París, Londres, Madrid, Barcelona Ámsterdam y van de vez en cuando a ver su negocio, lo que se traduce en viajes hoteleros”.
Esta tendencia ha provocado una demanda en destinos como Marbella o Miami, con un “importante e increíble crecimiento en los últimos años con cifras que no se habían conocido nunca en la industria, lo que ha hecho que hayan subido los precios”, destacó el director del Marbella Club. A su vez, indicó que ello ha provocado que muchos clientes “aunque pueden pagar no entienden que se suba el precio pero no el valor”.
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