Las personas que se presentaron el pasado domingo a la oposición de maestros en Andalucía dentro de la especialidad de Pedagogía Terapéutica salieron muy enfadados porque, según denuncian, hubo varios errores en los enunciados que impedían la realización de la prueba práctica. La Consejería de Educación y Deporte lo reconoció ayer y anunció que se repetirá el examen este viernes a las 10:00.

“Detectado un error técnico en algunos de los enunciados de la parte A de la primera prueba (parte práctica) correspondiente al procedimiento de ingreso en el Cuerpo de Maestros, especialidad de Pedagogía Terapéutica, la Dirección General del Profesorado y Recursos Humanos ha adoptado la decisión de invalidar dicha parte A de la primera prueba y realizar una nueva convocatoria de la misma”, aseguró la Junta de Andalucía ayer en un comunicado.

Esta respuesta se produce dos días después del examen y apenas da un margen de tres días para repetir. Solo se volverá a hacer la parte práctica de la prueba y se dará un plazo de una hora y 45 minutos, la mitad del tiempo estipulado para la totalidad del examen el pasado domingo, que también incluía una parte teórica.

Miriam González fue una de las personas que se examinó y apunta que “todo ha sido un desastre, desde la prueba en sí hasta esta solución”. González detalla que en la parte práctica de Pedagogía Terapéutica se exponían tres casos y había que desarrollar uno. “Uno estaba directamente mal redactado y en otros tribunales decían incluso que había dos casos que estaban mal. Como no se entendía lo que pedían, hubo muchas personas, entre ellas yo, que dedicamos más tiempo a la parte práctica que a la teórica para intentar hacerla, por lo que ahora tendremos menos nota en el teórico que otras personas que sí dedicaron más tiempo al teórico que al práctico”, critica.

Esta malagueña, que además tiene una dificultad extra al sufrir una discapacidad, señala que “habría que repetir todo el examen y no solo la parte práctica” y lamenta que “el domingo fue un caos porque, con tantos fallos, los móviles no paraban de sonar y era imposible concentrarse”.