Damián caneda. ex concejal de cultura, turismo, deportes, fiestas y educación

"Algo que se puede hacer en 15 días, en el Ayuntamiento tarda seis meses o un año"

  • Abandona la Casona del Parque tras poco más de tres años de mandato y consciente de no poder llevar adelante los cambios que, a su juicio, son necesarios en la institución municipal

-¿Qué le pasa por la cabeza en su adiós?

-Lo que se ha hecho y lo que queda. Satisfacción por los resultados. En cultura, deportes y turismo estamos en lo más alto a nivel nacional. Y te das cuenta del montón de proyectos que te hubiese gustado hacer y no has podido.

-¿Alguna espina clavada?

-Me hubiese gustado tener un auditorio, coger uno de los espacios que tenemos para que con la mano de una iniciativa privada hacer una gran productora. En turismo hemos abierto nuevos mercados, como Estados Unidos, China, Rusia y Turquía.

-Y quedando cosas, ¿por qué se marcha?

-Porque todo está planificado y lo que queda no depende de mí. Si hubiese dependido de mí estaría hecho hace un año o año y medio.

-¿Está siendo políticamente correcto en este adiós?

-Siempre intento serlo en el sentido de educado; en el sentido de faltar a la verdad, no.

-¿Se priva de decir algo?

-He tenido y tengo discrepancias en cuanto a la forma de gestionar determinadas cosas, pero eso para mí es normal. Con la gestión del municipal me puede pasar que en muchas cuestiones no esté de acuerdo con muchas áreas.

-¿Le ha pasado?

-Sí, sí. Hablamos de una persona para la que la eficacia y la eficiencia son dos objetivos permanentes. Aprovechar los recursos al máximo en un sistema, el público, que deja mucho que desear, tanto en el Ayuntamiento como en el resto de administraciones. El 30% de los impuestos se nos van en ineficacia.

-También ha discrepado con el alcalde.

-Si tiene algo que diferencia al alcalde del resto es que admite las críticas con bastante naturalidad, en eso nos parecemos. Nunca me ha dicho ni la más mínima palabra cuando he discrepado en público o en privado.

-Quizás el resto de sus compañeros no lo ha asumido con la misma naturalidad.

-No todos tienen la misma capacidad. Hay algunos que piensan que opinar de forma distinta perjudica al conjunto; yo creo que ayuda.

-Desde que llegó al Ayuntamiento, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?

-En el Ayuntamiento, el principal problema es la lentitud. El tiempo pierde su sentido. Algo que cualquiera piensa que se hace en quince días aquí puede tardar seis meses o un año. Algo que me ha sorprendido vivir en el día a día es la irresponsabilidad como sistema. Nadie es responsable de nada. ¿Quién funciona mal? Urbanismo, Medio Ambiente, el concejal. No se va al nombre y apellidos de la persona que ha hecho un proyecto mal. Hay una irresponsabilidad instalada y eso hace que no se funcione bien.

-¿Cree que los políticos asumen la responsabilidad ante los fracasos y errores en su gestión?

-Hay una mala atribución de las responsabilidades. Muchas veces los concejales asumen demasiada por algo en lo que no tienen nada que ver. El juego oposición-gobierno es así. A ver como machacamos al político, todo el mundo quiere un clientelismo funcionarial de manera que no se buscan responsabilidades.

-¿Qué haría con el Astoria?

-Soy partidario de sacarle un uso cuanto antes mejor. ¿Necesariamente museístico? No. Málaga tiene suficiente potencia en esa materia, dentro de sus posibilidades. Si me dicen que podemos tener el Moma de Nueva York, el British o El Prado, encantado. Pero no lo podemos tener, es imposible. Eso vale miles de millones el contenido y mantenerlo, 30 o 40 millones. No creo que hagan falta más museos. Estando la Casa Natal y el centro de estudios picassianos, que debe estar allí... Si hay una inversión que quiera un auditorio, un espacio gourmet... Hay optar por una.

-Lo de la lentitud de la que hablaba antes es aplicable a esto.

-Perfectamente. Había un tiempo donde podía hacer cosas; en el momento en que creo que no voy a poder desarrollar más, pienso que mi tiempo puedo usarlo de manera más útil. Con lo que viene no me veo aquí como el sitio ideal.

-¿No se planteó repetir en el mandato próximo?

-No. Si estoy en un sitio es porque puedo cambiar lo que hay. Si entro en algún lado es con intención de transformar lo que no me gusta, si veo que puedo hacerlo estoy, si veo que no puedo hacerlo, no estoy.

-Se ha dado de bruces con una realidad que le impide avanzar.

-Evidentemente. Ya me gustaría a mí transformar Andalucía...

-Usted no se va de Andalucía, se va del Ayuntamiento.

-Yo quisiera cambiar cosas pero admito que puedo estar equivocado. Aquí no se van a cambiar las cosas que a mí me preocupan en la gestión, en general del sistema público y en particular en el Ayuntamiento.

-No ha encontrado...

-El sistema se resiste.

-Pero el sistema está representado por compañeros suyos, por el alcalde.

-Están dentro del sistema. Siempre he propuesto que el cambio necesario tiene que venir de querer hacerlo, por parte de los partidos y los sindicatos, y de no querer hacerlo en diez minutos. Hay que empezar pero sabiendo que se puede tardar diez años. Es triste estar en una sociedad con un paro del 35% que hay y que los partidos no quieran cambiar los sistemas habituales. Hay una acomodación que no me parece normal.

-¿Le parece un acierto que De la Torre vuelva a presentarse?

-A estas alturas no puedo negar que soy partidario de las limitaciones de mandato. Pero una vez hay unas reglas de juego el pragmatismo hace que si tienes un candidato en el poder, que tiene un plus, lo normal es que repitas. ¿Para el sistema sería bueno que hubiera limitaciones? Creo que sí, pero eso en los partidos y los sindicatos. O lo hacemos o nos obligarán a hacerlo y ojalá sea así.

-¿Es su adiós a la política?

-Hoy le diría que sí. Creo que el paso mío por lo público ha llegado a su fin, que tiene que venir otra gente que transforme. Eso no quita que desde donde sea pueda tener mis opiniones políticas. Ojalá que la sociedad civil fuese más fuerte. Se ha desarrollado un clientelismo asociativo en algunas comunidades, caso de Andalucía, donde la política se hace mediante ese clientelismo, pero da igual el partido que sea. Es un reto que se haga una plataforma de reforma democrática. Y ahí seguro que estaré. Seguiré pensando que el partido en el que estoy tiene que transformarse y cambiar.

-¿Usted no se marcha por Francisco de la Torre?

-No, no, hay una reflexión más profunda.

-¿Podría haber hecho algo más para convencerle?

-No creo que sea lo más importante. La ciudad tiene muchos problemas. No ha lugar. Mi decisión no lo es de un día. Sí me dijo, 'piénsatelo, Damián'.

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