El curso en la Universidad de Málaga comenzó a finales de septiembre con el sistema bimodal, después de un verano de analizar diversos planes de contingencia y proponer estrictas medidas de seguridad para evitar la propagación del Covid-19. Esto suponía que los grupos más numerosos se dividían y mientras que unos acudían físicamente al aula, otros seguían la clase en director gracias a sistemas audiovisuales instalados en las distintas facultades. También se hacían turnos para las prácticas y los trabajos en laboratorios.

Pero con el tercer estado de alarma, el pasado 9 de noviembre, las clases volvieron a vaciarse. El rector de la UMA, José Ángel Narváez, "confía" en poder volver tras los exámenes de enero a la organización anterior y, por tanto, a la mayor presencialidad posible.

“Depende de lo que propongan las autoridades sanitarias, que son nuestra guía, y de cómo se encuentre la situación de la pandemia”, indica el rector. Y subraya que “siempre he defendido que la Universidad de Málaga es una universidad pública presencial y tendremos que luchar por la máxima presencialidad posible, pero ahora mismo el objetivo es mantener y proteger la salud no solo de los universitarios sino también de todos los malagueños”. Narváez agrega que “en ese sentido estaremos a lo que nos puedan permitir hacer en las mejores condiciones”.

A pesar de la poca incidencia de casos de coronavirus entre la población universitaria de Málaga, que se eleva hasta las 40.000 personas, la Junta de Andalucía determinó el regreso a la docencia telemática el pasado noviembre. Sin embargo, permitió mantener la presencialidad en las prácticas, en las materias experimentales, en las actividades de laboratorio y en todas aquellas que precisaran de un equipamiento específico.

Aunque este pasado fin de semana se levantaron ciertas restricciones, la UMA continúa con el sistema que ha llevado a cabo durante el último mes, sobre todo porque llega el parón de las Navidades y de los exámenes.

Si la evolución de los contagios lo permite, el segundo semestre podría comenzar nuevamente con modelo bimodal, que hizo posible que el carácter presencial de las enseñanzas se diese en un 41,8% de media ponderada por estudiante y para el conjunto de las titulaciones oficiales. En los másteres la presencialidad alcanzó una media del 75%.