Sociedad

El retrato del joven en Málaga: hay el doble de ‘ninis’ que de ‘sisis’

Varios jóvenes en un parque.

Varios jóvenes en un parque.

Los jóvenes no lo tienen fácil. La mayoría poseen una buena formación universitaria o profesional, pero encontrar un empleo no es nada sencillo. De hecho, la tasa de paro juvenil en Málaga está en torno al 40%. En cualquier caso, siempre hay gente para todo y en la juventud malagueña se están viendo dos extremos claramente diferenciados. Por una parte están los ninis, es decir, aquellos que ni estudian ni trabajan y, por otra, están los sisis, es decir, los que estudian y trabajan a la vez. Los primeros ganan por goleada a los segundos, hasta el punto de que doblan su número.

En el primer trimestre de este año, según los datos facilitados a este diario por el Instituto Nacional de Estadística recogidos de la última Encuesta de Población Activa, en Málaga había 40.600 jóvenes de entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan frente a los 20.800 que sí hacen las dos cosas y que, por tanto, están realizando un importante esfuerzo.

En el caso concreto de los ninis Málaga es la cuarta provincia española donde hay un mayor número por detrás de Barcelona (117.600), Madrid (104.700) y Alicante (52.000). En toda España hay más de 900.000. En los sisis Málaga sale bastante peor parada, siendo superada por la mayoría de grandes provincias. En Barcelona, por ejemplo, hay 135.400, en Madrid 185.800, en Sevilla 44.300 o en Valencia 54.800.

En estos momentos hay más de 40.000 jóvenes en Málaga que ni estudian ni trabajan, pero no es menos cierto que la situación está bastante mejor que hace unos años. Ahora hay 12.300 ninis menos que hace cinco años y 27.200 menos que hace una década. La coyuntura económica es clave. Durante los años de la crisis le era muy complicado encontrar un trabajo a los jóvenes y a las personas de cualquier otra edad y eso se reflejó en las estadísticas, llegando a alcanzar los 80.500 ninis en Málaga en el año 2009, el doble de los actuales. Entre 2010 y 2015, años duros de recesión, no se consiguió nunca bajar de la barrera de los 60.000.

Una vez superados los coletazos más graves de la pandemia por Covid, hay más oportunidades laborales para los jóvenes. El sector turístico, con los hoteles y la restauración como puntas de lanza, espera un buen verano e incluso se quejan de que no encuentran profesionales cualificados. Por otra parte, el sector tecnológico está en plena ebullición con numerosas empresas locales y extranjeras que están buscando trabajadores formados. Una de ellas, la consultora multinacional EY, ha inagurado oficialmente esta semana un centro en el parque tecnológico en el que ya cuentan con 500 trabajadores y aspira a tener 2.000 en el año 2025.

¿Qué dicen los jóvenes malagueños?

Este diario ha contactado con varios de ellos para conocer cuáles son sus planes. Entre los sisis hay jóvenes como Guillermo Bermejo, "sisi" que han tomado las riendas de la innovación. “Buscaba compaginar lo que podía aprender en el aula con la puesta en marcha de mi propio proyecto, ElXIIDEAL para obtener una experiencia real de primera mano y de paso, crearme mi propio escaparate con el que darme a conocer y poder potenciar mi marca personal”, afirma Bermejo, graduado en Periodismo. Continua trabajando en la creatividad, apoya los proyectos jóvenes como el suyo y confía algún día vivir de ello. “He trabajado muchísimas horas al día. Hasta ahora con la carrera he compaginado todas las horas de estudio, exámenes, trabajos, proyectos, además de asistir a clase tanto presencial como online y quitando horas a mi tiempo libre para invertirlas a mi proyecto", concluye.

Guillermo Bermejo es uno de los 'sisis' malagueños. Guillermo Bermejo es uno de los 'sisis' malagueños.

Guillermo Bermejo es uno de los 'sisis' malagueños.

María Sevilla es también una 'sisi' malagueña María Sevilla es también una 'sisi' malagueña

María Sevilla es también una 'sisi' malagueña

María Sevilla,"sisi" estudiante de Periodismo de último curso, tuvo que escoger el turno semipresencial para ayudar en casa y además poder pagar la universidad. "No me pareció mal porque cuando estaba saturada de la universidad me aliviaba el trabajo y cuando estaba cansada de trabajar, volvía a la rutina de la universidad", añade Sevilla. Ha trabajado como azafata de todo tipo, de congresos, de eventos, de perfumería, promociones y hasta camarera. 

Valentina Moyano, "nini" en busca de trabajo Valentina Moyano, "nini" en busca de trabajo

Valentina Moyano, "nini" en busca de trabajo

Valentina Moyano,"nini", graduada en Educación Social. Terminó sus estudios universitarios en junio de 2021, su intención realmente era trabajar, pero no fue posible. Asegura que, no se había matriculado a un Máster y que por ello no pudo entrar en el curso 2021-2022. Buscó trabajo pero solo pudo conseguir uno temporal a finales del año pasado. Valentina lleva buscando desde hace más de un año. "Es difícil encontrar trabajo como educadora social, porque la gran mayoría te exigen mínimo experiencia de un año entero", añade Valentina. Actualmente se encuentra también buscando empleos de cuidadora, operaria, en tiendas de ropa, etc. "Toda experiencia es importante y ya no me importa si no es de lo que estudié", afirma Moyano.

José Galindo José Galindo

José Galindo

Jose Galindo, "sisi", empezó a trabajar cuando estaba en segundo de carrera del grado de Periodismo. "Trabajar antes de finalizar los estudios y compaginar vida laboral te ofrece un tipo de práctica que no vas a encontrar en la universidad", asegura Galindo, quien lleva años como locutor de radio y además ha colaborado con numerosos medios de comunicación de la provincia de Málaga. "A veces pueden parecer dos mundos totalmente incompatibles, pero te terminas acostumbrando cuando coges algo de ritmo", añade. 

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Daniela Iturregui, "nini", graduada en Educación Infantil, ahora mismo se encuentra sin estudios ni trabajo porque quiere opositar para educación y manifiesta que, antes de comenzar la nueva temporada de septiembre, quiere tomarse unos meses de descanso. Asegura Iturregui que, es consciente de que unas oposiciones, sean las que sean, son duras y conllevan un ritmo y una exigencia, además de constancia. "Quiero disfrutar de mi último verano de vacaciones completas antes del sacrificio que conlleva este tipo de oposición", asegura. 

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