Málaga

Los salvadores del mar

  • Los efectivos de Salvamento Marítimo velan por la seguridad de las personas en el Mediterráneo

  • El 80% de sus servicios son de inmigración

  • Su personal coincide en que lo más duro es la recogida de cadáveres y que "no vale tanto dinero" estar bien equipados

Marineros de Salvamento Marítimo momentos antes de iniciar una simulación con el helicóptero Helimer 202 del cuerpo.

Marineros de Salvamento Marítimo momentos antes de iniciar una simulación con el helicóptero Helimer 202 del cuerpo.

Suena el teléfono. Menos de 20 minutos para llegar al Salvamar Alnitak, donde espera el resto de la tripulación. Hay que ir a rescatar una patera. Este tipo de misiones ocupa el 80% de los servicios que presta Salvamento Marítimo en Málaga.

Comienza un momento crítico, la hora del embarque hacia el buque de los salvadores del mar. Un resbalón o un descuido pueden desembocar en una vida que se pierde. Hay que actuar rápido.

"Los sujetas fuerte y, entonces, se desmayan. Los ves llorando en cubierta con expresión de haber tenido pánico, miedo y claustrofobia. Te miran y te dicen con los ojos que ya han pasado esta etapa y que han estado a punto de no sobrevivir", relata Alejandro Rodríguez, patrón del Salvamar Alnitak. "Ahí es cuando empiezas a vivir y a sentir cosas. Cuando te das cuenta que este es tu camino y donde te vendrías en tu tiempo libre a echar una mano", afirma.

Vocación. Eso es lo que hay que tener, según Rodríguez, además de un vínculo "muy fuerte con el mar", porque en esta profesión "se ven tantas cosas tan fuertes que te impactan y te replanteas mucho en la vida".

Todos coinciden en que lo más duro es la recogida de ahogados; de cadáveres. Pero el marinero de puente José Santiago Liñán, no puede evitar mencionar cuando divisan en la patera a algún recién nacido: "Los ves mojados después de pasar varias horas en una embarcación donde ha calado el agua y entonces, de forma inmediata, les invade la euforia y la alegría, y nos lo transmiten. Saben que en el momento que pisen nuestro buque ya están a salvo".

"Hemos corrido bastantes peligros y hemos estado muy expuestos" en algunas ocasiones, confiesa el patrón Rodríguez, por eso destaca la importancia y el valor de los últimos refuerzos que se han incorporado. "Ahora por primera vez tenemos una tripulación en condiciones y es cuando yo creo que se va a trabajar profesionalmente".

"No vale tanto dinero mantener los refuerzos y que estemos bien equipados, con personas cualificadas" apunta Rodríguez, que reivindica la transcendencia de no dejar escapar a quienes ahora se encuentran en formación dentro del cuerpo. "Cuando una persona empieza a trabajar en esto, si tiene vocación debe seguir", dice.

Alejandro Rubio, patrón de Salvamento Marítimo desde hace 25 años, coincide con Rodríguez. "Es un sobre esfuerzo" que una persona sola tenga que encargarse de desembarcar a 60, "que suelen ser -en su mayoría- fuertes y grandes. Además, al llevar tanto tiempo en la embarcación apiñados, están entumecidos y para un marinero solo era mucho esfuerzo, por eso ahora han puesto un tripulante de más".

Rubio, tras la simulación que suelen efectuar una vez al mes con el helicóptero Helimer 202 del cuerpo, detalla que hay días donde se te juntan dos o tres servicios seguidos, y estos suelen durar entre 6 y 7 horas. Como hace poco más de una semana, recuerda, que "nos avisaron a las 5 de la mañana que había que rescatar una patera. Llegamos a Málaga y tuvimos que ir a Fuengirola a recargar el gasoil" justo cuando salían del municipio costasoleño, les entró otra alerta de una embarcación. "Fueron 18 horas de trabajando de continuo", explica. Cuando operan varios servicios seguidos, el Centro de Coordinación de Salvamento Tarifa -de quienes son subordinados- intenta, a no ser que sea una emergencia, movilizar a las otras embarcaciones cercanas para los rescates.

El Salvamar Alnitak es el encargado de velar desde Marbella hasta la Caleta de Vélez, y "dirección sur hasta casi Marruecos" explica Rubio. "En principio, la zona de Salvamento Marítimo español es la línea equidistante entre ambos países, ya en aguas internacionales. Pero Marruecos, en esa franja, no tiene medios, por lo que hay veces que somos nosotros quienes tienen que actuar", sostiene.

Aunque bien es cierto que la frecuencia de llegadas depende del tiempo. "Cuando el viento sopla fuerte es, casi seguro, que no haya pateras y si las hay, peligro". Cuando se levanta de poniente, en mar adentro pueden darse olas de dos o más metros, y las embarcaciones que suelen cruzar, tipo zódiac, van sobrecargadas, por lo que son "muy frágiles y pueden romperse o volcarse. Ellos cuentan con la previsión meteorológica a la hora de partir", explica el patrón Rubio. El otro 20% de los servicios de Salvamento, aunque siguen siendo de rescate, son muy variados.

"Nos han llamado traficantes, porque a veces se quedan tirados", relata. "Llevan barcos con motores muy potentes que necesitan mucha gasolina. Cuando esto sucede, tiran los fardos y sacan cañas" para encubrir la actividad. "Dicen que han llegado hasta ahí pescando, y, a continuación, les remolcamos hasta la costa".

"A veces te la juegas", afirma Rodríguez, que ha sido 15 años marinero antes de ser patrón. "He llegado a tirarme del barco para poder subir a un velero, pero en muchas ocasiones te vas con la satisfacción de saber que una embarcación de pesca sigue trabajando porque tú has llegado a tiempo".

Para poder salir cada día a salvar vidas el Salvamar Alnitak debe estar a punto, y de eso se encarga Armando Rey, mecánico del cuerpo, que ayuda en cubierta cuando la jornada se complica. Rey lleva 18 años supervisando que los barcos de Salvamento funcionen perfectamente, desde el punto de vista técnico y, por supuesto de máquinas.

"Hay gente que cuida su casa porque es suya. Nosotros queremos a la embarcación en un sentimiento puro", confiesa Rey. Ellos son los rescatadores del mar, los encargados de que no se sumen más cuerpos al cementerio que es el Mediterráneo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios