Málaga

El sector tecnológico ocupa a casi 21.000 trabajadores en Málaga

Empleados en uno de los departamentos de Giants Gaming.

Empleados en uno de los departamentos de Giants Gaming. / Javier Albiñana

No ha pasado de la noche a la mañana, lleva años fraguándose. Pero el efecto bola de nieve de la Málaga tecnológica, ese que ha provocado que trascienda del ámbito corporativo a la sociedad y que lo convierta en un apellido asumido por todos, es más reciente y sigue en alza. Según la cifra de afiliados a la Seguridad Social de este pasado mes de septiembre, en Málaga hay 17.533 trabajadores por cuenta ajena y 3.369 por cuenta propia en el sector de la Información y las Comunicaciones, donde se engloban las tecnológicas. En total son casi 21.000, más de un 28% de los empleos del sector en toda Andalucía. 

Sevilla, con 29.724 trabajadores, y Málaga lideran con muchísima diferencia el mercado laboral tecnológico en Andalucía. La tercera provincia que más empleo genera en este campo es Granada y no llega a los 8.700 puestos. En cuanto a empresas inscritas en la Seguridad Social en septiembre de 2023, en Málaga son 1.012, un tercio de todas las creadas en la comunidad autónoma. 

"En Málaga se ha logrado, en gran parte, cambiar el modelo productivo, generar negocios emergentes en el área de la tecnología y eso lleva unos 15 ó 20 años gestándose", apunta Rocío Valenzuela, product manager de la malagueña Hrider, creadora de un software de detección y desarrollo del talento para implantar en departamentos de recursos humanos. Cuando les tocó crear un hub tecnológico se pusieron dos opciones sobre la mesa, Málaga o Barcelona "y no lo dudamos", asegura Valenzuela. 

"Es verdad que también estas cosas van por moda, pero apostamos por Málaga porque entendíamos que otras zonas también están muy saturadas, es difícil encontrar perfiles cualificados y necesitábamos generar compromisos en el trabajador y que no estuviera cambiando cada tres meses", indica la product manager. Para ella, la clave para conseguir que un empleado esté comprometido con el proyecto y sus compañeros "se es aunar la parte profesional con la individual, la personal, si tu vida personal es gratificante, la profesional puede desempeñarse con estándares más altos de motivación y productividad". 

Un entorno flexible, con un buen clima, en una ciudad todavía amable, con distancias cortas entre la vivienda y la oficina, el Málaga Tech Park y las acciones institucionales han provocado que se vaya construyendo un ecosistema tecnológico que se retroalimenta para seguir creciendo. "Uno de los atractivos principales que suponía Málaga para las empresas hace años era encontrar un lugar en el que los salarios fueran un poco menores y hubiera menos índice de rotación de los puestos, pero eso ha cambiado en Málaga y en el mundo", apunta Valenzuela.

El equipo de Hrider en una imagen promocional. El equipo de Hrider en una imagen promocional.

El equipo de Hrider en una imagen promocional.

La pandemia, aclara, ha generalizado el teletrabajo y muchísimas profesiones se pueden llevar a cabo en remoto desde cualquier lugar. "Ahí está todo ese empleo secundario que no es solamente malagueño, hay un gran mercado de personas que han venido aquí aunque realmente no están trabajando para Málaga, están teletrabajando. Profesionales que podemos tener más cerca las empresas malagueñas para acceder a ese talento", agrega la product manager de Hrider. "Conozco muchos profesionales que trabajan para empresas de Holanda, de Inglaterra, de Noruega pero eligen venir a Málaga por el clima, los servicios, la calidad de vida, el entorno es seguro, hay colegios y comunidad internacional...", indica. 

Más oferta de empleo que demanda, la cruz del sector

Sin embargo, tras estas bondades también hay inconvenientes. En Hrider trabajan con los departamentos de recursos humanos de muchas compañías y saben de primera mano que hay más oferta de empleo que demanda de profesionales buscando trabajo. "Se ha tenido que hacer una reestructuración de salarios para estos perfiles porque era imposible ser competitivos, todavía no se llega a pagar como en Londres, en Madrid o Barcelona, pero sí hay una capacidad de adaptación rápida a la hora de plantear beneficios sociales", apunta Rocío Valenzuela. 

Juan Antonio Tejada, fundador de la plataforma Kaikoo y presidente de Málaga Tech, asociación de emprendedores tecnológicos, habla de las dificultades para conseguir profesionales. "Ahora mismo, las oportunidades para un programador mínimamente espabilado en Málaga son espectaculares, cualquier programador que tenga soft skills puede encontrar trabajo sin problemas, en una startup o una firma tecnológica grande", dice Tejada. "Pero eso, a la vez, es un problema para las startups, porque hay tantas grandes empresas que son competitivas a nivel de salario o por la seguridad que ofrecen que para nosotros es muy difícil encontrar talento local", agrega. Así que muchos buscan a los expertos fuera y trabajan en remoto para sus proyectos, como lo hacen en Kaikoo, la plataforma de entrenamiento para gamers.

Juan Antonio Tejada, presidente de Málaga Tech y CEO de Kaikoo. Juan Antonio Tejada, presidente de Málaga Tech y CEO de Kaikoo.

Juan Antonio Tejada, presidente de Málaga Tech y CEO de Kaikoo. / Javier Albiñana

"La calidad de vida que te brinda Málaga es una propuesta de valor que pocas ciudades te ofrecen ahora mismo y a eso se añade la clara apuesta que están haciendo las instituciones por fomentar el talento emprendedor y tecnológico, si quieres prosperar en el mundo tech necesitas ir a una ciudad tech y Málaga es una de ellas", considera Tejada. 

En cuanto a los salarios, Tejada reconoce que las startup el sueldo suele ser bajo en sus inicios y que en las multinacionales depende de la categoría. "Un junior va a cobrar muy poco, se va a sentir casi explotado, diría, pero los salarios son muy buenos una vez que tienes experiencia, también las nóminas suben porque la adaptación de un nuevo trabajador es cara y lenta y a las empresas no les interesa perder a los que ya tienen y están formados", subraya.

Los planes de incentivos, destaca, son también clave para que se incline la balanza. "Hay que intentar ofrecer más que un puesto de trabajo, un lugar donde poder quedarte y prosperar en tu carrera profesional, hay una nómina que no es monetaria y en la que se incluye la flexibilidad, la conciliación, temas que pesan a la larga más que el dinero". 

El tema de la vivienda, escasa y cada vez más cara, y la falta de oficinas en Málaga, como subraya Rocío Valenzuela, también son otros problemas para el sector. "Otra dificultad que tenemos es el idioma", indica Mar Aguado, directora de recursos humanos de Giants Gaming. "En las tecnológicas el idioma es el inglés, y tenemos que abrazar esta lengua, no resistirnos a ella", agrega. 

Formación de profesionales y fidelización del talento

Giants es una empresa creadora de contenido recreativo, de entretenimiento y deportivo que opera en el sector de los esports. "Nosotros tenemos la dificultad formativa, cuando publicamos las ofertas las dejamos abiertas porque como el trabajo es tan específico preferimos enseñar desde dentro, si tienes que encontrar a alguien formado se lo tienes que quitar a otro club y esa no es nuestra política", destaca Mar Aguado.  

"Nuestra forma de trabajar en recursos humanos es para fidelizar al empleado, todas nuestras acciones y planes se llevan a cabo para dar respuesta a dos prioridades: mejorar el desarrollo de las personas y aumentar la satisfacción y motivación del equipo", comenta la experta. "La felicidad y el bienestar suponen una nueva mirada desde la que orientar los procesos tradicionales, hay que adaptarlos a los nuevos tiempo", agrega. 

En Giants Gaming tienen implementado un día a la semana en remoto. "Tenemos un horario de convivencia en la oficina porque hacemos mucho trabajo en equipo, estamos todos muy conectados a nivel operativo y pasamos varias horas en el mismo espacio, pero luego hay mucha flexibilidad, existe mucho diálogo para hacer la jornada más efectiva", subraya Aguado y destaca que en su empresa, en cuanto a sueldos, "estamos muy por encima de cualquier convenio que puedan tener las tecnológicas en Málaga, los compañeros van creciendo meritocráticamente". 

"El esquema tradicional de la felicidad ha cambiado, se busca un equilibrio entre trabajo y vida personal y lo que está inclinando la balanza es una mayor valoración del tiempo libre, de la posibilidad de perseguir pasiones y metas personales", considera Mar Aguado. Y tiene claro que "tienes que hacer que ese trabajador tenga una proyección, avance, que crezca para que crezca también la empresa". 

Fachada del edificio de Google en Málaga, que se inaugurará el próximo noviembre. Fachada del edificio de Google en Málaga, que se inaugurará el próximo noviembre.

Fachada del edificio de Google en Málaga, que se inaugurará el próximo noviembre. / Jorge Zapata / Efe

Faycal Baammi es natural de Casablanca, pero vino a estudiar a la Universidad de Málaga y aquí ha desarrollado, desde entonces, su actividad laboral. Cursó un Grado Superior de FP, Administraciones de Sistemas en Red y el curso de especialización en Ciberseguridad en el IES Campanillas. Desde 2018 trabaja en la misma tecnológica, en la que ahora es IT Operation Maganer. Gestiona un equipo de unas 25 personas entre España y Marruecos. 

Su empresa tiene entre 300 y 400 empleados y es común que entren, se formen y luego salgan porque han encontrado una oferta mejor. "Los salarios en Madrid y Barcelona son mucho más elevados todavía que en Málaga", dice. 

"Nuestro principal problema es encontrar a personas capacitadas en el departamento de IT, siempre estamos buscando, es muy difícil", comenta Baammi y asegura que han estado meses intentando hallar un administrador AWS sin lograrlo hasta que lo contrataron en Marruecos. "Hay perfiles que es misión imposible encontrarlos en Málaga", afirma y pone de ejemplo el junior en desarrollo tec# que necesitan y que no consiguen. "Los únicos perfiles son personas con muy poca o sin experiencia, en prácticas, estudiantes recién salidos, pero hay que formarlos y para eso hace falta tiempo", concluye. 

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