Seguimiento a mujeres en el Clínico de Málaga para evitar una complicación frecuente tras un cáncer de mama

El complejo hospitalario universitario Virgen de la Victoria, dependiente del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de la Consejería de Sanidad sitúa a su unidad de Linfedema a la vanguardia de Andalucía gracias a la implementación con excelentes resultados del programa FitPicama (Fisioterapia Temprana para Pacientes Intervenidas de Cáncer de Mama). Este programa lleva a cabo un seguimiento, de al menos seis meses, a las mujeres operadas de esta patología que presentan un mayor riesgo de desarrollar linfedema o limitaciones en la parte superior del cuerpo tras la cirugía o la radioterapia. El linfedema es la hinchazón del brazo, que suele ser una complicación frecuente tras la extirpación de ganglios de la axila por este tumor.

En este sentido, el centro consolida su liderazgo en el tratamiento de secuelas oncológicas a través de su unidad de Linfedema, adscrita al servicio de Medicina Física y Rehabilitación, y que inició su andadura en el año 2005, convirtiéndose en un referente en la comunidad autónoma por su enfoque proactivo en la recuperación de mujeres operadas de cáncer de mama. Asimismo, desde su puesta en marcha hace dos años, el programa ha atendido a 650 pacientes con una excelente acogida y una adherencia del 85%. Esta iniciativa se plantea como objetivos específicos mejorar la movilidad y la fuerza del hombro, trabajar sobre la cicatriz quirúrgica, vigilar tempranamente el linfedema y concienciar a la población sobre la importancia de la actividad física y el ejercicio terapéutico para la recuperación del proceso oncológico. La intervención temprana resulta clave para estos fines, a través de sesiones individuales y grupales de fisioterapia en coordinación con médicos rehabilitadores y demás equipo multidisciplinar. En este contexto, cabe destacar que uno de los pilares del éxito asistencial de la unidad son las charlas formativas preoperatorias, en las que todas las pacientes reciben instrucción detallada sobre medidas de autocuidado y ejercicio terapéutico antes de la intervención quirúrgica.

Estas sesiones ofrecen ventajas fundamentales, ya que permiten a la mujer identificar de forma temprana los signos de alarma y reducen significativamente la incertidumbre y el estrés asociados al proceso oncológico. Al proporcionar estas herramientas desde el inicio, se fomenta la autonomía de las pacientes, quienes pueden comenzar su recuperación funcional de manera segura, evitando así la aparición de disfunciones graves en la parte superior del cuerpo. Por su parte, la fisioterapeuta del programa Fitpicama, Sonia Sánchez, ha destacado el valor de esta intervención integral, ya que: "La fisioterapia ha evolucionado hacia un enfoque integral y personalizado; no solo tratamos síntomas, sino que consideramos aspectos biopsicosociales para mejorar el bienestar global y la funcionalidad máxima de la paciente".

El análisis de los registros de la unidad revela que el 75% de los casos tratados son secundarios al cáncer de mama. La coordinación multidisciplinar entre rehabilitadores, cirujanas, oncólogos y enfermería garantiza que la atención no sea solo técnica, sino profundamente humana, centrada en la prevención y la vigilancia temprana de la inflamación crónica del sistema linfático y otras disfunciones en la parte superior del cuerpo que pueden aparecer tras la cirugía y la radioterapia. Con este modelo innovador en la sanidad pública andaluza, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga reafirma el papel clave del fisioterapeuta en el contexto oncológico, ya que el programa FitPicama demuestra que el ejercicio terapéutico estructurado es una intervención vertebral para transformar la supervivencia al cáncer en una etapa de verdadera calidad de vida.