Los más de 300 servicios de guerra del piloto de Franco

Carlos de Haya González.
R. L. Málaga

19 de junio 2013 - 01:00

Carlos de Haya González, nacido en Bilbao en 1902, inició su carrera militar cuando tan sólo tenía 16 años. Su matrimonio con una de las hijas del doctor Gálvez Ginachero lo trajo hasta Málaga y fue precisamente en esta ciudad donde le sorprendió el alzamiento militar del 18 de julio. Sin embargo, rápidamente se trasladó a Sevilla para unirse a la sublevación contra la República. Desde allí se vinculó intensamente al Puente aéreo del Estrecho y participó en el llamado Convoy de la victoria. Además de actuar como piloto personal del general Franco, realizó más de 300 servicios de guerra en los 19 meses que pudo combatir, antes de que el sargento republicano, Francesc Vinyals colisionara con la cola de su avión y lo derribara en Teruel, en febrero de 1938.

Fue condecorado con la Laureada de San Fernando y la Medalla Militar a título póstumo por su servicios durante la guerra, entre los que destacaron los aprovisionamientos al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, asediado por las fuerzas republicanas hasta el 1 de mayo de 1937. Voló casi más que ningún otro militar, una media de 40 horas semanales, y durante la Batalla de Belchite, en verano de 1937, volvió a destacar por sus arriesgados abastecimientos.

Fue agregado al grupo de caza italiano Asso di Bastoni, participó en bombardeos nocturnos sobre la ciudad de Madrid, en operaciones militares en Córdoba, Badajoz y Talavera de la Reina, por lo que fue considerado un héroe de guerra por el bando vencedor. Pero Carlos de Haya también fue deportista e inventor, un hombre preparado cuya pasión por la aviación le llevó a patentar un integral giroscópico y un corrector de derivas.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último