"Me gustaría que hubiera una simbiosis más estrecha entre Málaga Valley y el PTA"

Juan Manuel Melero es el vivo ejemplo del malagueño que ha triunfado internacionalmente a base de mucho esfuerzo y de viajar muchos días al año. Ha trabajado para Motorola y Nokia en España, Gran Bretaña, Finlandia o Estados Unidos hasta que en 2003 fundó Tartessos en Málaga, que procedía de la desaparición del centro de I+D de Nokia en el PTA. Posteriormente se fusionó con Optimi y ésta, a su vez, fue comprada por Ericsson. Es un directivo de la multinacional a escala global y dirige el centro en Málaga.

-¿En qué están trabajando en la planta de Ericsson en Málaga en este momento?

-Fundamentalmente desarrollamos tecnología asociada a la gestión automática de redes de telefonía móvil, es decir, a la operación, diseño y optimización de las redes móviles. Nuestros clientes son los operadores de telefonía móvil.

-La fabricación de móviles pasó a la historia.

-La división de móviles se la vendió Ericsson a Nokia hace un par de años y ya no tenemos nada que ver con eso. Ericsson es el líder mundial en el negocio de equipos de telecomunicación y en particular en el área de telefonía móvil.

-¿Qué peso tiene la oficina de Málaga en el contexto nacional y global de la multinacional?

-El grupo de Málaga está integrado en el grupo global de Ericsson de servicios. Aquí tenemos gente que desarrolla tecnología software y un grupo que da soporte a todas las operaciones de Ericsson. Trabajamos para todo el mundo. De hecho, no trabajamos más para España de lo que hacemos para cualquier otro mercado. También tenemos en Málaga la responsabilidad de negocio del servicio de diseño y optimización de redes.

-¿Cuántos centros tiene Ericsson en España?

-En España tiene cerca de 2.000 empleados y Málaga es una parte. Hay otro grupo importante de desarrollo de I+D en Madrid y el resto son grupos locales. En Málaga estamos bastante desvinculados de la operativa local en España porque estamos muy integrados en la organización global.

-¿Cuántos empleados tienen en Málaga?

-Tenemos unos 225 empleados directos de Ericsson, luego hay unos 50 ingenieros trabajando a través de un proyecto de colaboración con la Universidad de Málaga, y otros 25 contratados por un periodo determinado. En total hay unos 300 ingenieros superiores.

-¿Cuál es el perfil del empleado?

-Tenemos gente de muchas nacionalidades que vienen aquí por un tiempo determinado y gente de Málaga que sale fuera. Es muy enriquecedor como experiencia profesional y personal.

-¿Prevén crecer en Málaga?

-Sí, aunque Ericsson tiene un ERE abierto ahora en España. No afecta a Málaga pero estamos en un proceso de análisis global de costes e inversiones. Prevemos crecer este año en la plantilla fija, pero con un ERE en paralelo a escala nacional todo se ralentiza.

-Málaga se ha librado del ERE. ¿Por qué?

-Porque somos una unidad global y las actividades que se desarrollan aquí son de alto valor estratégico, por lo que nunca ha estado encima de la mesa la posibilidad de que hubiera recortes aquí en Málaga.

-¿Prevé alguna nueva inversión en Málaga?

-Estamos evaluando proyectos adicionales. Colaboramos con el Ayuntamiento de Málaga en el proyecto de Urban Lab en Tabacalera, con temáticas como el M2M (machine to machine [dispositivos conectados entre sí y aplicaciones]) o smarticities. Es un proyecto nuevo e interesante que estamos estudiando desarrollar en colaboración con el Ayuntamiento y otros agentes, pero hay que ver cómo se materializa. Es algo adicional a todo lo que hemos hecho hasta ahora.

-¿Qué imagen hay de Málaga a escala mundial en materia tecnológica? ¿Qué piensa un extranjero cuando le mandan a trabajar aquí?

-Todavía hay muchas ideas preconcebidas sobre Málaga. En Europa y en otros lugares, cuando la gente habla de Málaga lo primero que le viene a la mente es el turismo o el sol y no tanto la tecnología, pero es verdad que se nota un cambio. Málaga poco a poco va cogiendo entidad como un núcleo urbano que puede tener actividades económicas y tecnológicas interesantes. No se conocen por defecto, pero sí hay una evolución positiva. Como ciudad tenemos ya una imagen más seria.

-Nos ponen ya en el mapa.

-Sí, y no la asocian solo a la feria y al turismo, que igual es lo que se pensaba hace 20 años.

-Hay muchas personas que defienden el club Málaga Valley y otras muchas que dicen que no vale para nada. ¿Qué piensa usted?

-Es una iniciativa que va en la dirección adecuada y, desde mi punto de vista, suma en positivo. Da a conocer lo que se hace en Málaga y lo que puede ofrecer esta ciudad, pero sí me gustaría que hubiera una simbiosis más estrecha entre el Málaga Valley y el Parque Tecnológico (PTA). No digo que no exista, pero podría ser mayor.

-¿Qué perspectivas le ve al PTA?

-Muy positivas. No somos conscientes de la labor que se ha hecho aquí. Cuando hace 25 años estudiaba Teleco aquí no había nada. Era una tierra baldía y ahora hay miles de puestos de trabajo y está bastante claro que la evolución va a continuar. Todo es mejorable y seguro que no todas las actividades implantadas en el PTA tienen el mismo perfil de I+D, pero se ha hecho una gran labor. Al PTA le queda mucho desarrollo potencial y la iniciativa del parque y la UMA sobre el rayo verde , confluyendo el mundo empresarial y universitario para crear un ecosistema de innovación es muy acertada porque es un asignatura pendiente del parque. El PTA tiene que desarrollar un ecosistema de innovación autosostenible. En Málaga se han atraído empresas que han hecho inversiones, como Ericsson, Oracle, etcétera que han creado una masa crítica de conocimiento que es fundamental para ese ecosistema de innovación. Eso está muy bien, pero no hemos sido capaces de arrastrar a la universidad de manera que podamos crear algo similar al Silicon Valley. El Silicon Valley tiene tanto éxito porque cuando la gente acaba su carrera universitaria está ya trabajando en proyectos empresariales y tiene vías de financiación a través de colaboración con empresas o financiación externa. Esa conexión no hemos sido capaces de ponerla aún en funcionamiento en Málaga y es lo que intenta el rayo verde.