Málaga

Sin papeles por el coronavirus

  • El cierre del registro civil impide a una pareja inscribir a su hija recién nacida 

  • El paso es clave para que ambos puedan disponer de las prestaciones correspondientes

Javier y Lorena, los padres de la pequeña Alicia.

Javier y Lorena, los padres de la pequeña Alicia.

Cuando el pasado 12 de marzo nació Alicia, no podía imaginar que iba a ser testigo accidental de una de las mayores crisis sanitarias en la historia reciente. Apenas un día después de su llegada al mundo, el Gobierno central decretó el estado de alarma que una semana después se mantiene activo. 

A Alicia lo del confinamiento ni le va ni le viene. Bastante tiene ella con hacerse notar con los llantos propios de todo recién nacido. Pero a sus padres, Lorena y Javier, sí que les afecta y mucho. La incidencia en su caso es mayor si cabe por cuanto la clausura ordenada por el Ejecutivo y la presencia del coronavirus en Málaga les impide contacto alguno con el exterior. Una medida más que prudente cuando de una pequeña criatura se trata.

A la desazón de tener que evitar el contacto con los familiares y amigos en unos días propios para ello, se suma un problema añadido que tiene que ver con Alicia. Más en concreto, con su registro como una ciudadana más. El efecto del maldito virus instalado desde hace días no afecta solo al cierre de locales comerciales y bares, sino que también se deja sentir sobre ciertos servicios administrativos.

Entre ellos el registro civil. Cuenta Lorena que la intención inicial era acudir a las dependencias, instaladas en la Ciudad de la Justicia, el pasado lunes 16 de marzo. Esa era la fecha marcada en la cita concedida al poco de nacer su hija. Pero apenas unas horas antes de que tomasen el petate y preparasen lo necesario para desplazarse hasta Teatinos, recibió la llamada de un funcionario anulando la cita. 

"Nos dijo que no podíamos ir porque no tenían material de contención", relata por teléfono Lorena. Por más que era un contratiempo en los planes de cualquier familia, lo cierto es que la pareja asumió lo ocurrido con cierta tranquilidad. "Para nosotros era menor, porque no queríamos ir con la niña hasta allí; además, al no estar casados, teníamos que ir los dos", añadía.

La nueva cita la tienen asignada para el 30 de marzo, aunque la madre ya asume que probablemente ese segundo intento también quedará en nada. La cuestión no sería más que anecdótica si no fuera porque del registro de la pequeña Alicia depende que padre y madre disfruten de las correspondientes prestaciones por nacimiento, Algo que desde el punto de vista económico no resulta baladí. 

A efectos formales, como ironiza Lorena, Alicia "está sin papeles" en este mundo. En estos días de duda, seguro que la recién nacida escucha desde su cuna a sus progenitores hablar de un tal coronavirus. "¿Coronaqué?", se estará preguntando. El día de mañana, cuando lo estudie en los libros de texto, tomará conciencia de lo histórico de su experiencia.

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