El 2 de marzo entraba en vigor  la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. Apenas 24 horas más tarde, un joven –de entre 14 y 16 años– ya asistió al Registro Civil de la capital malagueña para requerir su cambio de sexo en el DNI. Durante la primera semana de esta norma, otras tres personas más también lo solicitaron, siendo dos de ellas adultos, según han informado a este periódico fuentes judiciales.

Y es que la entrada en vigor de este texto permite que el colectivo pueda realizar un cambio de nombre y sexo en el Registro Civil sin ningún requisito a partir de los 16 años, por lo que se eliminan las condiciones necesarias hasta ahora para acceder a este procedimiento.

En cuanto a los menores trans que se encuentran en la franja de edad que va desde los 14 hasta 16 años, también pueden llevar a cabo el cambio registral, pero deberán estar acompañado por sus padres o tutor legal para llevar a cabo el proceso; mientras que, si el menor no cuenta con su consentimiento, se nombrará un defensor judicial para resolver el conflicto. 

De 12 a 14 años también se puede modificar el género siempre y cuando el menor tenga la autorización de un juez, que examinará su madurez. En el caso de los menores de 12 años, no pueden cambiar la mención registral del sexo, pero sí su nombre para ajustarlo al género con el que se identifica.

Todo aquel que desee hacer esta modificación en el Registro Civil de Málaga debe pedir una cita previa en el bloque designado como “nacionalidades y otros expedientes” y rellenar una solicitud de rectificación de la mención de sexo –y de nombre, si así se desea–, que deberá entregar el día de su convocatoria en el Registro. En el lugar, asistirá a una comparecencia y, tres meses más tarde, tendrá que volver a asistir para la entrevista ante la encargada del grupo administrativo, que resolverá el trámite.

Si bien, aún hay cierta confusión, pues los funcionarios aseguran que desde la entrada en vigor de la ley no han recibido instrucciones por parte del Ministerio de Justicia. También cierta desactualización. Un ejemplo de ello es que la solicitud de rectificación de la mención de sexo y nombre aún hace referencia a la anteriormente vigente Ley 3/2007. Como consecuencia, este formulario todavía precisa la entrega de “un documento acreditativo de que le han diagnosticado disforia de sexo”, para lo que solicita “un informe emitido por psicólogo clínico o médico colegiado en España” y un segundo informe acreditativo “de llevar más de dos años de tratamiento para acomodar sus características físicas al nuevo sexo”. A pesar de ello, estos requerimientos ya no son necesarios con arreglo a la nueva norma. En otros registros de la provincia, tampoco han recibido ningún tipo de formación y ni tan siquiera cuentan con el formulario necesario. 

Cabe recordar que esta ley también prohíbe la cirugía correctora en los bebés y menores intersexuales, es decir, aquellos en los que las características sexuales no estén claras al nacer; tampoco permite las terapias de conversión que vayan encaminadas a modificar la orientación, identidad sexual o la expresión de género; pone fin al requisito de matrimonio de las parejas homosexuales para registrar a los hijos, y obliga a promover el estudio y la investigación sobre las necesidades sanitarias que requieren las personas LGTBI y especialmente las trans. 

Cameron formalizó la solicitud para el cambio registral el primer día de la ley 

Empadronado en el municipio de Alhaurín el Grande, a Cameron Silva Coello apenas le quedaba un mes de hormonación para poder hacer el cambio registral de sexo con la Ley de Identidad de Género de 2007 –la anterior a la actual–. En cuanto estuvo al tanto de la entrada en vigor de la nueva norma, que no pide ningún requisito para mayores de 16 años, decidió junto a sus compañeros de la asociación Trans Huella elaborar un modelo de solicitud de rectificación de la mencion de sexo válido para los distintos registros civiles de la provincia. El mismo día de la entrada en vigor de la nueva ley, Cameron formalizó su petición para cambiar adecuar en su DNI el sexo al que pertenece.

Cameron Silva Coello.

Nacido en Cádiz hace 49 años, comenzó a sentir que no se identificaba con una persona cisgénero heterosexual a los 18, al mismo tiempo que entró en la Universidad. “En aquellos entonces o eras heterosexual u homosexual, pero no se hablaba nada de trans, así que yo seguí con mi vida”, cuenta. Tanto es así que llegó a dar a luz a sus dos hijas. Pero, hace tres años, a raíz del confinamiento originado por la pandemia de la Covid-19, confiesa que hizo “un viaje interior”. “Reconecté conmigo mismo y ese adolescente. Fue cuando quise explorar y, a finales de ese año, decidí empezar la transición", señala.

Tanto es así que llegó a dar a luz a sus dos hijas -que actualmente tienen 16 y 18 años-. Pero, hace tres años, a raíz del confinamiento originado por la pandemia de la Covid-19, confiesa que hizo "un viaje interior". "Reconecté conmigo mismo y ese adolescente. Fue cuando quise explorar y, a finales de ese año, decidí empezar la transición", apunta.

Decidió hormonarse para poder hacer el cambio de nombre y sexo en el DNI pero, por problemas de salud de su familia, relata que su médica quiso hacerle unas pruebas porque no estaba segura de si podría llevar a cabo el tratamiento hormonal. "Ahí me cayó un jarro de agua fría", lamenta. Su hermana gemela fue quien siempre le sostuvo de la mano, confiesa.

Finalmente, los facultativos consideraron que era seguro llevarlo a cabo e iniciar el proceso. "De lo contrario y,  en caso de que no se hubiera aprobado la nueva ley trans, nunca habría podido cambiar su sexo legalmente". A menos de cumplir un mes en hormonas, el pasado viernes, el mismo día que entró en vigor la Ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans, Cameron acudió al Registro Civil de Alhaurín el Grande para solicitar la modificación registral. "Cuando vi que podía hacer el trámite de una manera tan rápida y fácil sentí una sensación de alegría. Por fin nos están reconociendo nuestros derechos", expresa.

Como profesor de inglés en enseñanza secundaria, destaca el nivel de aceptación e integración en las escuelas andaluzas y el apoyo tanto de sus compañeros. "Durante los casi tres años que llevo de transición, he puesto solo dos partes por transfobia. Lo ideal sería ninguno, pero creo que está bastante bien". 

Para Cameron es "esencial" dar visibilidad. "Siempre hemos estado aquí, pero no se nos ha visto porque no nos hemos querido mostrar por el miedo y el rechazo, pero creo que es el momento de decir que somos personas normales e integradas en la sociedad", manifiesta. En este punto, considera que la labor informativa y divulgativa, como la que hace la asociación Trans Huella, en los centros educativos es "fundamental".