La batalla
Sin solución a la vista para la obra de El Perchel
Los sindicatos preparan la convocatoria coincidiendo con una protesta europea Por mera vez habrá dos paros en menos de un año asjdh jkashd jklash dkljash djklash jkldh sdassdas
Durante más de diez minutos, de pie, junto la boca de acceso a la estación de El Perchel, la consejera de Fomento, Elena Cortés; el alcalde, Francisco de la Torre; el concejal de Movilidad, Raúl López; el director gerente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, Antonio Tallón; el delegado de Fomento en Málaga, Manuel García, y dos vecinos y comerciantes afectados por las obras del Metro en Callejones del Perchel. Una de las afectadas, animada por el regidor a acercarse a conversar con Cortés, a la que ya conocía de otros encuentros, insiste en las penalidades que ella y otros empresarios vienen atravesando por la paralización de las obras en la zona. Desde hace más de ocho meses, la Junta trata sin éxito, por el momento, alcanzar un acuerdo con la constructora del tajo, Grupo Ortiz, para que finalicen, al menos, las actuaciones en superficie. Por el momento, la reclamación económica de la firma privada lo hace inviable. "La empresa presiona y presiona", expresa la consejera en diálogo directo con la vecina, a la que asegura que se está intentando por todos los medios reactivar los trabajos. Incluso, reconoce que se le ha exigido a Ortiz que culminen las tareas "con independencia de que puedan continuar con su reclamación económica". La raíz del conflicto son unos 15 millones de euros (parece que la cifra se ha rebajado) que la constructora exige a Fomento por variaciones en la obra, dinero que la consejería se niega a aportar. "El dinero público es oro", enfatiza Cortés. Tallón comenta en la conversación que se trabaja en la posible rescisión del contrato, aunque admite que es una fórmula nada sencilla desde el punto de vista jurídico, puesto que podría prolongar el parón en la zona durante al menos un año. "Se podría buscar un mediador", señala el alcalde, opción que la consejera no ve necesaria, a lo que el recgidor apunta: "Mientras más se tarde en la obra peor para todos". "Tengo un BMW en el garaje porque no puedo echarle gasolina", dice la vecina, quien apostilla: "Me voy a la playa porque no tengo otra cosa que hacer".
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