El super yate de las pintadas

La mar de historias

Kaos, un barco privado de recreo que desde hace unos días permanece atracado en el muelle número uno

El ‘Islas Tres’

Superyate 'Kaos' atracado en el muelle número uno malagueño / Juan Carlos Cilveti

Algunas veces, las cifras y los nombres propios que acompañan a los grandes yates se ven eclipsados por determinadas circunstancias que superan a lo puramente náutico. Atendiendo a este comentario inicial, hoy les reseñaré un hecho que hizo saltar a la palestra mediática al Kaos, un barco privado de recreo que desde hace unos días permanece atracado en el muelle número uno del puerto malagueño. Encargado a los astilleros neerlandeses Oceanco por Jalifa bin Hamad al Zani que fue emir de Catar entre los años 1972 y 1995, este yate que inicialmente fue registrado con el nombre Al-Menwar Limited, comenzaba su vida de mar bautizado como Jubilee, dándose la circunstancia de que el propietario que ordenó su construcción fallecía meses antes de que el barco estuviera terminado en 2017.

Ante este hecho, este buque de 110 metros de eslora que tuvo un coste de 300 millones de dólares, en 2019 era comprado por la empresaria norteamericana Nancy Walton Laurie que lo reformó en el astillero alemán Lürssen. Empleando una novedosa modalidad denominada “llave en mano”, la propietaria de este yate lo recibió con todo; un equipamiento completo donde hasta detalles como la vajilla o la cubertería estaban incluidos. Frente a esta curiosa circunstancia y ya rebautizado como Kaos, este super yate que puede albergar a 31 pasajeros acomodados en 15 suites, comenzó a hacerse notar mediáticamente por la imagen de sus cubiertas falsas; un truco visual que le da mayor altura a su superestructura al simularse un mayor número de cubiertas.

Ante esta destacada innovación a la que habría que sumarle todos los estándares propios de este tipo de grandes yates, el Kaos, situado en los últimos años entre los puestos 49 y 52 de la lista de los barcos de recreo privados más grandes del mundo, en julio 2023 saltó a la fama por sufrir la agresión de unos activistas medioambientales que en Ibiza rociaron su popa con pintura de color rojo y negro. Tras aquel incidente, un nuevo ataque de características similares tuvo lugar en Barcelona en septiembre de aquel mismo año.

Un super barco de recreo privado que, cargado de cifras y nombres propios, pasará a la historia por ser el yate de las pintadas.

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