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Málaga/Los conductores ilegales han proliferado en los últimos años y el aeropuerto de Málaga es uno de los puntos donde suelen concentrarse. Los propios taxistas han compartido esta preocupación, siendo la época veraniega cuando más aumentan. Esta semana se daba a conocer una persecución policial a uno de estos taxis pirata, que fue a 200 kilómetros hora desde el aeropuerto malagueño hasta Fuengirola. Las fuerzas de seguridad trabajan para detener a estos conductores ilegales, pero, como usuarios, ¿cómo se pueden identificar?
Los taxis están regidos por una serie de normativas nacionales, autonómicas y locales. En Málaga está la Ordenanza Municipal del Servicio de TAXI, que recoge en los artículos 26 y 27 cuales son las características concretas de los vehículos que prestan estos servicios. Estos coches son de color "blanco puro" y llevaran una franja de color azul, de 10 centímetros de ancho, en las puertas delanteras. También tendrán el escudo de la ciudad, así como la palabra "taxi" con unas medidas concretas, y el número de licencia es también visible.
Los taxis llevan unas placas con la mención SP, indicadora de servicio público. En esta ordenanza se especifican el resto de normativa y características que deben presentar estos vehículos.
La mayoría de los taxis pirata suele trabajar de noche, coincidiendo con las horas en que la actividad de los medios de transporte público ( los autobuses y los trenes) es más reducida. Estos conductores ilegales aprovechan las colas que hay para coger un taxi y robarles los clientes, ofreciendo un mejor precio, que finalmente no suele cumplirse. Se valen de compinches que se hacen pasar por clientes y se prestan a compartir la carrera. Este modus operandi también lo usan con usuarios de VTC que esperan su vehículo.
Los taxistas exponen que los destinos predilectos de los conductores ilegales suelen ser los más lejanos: Benalmádena, Marbella, Algeciras… para después poder inflar la cuenta hasta 50 o 60 euros. Por ejemplo, de los 120 que cuesta ir a Estepona en taxi a los 180 que llegan a cobrar ellos, según afirman los conductores.
Por su parte, el sector del taxi se siente cada vez más amenazado por estos conductores piratas. Según sus cálculos, en la ciudad operan, ilegalmente, unos 50. Muchos de ellos son viejos conocidos para la Policía, que patrulla la zona tanto de uniforme como de paisano, a sabiendas de la dificultad de sorprenderlos in fraganti porque saben cómo y cuándo actuar.
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