Los taxistas dan una "tregua" hasta septiembre y ponen fin a la huelga

Los conductores deciden en una asamblea que abandonan el Paseo del Parque después de que sus compañeros de Madrid y Barcelona desconvocaran el paro

Una parada de taxis de Málaga tras la huelga. / Javier Albiñana
Ángel Recio

Málaga, 02 de agosto 2018 - 01:38

Fin a cinco días de huelga en el sector del taxi. Málaga recuperará a partir de hoy la normalidad después de que los taxistas decidieran anoche a las 23:45 poner punto y final a cuatro días de paro. No obstante, la paz con las empresas de VTC (vehículos de alquiler con conductor) está aún lejos porque en Málaga, por ejemplo, los representantes aseguraron que darán una "tregua" hasta septiembre a la espera de que se regularice la situación. En la asamblea, tensa por lo mucho que se juega el colectivo y por el desgaste de cuatro jornadas de paro, los conductores apelaron a la "unidad" del taxi malagueño. "No podemos caer ahora en las provocaciones [en referencia a las VTC]", aseguraba una de las portavoces del colectivo. Por mayoría aplastante, el colectivo desconvocó el paro "siempre y cuando" el 30 de agosto o el 1 de septiembre haya un compromiso por escrito que intente poner fin a la inestabilidad que vive el taxi desde hace un año coincidiendo con el desembarco de las VTC.

El día fue largo para los taxistas. Muchos de ellos estaban acampados desde las 12:30 del martes y, tras una larga noche, la mayoría de los conductores se fueron a su casa a descansar algo, volviendo unas horas después. A las 10:00 de la mañana ya había otra vez un centenar de vehículos aparcados en cuatro carriles de la Alameda, cortando completamente el tráfico que era desviado por la Policía Local. Solo se habilitaron los dos carriles bus para que los autobuses de la EMT pudieran dar el servicio con normalidad. Dos jaimas, una barbacoa, varias tumbonas y rostros cansados recordaban que las horas pasaban lentas. "Me voy a dormir un rato al coche", decía uno de los taxistas a otro compañero a las 11:00. El calor apretaba, primero por el sol y luego por una niebla que cubrió el parque y que generó una gran sensación de bochorno.

"Pedimos que se cumpla la ley que fue avalada por el Gobierno y por el Tribunal Supremo y estamos dispuestos a llegar hasta donde haga falta", explicaba Guillermo Díaz, presidente de la asociación de taxistas Elite Costa del Sol, la que ha fomentado la ocupación del parque. "Lo más importante de todo es comunicar al ciudadano que estamos intentando hacer el menor daño posible, que nos entiendan, que es una lucha de trabajadores para que las multinacionales como Uber o Cabify se vean, como mínimo, tributando como nosotros y que cumplan la ley", señalaba el representante de Elite en Málaga, una asociación que ha abanderado las protestas del sector en Barcelona.

Díaz pedía que se paralizaran desde septiembre las nuevas licencias a VTC (vehículos de alquiler con conductor) y denunciaba que "llevamos así desde el año 2009 [cuando se aprobó la liberalización del sector con la ley Omnibus para acatar una directiva europea] y hemos llegado a un límite incalculable". El representante de esta asociación aseguraba que si el Gobierno se comprometía a cumplir la ley que establece una ratio de una VTC por cada 30 taxis (en Málaga los datos dicen que hay un VTC por cada cuatro taxis) desconvocaban la huelga y lamentó que se pudiera haber producido algún acto violento. "Condenamos la violencia, pero viene por una provocación de los conductores de VTC que se meten en las paradas de taxi o captan a clientes a mano alzada cuando solo lo pueden hacer con contratación previa", añadió Díaz, quien reconoció que "es difícil poner un policía detrás de cada VTC". "Si un conductor de VTC hace su trabajo en condiciones seguro que ningún taxista va a hacer nada. Llevamos 40 años trabajando en Málaga con empresas de VTC, sobre todo en la costa, que están sobredimensionadas porque hay 895 VTC con 1.400 taxis", subrayó el presidente de Elite en la Costa del Sol, quien reconoció que "hay percances a diario porque nosotros somos 2.000 coches en la calle y vemos lo que hacen las VTC a cada instante".

Es mediodía, el calor aprieta y el parque se va llenando cada vez más de taxis aunque la situación es inusualmente tranquila. Apenas se escucha de vez en cuando un claxon de algún conductor, pero ni música, ni gritos ni megáfonos. No se meten con nadie, pues saben que la decisión final corresponde al ministro de Fomento y está en Madrid. En el parque esperan que se sume la caravana de taxis que iba a salir desde el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena a las 11:00. Esos vehículos, que protagonizaron una lenta caravana por el paseo marítimo occidental con los consiguientes problemas de tráfico, llegaron al pulmón de la capital y fueron aparcando donde quedaba sitio. A las 12:30, la estampa era llamativa porque el parque era una manta blanca al estar cuatro de los seis carriles completamente cubiertos por los taxis. Un taxista intentaba conciliar la protesta con la vida familiar y se llevó a su bebé en el carrito.

Los ciudadanos y los turistas que atravesaban los pasos de cebra miraban atónitos el espectáculo. Los taxistas repartían octavillas en español e inglés en las que se explicaba su situación. "No es cierto que no queramos competencia. Solo queremos que sea justa y que juguemos todos con las mismas reglas y hoy por hoy no es así", rezaba el texto, en el que se afirmaba que "somos vuestros vecinos, vuestros amigos, vuestros familiares. Nuestro dinero no se va a otros países ni pagamos menos impuestos gracias a sistemas opacos y a paraísos fiscales. Nuestro dinero se gasta en tu ciudad, en tu comercio, en tu tienda, en tu país".

Los españoles que cruzaban ya sabían de qué iba la historia porque está en todos los medios nacionales, pero los extranjeros miraban más sorprendidos. La mayoría iban a la playa de La Malagueta, algunos con colchoneta en mano, y cogían los folios. Algunos los leían e incluso un joven taxista le comentó a un turista joven la situación en inglés. Sobre la 13:00, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, salió a la puerta del Ayuntamiento y estuvo más de media hora hablando con Juan González, vicepresidente de la patronal del taxi malagueña Aumat a pleno sol. La conversación era seguida por los conductores de los más de 300 vehículos que poblaban el parque, que rodeaban al regidor, la concejala de Movilidad, Elvira Maeso, o algunos concejales como la portavoz de Málaga Ahora Ysabel Torralbo. Los taxistas fueron correctos en todo momento y no hubo alboroto, aunque finalmente decidieron pasar a hablar en una sala dentro del propio ayuntamiento para estar más cómodos. De la Torre se reunió con representantes de la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (Aumat), Taxi Unión Málaga, Elite Taxi Costa del Sol, y Amata.

Por la tarde todo seguía igual, en una calma chicha a la espera de que llegaran noticias desde Madrid, donde se celebraba la Conferencia Nacional del Transporte en la que se reunieron el ministro de Fomento, los representantes de los taxis, las VTC, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. O se aclaraba el horizonte y se desconvocaba la huelga o se seguía con la protesta y la acampada, algo que en la capital malagueña no hacía especial gracia a pocos días de que comience la Feria de Málaga.

El consejero de Turismo pidió que se tuviera en cuenta la imagen

El consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Fernández, pidió ayer que se tenga en cuenta durante la huelga de taxistas la imagen que se puede dar al viajero y abogó por una solución al conflicto "lo antes posible" para que no "perdure en el tiempo".

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