Los terrenos de Repsol tendrán segunda batalla legal: el juzgado suspende el ultimátum del Ayuntamiento de Málaga a Urbania

Los terrenos de Repsol enfrentarán una segunda batalla legal. Urbania ha recurrido el ultimátum que les dio la Gerencia Municipal de Urbanismo para fomalizar la escrituración de las parcelas y el pago de un aval de 2,7 millones de euros. El ente municipal rechazó en el pasado Consejo Rector los recursos que presentó la promotora en la enajenación del mismo. Tenían que ver con la imposibilidad de pedir licencia de obras, en tanto los suelos son litigiosos debido al primero de los contenciosos que enfrenta, el que puso Bosque Urbano Malaga.

Con esto, serán los jueces los que terminen dirimiendo el futuro de la compra de los suelos, toda vez que Urbania planteó la reclamación en vía contencioso administrativa y el juzgado ha acordado la suspensión cautelar del acuerdo impuganado. Mientras se resuelve, el acuerdo que suspendido. Desde la promotora, en cualquier caso, aseguran que su voluntad es seguir adelante con la compra de los suelos, que, IVA incluido, lleva la operación por encima de los 60 millones de euros. También de ejecutar el proyecto de las torres en los terrenos.

El Consejo Rector de Urbanismo rechazó formalmente a primeros de este mes los recursos presentados por Urbania después de que el Ayuntamiento añadiese aclaraciones a la licitación. Entre ellas, básicamente, pedían que se eliminase que sobre los suelos, que estan declarados como litigiosos, no se concedería licencia de obras hasta que no acabase el proceso judicial.

Este motivo de impugnación se desestima, ya que ni acuerdo impugnado, ni informes que se aprueban en dicho acuerdo, suponen una modificación del Pliego de Condiciones Administrativas Particulares que rigió la licitación, según defiende Urbanismo.

En este punto, la concejala de Urbanismo, Carmen Casero, explicó que el suelo, si Urbania no presenta el aval y escritura las parcelas, sigue siendo del Ayuntamiento. Por eso, "mientras no haya una resolución judicial que nos lo impida, y a día de hoy no tenemos ninguna", continuará con la urbanización. Empezando por el parque y lo necesario para que la Sareb pueda edificar en sus parcelas, señaló. Cautelarmente, ahora tendránque esperar.

En caso de que la subasta cayese, ahora pendiente del recurso, sería el Ayuntamiento el que continuaría con la obra, aunque no plantea en este momento si se haría cargo de las torres.

"Queda mucho recorrido, empezar el proyecto de urbanización y urbanizar", señaló Casero, que ha implicado que les llevará "al menos dos años o dos años y medio si va bien", indicando que en ese lapso temporal esperan que la "incertidumbre sobre la resolución judicial" que les deja en una posición de "indefensión" se haya resuelto y les permita "tomar las decisiones correctas".

Tres torres de hasta 32 plantas

Cabe recordar que esta operación urbanística, con la que se plantea levantar tres torres de hasta 32 plantas, afecta a una parcela de 177.000 metros cuadrados enclavada en Carretera de Cádiz, el distrito más densamente poblado de la ciudad, y que hace ya más de un año y medio que paralizó la mesa de contratación para la venta de los antiguos suelos de Repsol, a raíz del recurso judicial presentado en junio de 2022 por la plataforma ciudadana Bosque Urbano en contra de la construcción en estos terrenos.

Este litigio llevó a que cuatro de las cinco empresas interesadas inicialmente en los terrenos retiraran su oferta, siendo Urbania la única que siguió adelante. Al tratarse de unos suelos calificados como "litigiosos", las empresas asumían los riesgos de la construcción en los mismos, en tanto que podía haber una resolución desfavorable. Del mismo modo, el Ayuntamiento ya dijo en su día que el dinero que se ingrese en las arcas municipales por la venta de los terrenos no se gastarán ni se adjudicarán a ningún gasto, sino que se traspasarán cuando se conozca su destino definitivo. Los más de 60 millones de euros quedarán reservados hasta que no quede resuelto el procedimiento judicial, siguiendo un "criterio de prudencia".

La ambiciosa propuesta de Urbania venía de la mano de tres arquitectos de renombre: Toyo Ito, premio Pritzker –considerado el Nobel de la arquitectura–, Bjarke Ingels –estudio BIG– y César Frías –estudio Morph–. El proyecto, llamado 'Málaga Tree' para hacer un juego de palabras con las tres torres y los árboles, pretende que los edificios se integren en conjunto con el futuro bosque urbano.