Tres tiendas multadas con 6.000 euros por vender comida caducada
El Ayuntamiento de Málaga mantiene cerrados dos de los supermercados rusos afectados por carecer de licencia de apertura, mientras que el otro de origen ucraniano sí ha podido reanudar su actividad
Las tres tiendas de origen ruso y ucraniano que fueron clausuradas en la capital por vender alimentos caducados hasta de 2005 tendrán que pagar una multa de 6.000 euros cada una. Es la cantidad que el Ayuntamiento de Málaga ha fijado por las infracciones graves que se detectaron en estos establecimientos hace varios meses y que obligó a decretar su cierre por el riesgo que conllevaba para la salud de la población.
Dos de ellos siguen cerrados por carecer también de la licencia de apertura, aunque el supermercado ubicado en la calle Trinidad Grund sí tenía permiso y ha podido reanudar su actividad tras comprobarse que ha subsanado estas deficiencias, según confirmó ayer a este periódico la concejal de Comercio y Vía Pública, Purificación pineda.
En las tres tiendas las anomalías detectadas fueron las mismas. Bolsas de aperitivos, botes de salsa y tarros de encurtidos procedentes de los países del Este que, en muchos casos, estaban pasados de fecha, no estaban correctamente etiquetados o el idioma en el que se explicaban las características del producto no era el español.
El primer caso fue el del supermercado de origen ruso ubicado en la calle Mármoles, donde la Policía Nacional detuvo en febrero a dos hombres que regentaban el negocio por un delito contra la salud pública. La actuación policial permitió intervenir más de 2.300 productos alimenticios caducados, muchos de ellos databan incluso del año 2005.
Pero, además, los alimentos se encontraban en los expositores de venta al público o guardados en un pequeño almacén con humedades y agua en el suelo, en el que no había un sistema de antinsectos y donde algunos dispositivos de frío carecían de termómetros.
El Ayuntamiento de Málaga inmovilizó los alimentos después de tener acceso al listado de los productos que presentaban anomalías e inspeccionar el local. La edil de Comercio explicó que el cierre que se decretó en ese momento se mantiene en este caso "porque se comprobó que no contaba con la licencia de apertura para desarrollar la actividad".
Lo mismo ocurre con el supermercado, ubicado en la Avenida Velázquez de la capital y regentado por ciudadanos de países del Este, en el que también los inspectores del servicio de Sanidad del Ayuntamiento comprobaron que se estaban vendiendo alimentos caducados y sin etiquetar. Por esta infracción, el dueño tendrá que pagar una multa de 6.000 euros e iniciar los trámites para conseguir la licencia si quiere volver a reanudar su actividad. El que sí ha vuelto a abrir sus puertas es el supermercado ucraniano de la calle Trinidad Grund. Sólo estuvo cerrado una semana hasta que se subsanaron las deficiencias detectadas, ya que en este caso sí contaba con todos los permisos en regla. La dependienta asegura que no han perdido clientela y que "todo sigue con normalidad".
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