De la Torre y el recuerdo de la bronca a Aparicio

En el primer partido en casa tras la renuncia a ser sede del Mundial, el malaguismo mostró su disconformidad con el primer edil

Bronca de La Rosaleda al alcalde

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Bronca de La Rosaleda al alcalde De la Torre / Redacción Deportes Málaga

No están siendo fáciles para el alcalde De la Torre. Tras veinte años sin sufrir el mínimo desgaste, los primeros síntomas. El Mundial y la limpieza en apenas un mes han dejado un poso de contestación en públicos distintos de la ciudad y el sábado, en La Rosaleda, el malestar por su gestión se hizo evidente. Nada más terminar el partido ante el Betis (3-1), el regidor se dirigió del palco de autoridades al césped para la protocolaria entrega de trofeos y fue ahí cuando buena parte del público le pitó. El malaguismo, visto lo ocurrido anoche, no ha olvidado todo lo que pasó aquellos días y la rueda de prensa de ese sábado en la que De la Torre se apoyaba en la viabilidad del Málaga para justificar su retirada de la carrera para ser sede mundialista.

En estas décadas Francisco De la Torre se ha paseado por la ciudad entre vítores. Casi como una celebridad. El regidor, elección tras elección, siempre ha condicionado su siguiente presencia en las listas a dos evidencias: que pudiera hacer algo más de deporte para cuidar su físico, dada su avanzada edad, y a sentir el respaldo de los ciudadanos. Habrá que ver si la pitada es un mínimo hecho aislado o esconde algo más que un descontento pasajero y el aura con el que ha gobernado comienza a agrietarse.

Lo que vivió anoche recuerda, en parte, a lo que sufrió Pedro Aparicio al final de su mandato. El alcalde socialista recibió una gran bronca al entregar un capote de paseo en la Feria de Málaga. La primera vez que constató un malestar con su gestión. Finalmente, decidió no presentarse a las siguientes elecciones. Fue la única pitada en 16 años, pero Aparicio, meses después, confesaba que le "valió por 16". Eso sí, el socialista también sacaba pecho y presumía de que aquella sonora música de viento se produjo dos días después de que más de 100.000 personas en el Parque de Málaga coreasen su nombre durante cinco minutos. O al menos esos eran sus cálculos.

Más allá del símil con lo que le pasó a Aparicio, lo cierto es que la oposición comienza a ver signos de nerviosimo en el regidor. Algo impensable solo hace unos meses. El vídeo que su gabinete de comunicación publicó el viernes a primera hora de la mañana en el que explicaba por qué empleó ese tono, casi histriónico por momentos, en el Pleno sobre la limpieza tampoco le ha servido de mucho. "Mis palabras tuvieron que tener un tono fuerte y de exigencia de silencio", aseguraba el regidor en una publicación en Instagram. "Me parecía tan indignante que los que habían podido hablar con total libertad no dejaran la libertad de expresión a esta persona y a otra después", trataba de defenderse.

La Feria de Málaga, tradicionalmente otro baño de masas para De la Torre, será el próximo termómetro en el que De la Torre y sus colaboradores, un grupo cada vez más estrecho, comprueben si lo que se vivió anoche en La Rosaleda fue anecdótico o si tiene visos de generalizarse entre sus votantes de toda la vida, que se cuentan por miles.

Y es ahí donde los partidos de la oposición, especialmente Dani Pérez, van a lanzar toda la artillería (limpieza y el precio de la vivienda) para minar su imagen de imbatilidad, algo inimaginable solo hace unos meses. El campo, como siempre, dictará sentencia.

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