Málaga

La Costa del Sol vive su mejor verano en turistas e ingresos

El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, durante la presentación del balance de la temporada turística de este verano.

El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, durante la presentación del balance de la temporada turística de este verano. / M. H. (Málaga)

El presidente de la Diputación de Málaga y de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, ha dado a conocer este lunes el balance de la temporada turística en la provincia; un periodo en el que Málaga ha ingresado más de 7.400 millones de euros gracias al turismo. Esta cantidad representa, según Salado, un aumento del 18,5% respecto al verano de 2019, el último antes de la pandemia y que ya fue un "año histórico" para el sector turístico en Málaga, según ha apuntado Salado.

Además, el presidente de la Diputación ha destacado que "tras dos años muy amargos, ha sido un verano dulce para el sector turístico, que ha mejorado las previsiones que se manejaban en la mayor parte de los indicadores" y, en algunos casos, incluso se superan las cifras registradas antes de la pandemia. Esto hace que, en palabras de Salado, haya sido "un gran verano, en algunas cifras el mejor de la historia". 

Así, entre junio y agosto de este año la Costa del Sol ha recibido a más de 5 millones de viajeros (5.705.000), lo que supone un aumento del 0,8% respecto a los turistas recibidos en el periodo de 2019, cuando llegaron a la provincia 5.660.000. 

El grado de ocupación hotelera también ha superado los registros alcanzados en 2019, según ha recalcado el presidente de Turismo Costa del Sol: en junio este indicador se sitúo en un 79,76%; en julio en un 81,11% y en agosto en un 80,08%, lo que supone un incremento del 0,14% respecto a 2019.

Con relación a los números registrados en establecimientos reglados (hoteles, apartamentos turísticos, campamentos y alojamientos rurales), en ellos se han hospedado un total de 2,6 millones de viajeros entre junio y agosto de este año, lo que representa un 1,3% de subida con respecto a 2019. 

Por su parte, el aeropuerto de Málaga ha recibido casi 3 millones de viajeros (2.986.882) durante este verano; un indicador en el que todavía no se han alcanzado los datos de 2019, sobre todo por el descenso de los vuelos procedentes del Reino Unido y de Alemania, según ha especificado el presidente de la Diputación.  

De esta manera, Salado ha insistido en que se trata de un verano "con incrementos en la mayoría de los indicadores turísticos" y una de las causas ha sido el aumento de los viajeros nacionales, que se han constituidos como un "mercado clave en estos resultados".

En relación con el mercado internacional, Salado ha reconocido que "aún tenemos registros negativos si se compara con el verano de 2019, sobre todo en el número de británicos y de alemanes". En este sentido, el número de británicos que han pasado este verano en la Costa del Sol ha descendido un 17% respecto a 2019 y en el caso de los alemanes, esta cifra ha disminuido un 24% con relación al último año antes de la pandemia.

Previsiones de cara al último trimestre del año

En cuanto a la previsión de plazas ofertadas para los meses de octubre, noviembre y diciembre de este año, Salado ha afirmado que "se ofertarán un total de 2.792.912 plazas", es decir, un 18,7% más de las ofertadas en el mismo periodo de 2021. 

Asimismo, habrá 125 ciudades conectadas con Málaga y un total de 48 aerolíneas que operarán en la provincia. De estas, la Diputación de Málaga estima que 481.834 llegadas procederán del Reino Unido, 150.000 llegarán desde Alemania y más de 400.000 serán de procedencia nacional. 

Con relación a la ocupación hotelera prevista para los próximos tres meses, el presidente de la Diputación ha especificado que en septiembre se espera una ocupación del 81,44%; en octubre del 70,23% y en noviembre del 57,05%. 

A la vista de los datos, Salado ha hecho hincapié en que "la Confederación Española de Agencias de Viajes dice que la Costa del Sol es el destino favorito para el mes de septiembre", un hecho que no significa, en palabras del presidente, que "podamos bajar la guardia porque la situación económica y política actual es de enorme incertidumbre y todo apunta a que Europa puede entrar en recesión”.

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