El sector turístico critica la falta de seguridad en pisos de alquiler alegales
Exceltur recuerda que no hay control policial sobre los inquilinos y Francisco de la Torre asegura que "puede ser un coladero"
El sector turístico reglado critica el "crecimiento desbordante" de la oferta de viviendas turísticas alegales, es decir, aquellas que son alquiladas por propietarios a turistas para estancias cortas -normalmente a través de plataformas como Airbnb, Homeaway, Niumba o Windu-, y que viven en un limbo jurídico porque no tributan ni tienen que cumplir los requisitos que se le exigen a los establecimientos reglados (pensiones, campings, apartamentos turísticos u hoteles). Tampoco tienen la exigencia de facilitar los datos de los inquilinos a la Policía -como sí la tienen los hoteles- y eso puede suponer una falta de seguridad. "El 80% de las asociaciones de vecinos se quejan de falta de seguridad porque, al alquilar las viviendas de los bloques a muchas personas, hay llaves de portales y garajes por todos sitios", denunció ayer José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), que viajó a Málaga para presentar el informe sobre viviendas turísticas alegales realizado por las consultoras Ey, Nielsen y Tourism&Law. Zoreda aseguró que las plataformas también podrían informar a la Policía sobre quiénes son los propietarios de los inmuebles y los inquilinos "pero no quieren". El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, fue más allá y afirmó que estas viviendas "pueden ser un coladero en materia de seguridad" con la última matanza terrorista en París en el ambiente.
Según este informe, Málaga es la tercera capital española con más viviendas alegales tras Barcelona y Madrid. Málaga posee 10.608 plazas de alojamiento turístico reglado y 28.763 no reglado, siendo casi el triple. En otros puntos de la provincia destacan Marbella con 40.000 plazas alegales y 22.000 regladas y Torremolinos, que se reparte entre regladas y alegales con 26.000 plazas cada uno.
José Carlos Escribano, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), recalcó ayer que la regularización de este tipo de viviendas "es el reto principal que tenemos delante porque nos lleva a hablar de un modelo de ciudad y de turismo". En el primer aspecto, el modelo de ciudad, tanto desde Exceltur como desde Aehcos inciden en que se están vendiendo miles de viviendas a particulares e incluso a fondos de inversión para ser usadas como alquiler turístico, obteniendo rentabilidades de hasta un 140%. Eso, en su opinión, está provocando que suba el precio de los inmuebles y que, al haber una avalancha de turistas, se cambien comercios tradicionales de barrios residenciales por tiendas de souvenirs u otros negocios de corte turístico, dificultando así el día a día de los vecinos habituales que, además, han de soportar los ruidos realizados por esos turistas en sus bloques de viviendas. "Imagínese tener encima o debajo de su piso una vivienda en la que un día hay una despedida de soltero, otro día un matrimonio con hijos, otro día varias familias...", comentó gráficamente Zoreda.
En cuanto al modelo turístico, desde Exceltur y Aehcos llevan meses denunciando que no luchan en igualdad de condiciones porque los propietarios de estas viviendas no tienen que pagar IVA ni disponer de otros servicios a los que sí están obligados los establecimientos reglados. "Entre una plaza no reglada y una reglada hay una desventaja competitiva de 19 euros por cama y las viviendas alegales generan ocho veces menos empleo que la oferta reglada", dijo el vicepresidente de Exceltur. También aseguran que el turista que utiliza este tipo de viviendas desconoce, en el 92% de los casos, que es oferta no reglada y que se caracteriza por gastar menos. Dicho de otra forma, que masifica las ciudades y se deja poco dinero.
"No se trata de buenos y malos y no hay que prohibir estas viviendas, pero sí acotarlas y regularlas", reclamó Zoreda. "Los empresarios creemos en un mercado libre, pero con una competencia entre iguales", añadió Escribano. Hicieron hincapié en que no es economía colaborativa sino empresas puras y duras, algunas de ellas con más de 100 inmuebles, por lo que "hay que dejarse de buenismos".
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