"El uniforme se cuelga, pero el policía se lleva dentro"

Pepe Paéz ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía con el "lastre heredado del desafecto de la ciudad que recelaba con las reformas". Corrían los 80. Un momento en el que, en palabras del agente, se "desconfiaba de las instituciones que provenían del régimen anterior". Fueron años convulsos, salpicados con episodios, a veces, "altamente dramáticos". Y ello agravado con el terrorismo de la desaparecida ETA. Han transcurrido cuatro décadas y a Páez le toca colgar el uniforme. Lo hace después de haber destacado como uno de los interrogadores más valorados de la Comisaría provincial de Málaga en el Grupo de Homicidios. Durante el homenaje a más de medio centenar de efectivos jubilados, que se enmarca en la celebración del 194 aniversario de la creación de la Policía Nacional, el agente repasó sus comienzos y advirtió a las recién estrenadas generaciones que la clave del éxito es la conjugación de "esfuerzo, dedicación y compromiso".

Karim conforma uno de esos nuevos rostros del cuerpo policial. A sus 26 años, este agente en prácticas relataba orgulloso que en solo año y medio ha contribuido a desarticular un grupo criminal dedicado a robos con fuerza y violencia. "Devolvimos varios efectos a sus dueños. Uno se siente un gran policía y también que ha elegido la mejor profesión", expresaba. La otra satisfacción estriba en comprobar que "un delincuente se viene abajo cuando se le descubre", afirmaba Karim arropado por varios mandos que elogiaban su alocución.

Durante el acto, amenizado con una interpretación musical de la banda sonora de La Vida es bella, fueron condecorados varios efectivos que el pasado 2 de octubre, cuando la Policía celebró la festividad de su patrón, se encontraban prestando servicio en Barcelona con motivo de la crisis catalana. Cristian Gómez, que pertenece a la Unidad de Intervención Policial (UIP), era uno de ellos. Aunque aquellos 57 días no resultaron fáciles, ayer agradecía, emocionado, que tanto niños como adultos aplaudieran su labor. "Se acercaban diciéndonos: 'Vosotros sois nuestra Policía. Sois la Policía del Pueblo. Se me sigue erizando la piel. La gente nos daba las gracias de corazón", apuntaba el agente en declaraciones a este periódico.

También el comisario jefe provincial, Francisco López Canedo, se refería a este grupo de policía merecedor, recalcaba, de un reconocimiento por haber "visibilizado la lealtad de la Policía a la Constitución". El máximo responsable del Cuerpo en Málaga aprovechó su intervención para ensalzar el papel de la mujer, presente "en todas las escalas y categorías", y recordar además a los caídos en acto de servicio.

El homenaje reunió a aquellos que ya colgaron el uniforme hace al menos una década, como Antonio Subires y Alfonso Fernández, que mantienen vivo un acuerdo alcanzado hace más de 30 años. "Dijimos que cuando fuésemos mayores, si uno estaba mal el otro cuidaría de él. Nos dimos la mano para hacer el trato como antiguamente, sin papeles ni firmas...", explicaba Antonio, que ahora se dedica a pasear a Alfonso, en silla de ruedas desde hace un tiempo afectado por párkinson. Ayer era el momento de compartir vivencias. "Yo detuve un comando de ETA. Eran tres, llevaban una pistola y subfúsil. Iban a asaltar una cárcel de mujeres en Barcelona. Tuve la suerte de encontrar un coche que era de apoyo", rememoraba Miguel, otro de los jubilados galardonados que ha prestado servicio durante 44 años. "El uniforme lo cuelgas, pero el policía lo lleva uno dentro", sentenciaba.