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Otra valla polémica en el puerto de Málaga

Las palmeras que podrían comprometer la seguridad

Las palmeras que podrían comprometer la seguridad

Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron el detonante para que, en noviembre de ese mismo año, la Organización Marítima Internacional (en su vigésimo segunda asamblea) acordara por unanimidad elaborar unas nuevas medidas en relación con la protección de los buques y de las instalaciones portuarias. Adoptado internacionalmente un complejo protocolo en diciembre de 2002, la seguridad y la protección del sector marítimo y portuario cambió radicalmente en todo el mundo.

A tenor de estas medidas, entre otras muchas actuaciones más, cesó la libre deambulación por los muelles; un hecho que sembró los puertos de vallas y controles de acceso. Teniendo en cuenta que todos los puertos son recintos aduaneros y que lo que sucedía antes de 2002 era algo verdaderamente fuera de lugar, (cualquier persona podía pasearse por los muelles a cualquier hora hubiera o no actividad), las limitaciones que generaron las vallas dieron sentido y modernizaron a la actividad portuaria.

El primer puerto en instalar vallas y controles

Teniendo esto muy presente, y con el añadido de que el de Málaga fue el primer puerto de España en instalar vallas y controles, desde hace varias semanas, una significativa incongruencia se está viendo en una muy determinada zona del puerto malagueño.

Creado por la Autoridad Portuaria en 2019 el proyecto “Málaga Puerto Verde”, desde entonces, una serie de actuaciones medioambientales se han ido sucediendo en el recinto portuario. La creación de espacios y barreras arbóreas en las zonas de transición entre la ciudad y el puerto y la construcción de instalaciones de energías renovables, constituyen hasta la fecha los principales activos de este proyecto; un ambicioso programa en el que la Autoridad Portuaria se suma a los objetivos de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, firmada en 2015 por Naciones Unidas.

Y aunque este ambicioso plan medioambiental, hasta el momento no ha interferido a los protocolos del plan de protección de la instalación portuaria (simplificando: a las vallas que delimitan y aseguran el interior recinto portuario), una actuación que se está llevando a cabo desde hace unas semanas sí que podría producir algunos problemas.

Completando el programa “verde” que ya está presente en muchas otras zonas portuarias, en el espacio ubicado entre lo que era la terraza del bar del puerto, en la esquina este de la estación marítima del Melillero, y hasta la barrera situada a la entrada del muelle número dos, se han plantado una serie de palmeras junto a la valla de seguridad allí existente. Teniendo en cuenta que esta valla está puesta para impedir que cualquier persona no autorizada pueda acceder a los muelles, resulta impensable que estas palmeras estén situadas a pocos centímetros de la valla; una circunstancia que posibilitaría que alguien pudiera saltarla.

Teniendo en cuenta lo mucho que se está hablando en los últimos días de las vallas del puerto, resulta poco comprensible que una barrera arbórea decorativa pueda poner en peligro la seguridad portuaria.

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