Málaga

Los vecinos del centro de Málaga vuelven a denunciar la proliferación de fiestas ilegales

  • Música hasta altas horas de la noche en una azotea de calle Granada

Vídeo en el que una vecina se queja de una fiesta en un piso turístico del Centro de Málaga / (Málaga)

Llevan sucediéndose tres días de fiestas en la calle Granada, en Málaga capital, según denuncian los vecinos de uno de los bloques colindantes. Según cuenta Teresa, una residente de la zona, el apartamento en el que se hacen las celebraciones solía ser una residencia familiar que se ha convertido en un apartamento turístico.

Durante varias noches han estado haciendo ruido, aunque la noche del jueves sí cesaron la música a las 0:00. En su edificio no hay pisos turísticos, por lo que no sufren problemas de ruido normalmente, más allá de los derivados de tener negocios de hostelería en los bajos.

Ante las insistentes llamadas de esta vecina, “la Policía me dice que no puede hacer nada, porque aunque escuchen la música desde abajo, al no vivir ellos en el bloque no pueden abrir el portal y los agentes no pueden tocar al portero de otro vecino para pedirlo”.

Por lo que tendría que darse la coincidencia de que algún vecino saliera del portal para poder acceder al edificio, con el añadido de que a partir de las 23:00 hay toque de queda, por lo que “es muy raro que algún vecino salga”, relata la vecina.  En toda la calle Granada se escucha el ruido de las fiestas, en la que se cuentan “hasta siete personas a la vez, sin saber si hay más porque alguna esté recargando la bebida”.

Estos sucesos se vienen repitiendo de manera constante, tanto en la zona centro como en otras zonas de la ciudad. Durante la Semana Santa se denunciaron a 88 negocios por incumplir las medidas anti Covid-19. En el último mes la Policía ha tenido que intervenir en calle Beatas en varias ocasiones por aglomeraciones de jóvenes, sumando denuncias por botellón a otras por no llevar mascarilla o fumar sin respetar la distancia interpersonal exigida.

Por otra parte, los vecinos de El Cónsul llevan también meses sufriendo las consecuencias del alcohol y el descontrol, peleas y ruidos todas las semanas bajo sus casas. Afirman, además, que en los últimos meses la situación ha empeorado y se ha vuelto “insostenible”, tanto que muchos de ellos optan encerrarse en su casa y bajar las persianas a partir de las 18:00 para no ver ni oír nada de lo que pasa bajo sus ventanas. Alcohol, vómitos, orín, consumo de sustancias, broncas constantes, carreras de coches... todo ello a plena luz del día, en la calle o incluso en las zonas comunes de su urbanización, por donde los clientes van “como Pedro por su casa”, según relatan. “Es demencial”, resumen. Incluso, desde hace más de un año los vecinos tuvieron que contratar a un vigilante de seguridad por 3.000 euros al mes y ahora están a la espera de instalar una veintena de cámaras de seguridad.

Comentan, además, que tienen miedo a sufrir represalias y que no es la primera vez que un cliente se encara con algún vecino que le llama la atención, por eso los que se deciden a hablar prefieren hacerlo de forma anónima, bajo las iniciales de sus nombres. Uno de ellos es C. R., quien señala que el tipo de público que acude a este local “se ha deteriorado y ahora es delincuencial”. “Es gente de un nivel muy problemático, con actos totalmente incívicos”, explica.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios