Málaga

Otra vez la falta de recursos

  • Ninguno de los proyectos prometidos para aumentar la disponibilidad de agua en Málaga se ha hecho en diez años

Ninguna administración parece haber aprendido nada desde la última gran sequía que puso al límite a Málaga en la década de los 90. La recuperación de los pozos que se perforaron entonces y la puesta en marcha de la planta desalobradora de El Atabal y la desaladora de Marbella es todo lo que se ha hecho en estos años en los que la población ha crecido un 20%.

La provincia no ha visto aumentar sus recursos hídrico desde el periodo seco que vivió entre 1992 y 1995 a pesar de que el consumo global de agua sí ha subido un 25% en este tiempo.

Ni el Gobierno central, primero, ni la Junta de Andalucía, después, han sido capaces de coger las riendas de la situación y poner sobre la mesa las inversiones necesarias que permitirían a Málaga afrontar nuevas sequías sin la improvisación demostrada hasta ahora en su gestión.

La realidad es que los grandes proyectos que diseñó la extinta Confederación Hidrográfica del Sur (CHS) en 1999 para ampliar la capacidad de almacenamiento hídrico de la provincia han ido dando tumbos de un despacho a otro desde entonces para caer finalmente en el olvido.

Ni el recrecimiento de la presa de La Concepción ni la conexión entre la Costa occidental y la capital tienen visos de que se vayan a impulsar a corto plazo. En el primer caso la Cuenca Mediterránea Andaluza ha condicionado su ejecución a la puesta en marcha de la nueva desaladora de Mijas, mientras que en el otro ni se ha llegado a plantear.

Tampoco será una realidad el azud previsto en Cerro Blanco, que garantizaría a Málaga disponer de 15 hectómetros cúbicos más al año de los excedentes invernales del río Grande.

Pero Málaga no puede seguir mirando al cielo en cada sequía. En Cataluña ha funcionado in extremis, pero puede que aquí no sirva.

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