Videojuegos online, el nuevo ‘parque infantil’ de los depredadores sexuales en Málaga: "Hay que fiscalizar los dispositivos a los niños"

La Policía alerta de que adultos ofrecen a menores monedas virtuales a cambio de imágenes suyas o de amigos

Una masajista erótica denuncia a un policía local de Campillos por supuesto acoso sexual, con varias "identidades falsas"

Sistema de una plataforma
Sistema de una plataforma / Policía Nacional de Málaga

El investigador lo resume con una frase que bien debiera grabar en su mente cualquier progenitor. "Hay plataformas de juegos online que son un caldo de cultivo para los pederastas". El Grupo de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional de Málaga advierte del riesgo al que se ven sometidos los menores que hacen uso, sin control, de estas herramientas, donde los investigadores están detectando un incremento de adultos que se hacen pasar por jugadores para coaccionar a niños y obtener imágenes sexuales suyas o de amigos.

Si bien los casos de grooming investigados no son “alarmantes”, sí existe una recurrencia preocupante en niños. Las víctimas son cada vez más jóvenes, de incluso 6 años. El delito consiste en “el contacto con menores de 16 con fines sexuales”. En una entrevista con Málaga Hoy, uno de los investigadores de Ciberdelincuencia explica que existe una modalidad en la que el agresor intenta quedar con el menor, aunque son casos residuales; y otra, más frecuente, en la que busca obtener material sexual suyas. “Ese es ahora el peligro”, sentencia.

Las denuncias suelen llegar una vez los padres descubren ese contacto a través de distintas plataformas de chat. Pero la pregunta clave sigue siendo: ¿cómo llegó el adulto hasta el menor? En los juegos online no se pide documentación para registrarse y ello arrastra al doble engaño. “El adulto miente diciendo que es un niño, y el menor también, fingiendo que tiene más edad”, apunta el experto policial.

Una de las principales preocupaciones detectadas por la Policía no es sino lo habitual de que los menores falseen su edad al registrarse. Un gesto, aparentemente inofensivo, recuerda, que eleva el riesgo de exposición a contenidos y contactos inapropiados, además de limitar la eficacia de los filtros automáticos.

Uno de los casos más graves destapados recientemente en Málaga implicó a un depredador sexual que utilizaba el videojuego Fortnite para contactar con niños y que llegó a agredir sexualmente a un menor de siete años. Pero ha habido más investigaciones similares. En una de las últimas, un supuesto jugador prometía “gemas” virtuales a cambio de retos. Los agentes advierten de que muchos de estos juegos generan una necesidad ficticia y adictiva de conseguir monedas o recompensas, lo que puede empujar a los menores a aceptar condiciones abusivas para avanzar o mantener su estatus en la comunidad virtual.

“Los niños carecen de la madurez psicológica suficiente para valorar la gravedad de estas propuestas. Son manipulados con promesas de popularidad o mejoras en el juego”, señala el responsable, que recuerda que estas prácticas constituyen delitos de corrupción y explotación sexual de menores en el ámbito online. “Son depredadores muy sibilinos. Ganan la confianza del menor poco a poco. Hasta que le piden que se baje los pantalones o muestre su ropa interior si le da recompensas”, explican desde Ciberdelincuencia.

Extorsiones

Cuando el depredador consigue imágenes, comienza la extorsión: “Tengo esta foto tuya, y si no haces lo que te diga, se la voy a enseñar a tus padres y profesores”. Los menores, sin madurez para enfrentarse a esa presión, “entran en un bucle y acaban entregando más material, incluso de otros amigos”.

En otra operación, los agentes identificaron a ocho víctimas en España y a otras siete en Sudamérica (Colombia, Argentina y Venezuela). Gracias a la colaboración, el autor pudo ser detenido en México.

Estos entornos, concebidos originalmente como espacios de creatividad y socialización, se han convertido en plataformas globales con millones de usuarios, donde niños y adolescentes diseñan sus propios juegos y comparten experiencias virtuales. Sin embargo, la misma libertad y conectividad que fomentan su éxito son también su principal vulnerabilidad, advierte la Policía. Las estructuras abiertas permiten que adultos se oculten bajo identidades falsas, interactúen con menores sin supervisión y eludan los sistemas de control de edad o verificación parental.

Entre las plataformas más mencionadas en las denuncias están Roblox, Snapchat y Omegle. Roblox tiene mucho potencial creativo, pero también peligro. En Omegle, directamente, el lema es ‘habla con extraños’. “Nunca hay que dejar a un niño sólo con un dispositivo que tenga acceso a internet”, alerta el investigador, que ve perentorio que los padres supervisen el uso de redes y dispositivos. Y en esa línea aboga por “fiscalizarlos”. “Hay que superar el mito de la privacidad del menor. Son niños y nuestra misión como padres es protegerles. Igual que se les enseña a montar en bicicleta, se les tiene que acompañar en el manejo de redes sociales y herramientas”, apostilla el policía.

A renglón seguido, transmite otro mensaje clave, la “comunicación con los hijos”, a los que también se debe advertir de los “peligros” de hablar con desconocidos. “Esto es lo que ya nos decían nuestras madres cuando éramos pequeños. Ahora se abre una venta muy grande para que entren estos depredadores sexuales”, remacha.

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